Empresarios y funcionarios del gobierno de Indonesia exigen a la Unión Europea (UE) un comercio justo, señalando que las políticas del bloque, incluso las iniciativas contra el cambio climático, restan competitividad a sus productos.
También están preocupados porque esta nación asiática ha quedado fuera de diversos privilegios comerciales de la UE, como los que extiende a países afectados por desastres naturales.
"No estamos pidiendo cero o bajos aranceles a la importación, sino un trato igualitario. Productos similares deben ser sometidos a los mismos aranceles sin importar su país de origen", dijo el presidente de la Asociación de Productores Textiles Indonesios, Ade Sudradjat.
Los productos de Indonesia están sujetos a aranceles de importación de entre 13 y 16 por ciento cuando ingresan al mercado de la UE, según Sudradjat.
Empresarios afirman que Indonesia lucha para obtener un mejor una posición comercial mientras deben competir con otras regiones favorecidas por el bloque.
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"La UE toda está prestando más atención a sus ex colonias en África del Norte y en el Caribe, y le da tratos preferenciales en la forma de bajos aranceles a la importación", señaló Sudradjat.
La UE ha reducido sus aranceles a la importación de bienes de 176 Países Menos Adelantados (PMA) y de diversos territorios, como parte de su Sistema Generalizado de Preferencias. Mientras, Indonesia lucha por mantener bajos los precios de sus productos en medio de los crecientes costos de mano de obra y transporte.
La UE también exonera de impuestos a productos de países azotados por desastres naturales, para ayudarlos a una más rápida recuperación.
"Indonesia ha sufrido algunos de los peores terremotos y tsunamis, pero ¿por qué no recibió ninguna exoneración de la UE?", preguntó Sudradjat, haciendo referencia al devastador maremoto de diciembre de 2004, que arrasó a la isla de Aceh, y al sismo de Sumatra Occidental en 2009.
El bloque europeo es el cuarto mayor mercado exportador de Indonesia después de Japón, Estados Unidos y China. El intercambio comercial entre Yakarta y Bruselas cayó a 22.000 millones de dólares en 2009, cuando en 2008 había sumado 25.800 millones de 2008.
La balanza comercial ha sido siempre favorable a Indonesia, que registró un superávit de 4.850 millones de dólares en 2009, una caída respecto de los 6.000 millones de 2006.
Las principales exportaciones indonesias al bloque europeo son aceite de palma, cobre, café y muebles de madera, mientras que sus importaciones son sobre todo materias primas y maquinarias usadas en la industria. Los textiles son un producto clave, ya que se calcula que cada habitante de la UE usa un promedio de 34 kilos de estos al año.
El director general de Cooperación Comercial Internacional en el Ministerio de Comercio de Indonesia, Gusmardi Bustami, dijo que las cifras de superávit no reflejaban todo el potencial del intercambio con el bloque europeo.
"Todavía podemos expandir nuestro acceso a mercados mejorando los estándares de calidad y diseños de nuestros productos", dijo Bustami. "Indonesia ve a Europa como un mercado potencial para las exportaciones y por tanto debe ser mantenido, mientras que la UE ve a Indonesia como un mercado potencial para sus maquinarias".
El presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios Indonesios, Erwin Aksa, llamó a la UE a explicar su sistema de preferencias y exoneraciones arancelarias para ciertos países. "Siempre podemos presentar quejas ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) si no revelan las razones por las cuales determinados países son beneficiados", señaló Aksa.
Pero las reglas de la OMC permiten a los países miembros ofrecer tratamiento preferencial a los PMA. La UE clasifica a Indonesia como "país en desarrollo", y por tanto no califica para su sistema de preferencias.
Aparte de los que considera aranceles discriminatorios, Bustami también expresó preocupación por las Directivas sobre Energías Renovables, adoptadas por el bloque en abril de 2009, que entre otras cosas limitan la importación de aceite de palma por la liberación de gases invernadero en su producción.
Indonesia es el mayor productor de aceite de palma, seguido por Malasia.
Las directivas también restringen el tipo de tierra que puede ser cultivada para producir biocombustibles. Organizaciones no gubernamentales han acusado a Indonesia de convertir bosques protegidos en plantaciones de palma, lo que Yakarta rechaza en forma tajante.
Indonesia y Malasia acusan a la UE de usar tácticas "sucias" para reducir su dependencia del aceite de palma y en cambio promover su industria de la soja.
"Lo que le pedimos a la UE es que sea justa para que no discrimine nuestros productos", señaló Bustami.