Jóvenes pakistaníes profesionales a las que les gusta frecuentar cafés, comprar en tiendas de moda e ir a clases de yoga deben soportar burlas y críticas por llevar alguno de los tradicionales atuendos islámicos, incluso en este país de mayoría musulmana.
La burqa, de las prendas más conservadores del Islam que cubre el cuerpo de la mujer de la cabeza a los pies y a veces hasta el rostro, se usa en este país desde hace siglos, pero las personas más modernas consideran que el velo es el atuendo que mejor se ajusta a la cultura árabe.
Ambos tienen el mismo fin, preservar a las mujeres de la mirada de extraños.
Pero la prenda elegida por muchas mujeres para expresar su decisión de ser humildes y modestas ha sido asociada al extremismo, pese a que, para ellas, cubrir su cuerpo y ser modernas no es necesariamente una contradicción.
Las mujeres con velo o "abaya", vestido negro que cubre el cuerpo del cuello hasta los pies, han sido tildadas de "ninjas", "talibán" o "mullani", versión femenina del mulá.
[related_articles]
Ellas saben que a muchas personas les incomoda su atuendo.
A una periodista musulmana que usa velo le preguntaron en una entrevista de trabajo si sería capaz de acostumbrarse al entorno "liberal" de la empresa.
Ansa Jan, de 40 años, no pudo abrir una cuenta bancaria porque llevaba el rostro cubierto y la política de la institución exige al titular que lo tenga descubierto, pero no había ninguna mujer en el local en ese momento.
"La gente es más conciente y prudente delante mío", señaló Farahnaz Moazzam, quien lleva una abaya. "Se ríen menos y susurran más", apuntó. La miran con seriedad, a menos que ella se ría.
"Con los años me han preguntado si me río a carcajadas de los chistes y si me equivoco", relató Moazzam, quien enseña a mujeres el Corán, libro sagrado del Islam. "También me han preguntado de qué habla mi familia, si me enojo o si veo la televisión", añadió.
Para muchas mujeres es irónico lo que generan sus prendas en un país donde se supone que el atuendo femenino debe ser modesto. Jan considera que es posible que esa vestimenta recuerde a la gente episodios desagradables como el de 2007
Unas 6.500 mujeres con velo y abaya de Jamia Hafsa, un seminario vinculado a la mezquita de Lal Masjid, participaron ese año en una protesta contra el gobierno, que respondió con una brutal represión en la que murieron muchas personas.
Además, las imágenes comunes en los medios de comunicación de mujeres con esas ropas en sociedades conservadoras como la de Arabia Saudita y Afganistán durante el régimen del movimiento islamista Talibán, hacen que la vestimenta se asocie a visiones ultraconservadoras.
Lo menos que se espera de quien viste el tradicional atuendo islámico es que sea "tan perfecta como un ángel", señaló la periodista.
"Tienen una visión tan elevada de mí porque respeto un mandamiento visible de mi religión", coincidió Moazzam.
Touba Naeem, quien usa velo desde hace ocho años, señaló que la gente mira su atuendo y asume que "no es divertida". "Atenta contra buenas propuestas de matrimonio", señaló la muchacha de 27 años.
Las que optan por llevar vestimenta islámica son cuestionadas por personas extrañas, pero también por sus familiares. Una mujer relató que su padre y su hermano mayor "al principio, se opusieron" a su decisión de usar velo.
Otra relató que cuando comenzó a usarlo, su hermano se lo sacaba en las reuniones.
Una joven que comenzó a usar velo después de casarse contó cómo le costó a su esposo aceptarlo. Y fue peor cuando decidió llevar abaya.
"No quería presentarme a sus amigos ni sentarse conmigo en las reuniones sociales, como si estuviera avergonzado", recordó. Con los años los aceptó, añadió.
Para las dificultades que les acarrea, las mujeres se mantienen firmes en su decisión. Además de considerar que es una ofrenda a Alá, dicen que las libera de tener que preocuparse por su aspecto y les permite concentrarse en cosas más importantes.
"Ya no me siento un producto ni un objeto", señaló Moazzam. "Ahora la gente nota mi sonrisa, mi discurso y me toman más en serio", apuntó.
Pero las mujeres que se cubren el cuerpo también deben cuidarse, advirtió.
"Debes lucir muy bien y mantenerte bien para tu familia, pero sobre todo, para ti misma", señaló.
"A la moda, ¿por qué no?", señaló Moazzam. "Soy tan normal como cualquier mujer. Ahora me cubro la ropa, las joyas, el corte de pelo frente a la gente. Pero no por eso dejo de prestarle atención y lo sigo disfrutando", añadió.