Residuos minerales e industriales de la construcción se convierten en materia prima para nuevas obras con una técnica que desarrolló la ingeniera de materiales Janaína Accordi Junkes, en la Universidad Federal de Santa Catarina, en el sur de Brasil. Se aprovechan cuatro tipos de desechos.
“Una combinación del polvo generado en la producción de balasto y en pulimento, lodo del tratamiento de agua potable y arcilla roja, descartada por razones estéticas en la industria cerámica, forman piezas que se colocan en la parte externa de las construcciones, imitando los ladrillos”, explicó Junkes a Tierramérica.
“Además de sacar esos desechos de la naturaleza, ayudamos a mantener las existencias de arcilla que, como el petróleo, se acabarán algún día”, acotó.
Su investigación, parte de su tesis de doctorado, ganó el premio Green Talents 2010 del Ministerio de Educación de Alemania.