PENA DE MUERTE-PAKISTÁN: Urge reforma de leyes contra blasfemia

El altercado entre campesinas pakistaníes se volvió una pesadilla para Asia Bibi, una cristiana que terminó siendo condenada a muerte por insultar al Islam.

Bibi fue sentenciada al máximo castigo el 12 de mes por violar la ley que prohíbe blasfemar al Islam.

El fallo fue dictaminado por un tribunal de Nankana Sahib, un distrito de Punjab, 75 kilómetros al este de Lahore.

El sufrimiento de Bibi comenzó en junio de 2009 cuando cumplió con el pedido de servir agua a la esposa del propietario del campo donde trabajaba. Cuando varias campesinas islámicas alegaron que el líquido estaba contaminado porque había estado en manos de una persona que no eran musulmana se suscitó un duro intercambio de palabras.

Cinco días después, un imán de la mezquita denunció el hecho en la comisaría local presentando tres presuntas testigos y Bibi fue detenida. Su esposo se dio a la fuga temiendo por su vida y la de sus cinco hijos.
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Es la primera vez que una mujer es condenada a muerte por blasfemia en este país, lo que sacudió a la sociedad civil.

La Comisión Nacional sobre el Estatus de la Mujer pidió la revocación de la sentencia considerando que las leyes contra la blasfemia "violan todas las normas de justicia".

El hecho reabrió un debate de larga data en este país sobre la legislación y lo que, según sus críticos, se utiliza para perseguir a las minorías.

El fallo consternó a mucha gente y motivó protestas en Lahore. El caso puede servir a reunir fuerzas para derogar las leyes si "la sociedad civil y los partidos políticos se ponen de acuerdo", señaló el abogado Akmal Hussain.

"No creo que en vida vaya a ver una revocación", señaló Najam Sethi, editor del semanario The Friday Times. Sólo podemos esperar que haya una reforma legal, añadió.

"Resta por ver si el gobierno tiene la voluntad política de hacer frente a los islamistas y a quienes a atentan contra los derechos humanos", señaló Ali Dayan Hasan, de la organización Human Rights Watch, con sede en Nueva York.

La normativa contra blasfemia fue promulgada en 1986 por el entonces presidente, general Mohammad Zia-ul-Haq, en un intento por islamizar al país, donde sólo cuatro por ciento de sus habitantes profesan una fe distinta que el Islam.

"Ha pasado mucho tiempo, pero ningún gobierno se anima a derogar las leyes que contribuyen a la intolerancia, la violencia, el fanatismo y el odio en este país", se lamentó Bushra Gohar, legisladora del Partido Awami.

"Compromisos e intereses políticos y el interés de calmar a los extremistas religiosos" impiden que las autoridades reformen las leyes, señaló Gohar.

El presidente Pervez Musharraf prometió una reforma en 2000, pero tras las protestas de los partidos religiosos.

Gohar presentó en 2009 un proyecto de ley para revocar las leyes contra la blasfemia poco después de que un grupo de musulmanes saquearan y quemaran varias casas y una iglesia católica de una comunidad cristiana de la localidad de Gojra, en Punjab.

La legisladora del gobernante Partido del Pueblo de Pakistán, Sherry Rehman, presentó la semana pasada un nuevo proyecto. Antes había presentado una propuesta para "racionalizar los castigos y dificultar el abuso de las normas".

"Aun si se las derogan no cesarán las agresiones contra las minorías", indicó. "La mayoría son cometidas por grupos de personas enajenadas, que deben saber que la ley las alcanzará y castigará su comportamiento", añadió.

Por lo menos 1.058 personas fueron acusadas de blasfemia entre 1986 y 2010, según datos de la Comisión Nacional de Paz y Justicia, formada por la Conferencia de Obispos Católicos de Pakistán. Entre ellas 132 cristianos, 449 musulmanes, 456 del movimiento islámico ahmadía y 21 hindúes.

Además, 34 personas fueron asesinadas por muchedumbres o personas enajenadas.

Los cristianos pakistaníes suele ser víctimas de "violencia y discriminación", remarcó el papa Benedicto XVI. "Me siento cerca de Asia Bibi y de su familia y pido su pronta liberación", añadió el 12 de este mes.

La vida de Bibi corre peligro, aun si un tribunal superior ordena su liberación. "No estará segura ni dentro ni fuera de prisión", señaló I. A. Rehman, de la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán.

"Su seguridad está en peligro por la repercusión que ha tenido el caso", coincidió Peter Jacob, de la Comisión Nacional de Paz y Justicia.

"Ninguno de los grandes partidos políticos está a favor de las leyes de blasfemia y, sin embargo, no terminan de ponerse acuerdo como es debido", indicó Gohar.

Se necesita una campaña de largo plazo para cambiar la opinión de la gente al respecto, sostiene el Foro de Acción Femenina. "Primero tenemos que atraer figuras independientes", precisó Kausar S. Jan, una de sus integrantes.

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