AMBIENTE-ESPAÑA: Madrid lejos de las metas de la UE

Los niveles de contaminación que sufre la capital española seguirán por encima de los límites establecidos por la Unión Europea (UE) si, como indican las encuestas, el centroderechista Partido Popular (PP) es reelegido al frente de ese distrito en las elecciones de mayo.

La concejala de Medio Ambiente de Madrid, Ana Botella, quien integrará la lista de candidatos del PP a la alcaldía de este municipio, lo confirmó al asegurar que el grado de contaminación actual "no es nociva para la salud de los ciudadanos", aunque supere las marcas dispuestas por la UE. Añadió que esa disposición "es imposible de cumplir".

Botella puso como ejemplo a Estados Unidos, donde la contaminación por dióxido de nitrógeno (NO2) es más del doble que la que sufre Europa.

En cambio, la socialista Rosa Aguilar, ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino del gobierno español, dijo a IPS que el cumplimiento de lo establecido por la UE es un objetivo de primer nivel para lograr "un crecimiento verde decisivo".

Al respecto, Aguilar recordó que la estrategia UE 2020 fue aprobada por el Consejo Europeo en marzo de 2010, precisamente bajo la presidencia española del Consejo de Ministros de la UE.

La no gubernamental Ecologistas en Acción demanda más políticas concretas contra la contaminación ambiental. Al presentar su informe sobre la calidad del aire en la urbe, la entidad señaló que la Estrategia Local de Calidad del Aire de la Ciudad de Madrid 2006-2010 fue "un fracaso total".

Eso es así porque "en sus cinco años de vigencia" no logró "garantizar el derecho de los madrileños a respirar un aire saludable", añadió.

Ante ello anunció que presentará una denuncia por incumplimiento de la legislación vigente sobre la calidad del aire ante los tribunales contra el Ayuntamiento (municipio) de Madrid, cuya dirección está a cargo de Alberto Ruiz Gallardón, histórico miembro del PP.

La norma establece un límite anual de contaminación de 40 microgramos por metro cúbico de concentración media anual de NO2, pero las últimas mediciones muestran que 18 de las 24 estaciones dispuestas en Madrid rebasaron el límite registrándose un valor medio de 44 microgramos.

Otro factor contaminante que reclama urgente solución en España es el uso indiscriminado de bolsas de plástico, la mayor parte de ellas utilizadas para las compras en mercados y supermercados.

Un estudio del Ministerio de Medio Ambiente de España indica que la fabricación de una de esas bolsas produce una emisión de cuatro gramos de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera, razón por la cual se prevé que hacia 2018 las mismas deberían ser prohibirán en este país.

En esa línea, la cartera puso en marcha en 2010 una campaña denominada "Cambia la bolsa de una vez por todas", orientada a concienciar a la población para que renuncie a su uso, reemplazándolas por recipientes de papel.

Según el director general de Calidad y Evaluación Ambiental de ese ministerio, Jesús Huertas García, el consumo de bolsas de plástico produce en España unas 100.000 toneladas anuales de residuos plásticos. La gran cantidad de las que se abandonan sin ser tratadas provocan "graves daños a los ecosistemas".

La iniciativa del gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero logró el apoyo de autoridades locales, como las del distrito de Guadalajara, vecino de Madrid, que programaron acciones para cumplir con este plan e impulsar la fabricación de bolsas reutilizables en vez de las de "usar y tirar".

Fuentes oficiales afirman que en España se consumen cada año alrededor de 300 bolsas de plástico de un solo uso por cada habitante, casi una por día, y sólo se recicla 10 por ciento, mientras que el resto es tirado en vertederos de basura o enterrado, provocando graves daños en el ecosistema.

La campaña gubernamental está orientada no solamente a promover un uso más correcto de las bolsas de plástico sino su reemplazo por otras, de papel o telas, que sean desechables ambientalmente.

Precisamente sobre ese cambio se pronunció Greenpeace, que lanzó la campaña "Desembólsate del plástico", afirmando que no son biodegradables y que pueden tardar decenios en descomponerse. Por ello, esta organización no gubernamental ambientalista recomienda que en vez del uso de las mismas se utilicen similares de tela o el tradicional carrito de la compra.

Algunos supermercados han comenzado en España a promover el uso de otras bolsas, como las fabricadas con fécula de tubérculos, que son biodegradables.

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