En vísperas de una cosecha de soja que se prevé récord, un ingeniero forestal argentino, apoyado por organizaciones ambientalistas, inició una huelga de hambre en rechazo a la fumigación con agroquímicos peligrosos. El ayuno lo realiza Claudio Lowy, quien hace un año presentó un reporte a la Defensoría del Pueblo de la Nación para que interviniera para detener la contaminación que afectaría a unos 12 millones de personas en el campo.
Consultado por Tierramérica, Esteban Roglich, de la Red Nacional de Acción Ecologista de la norteña provincia de Santa Fe, declaró que la huelga, que comenzó el día 9 frente a la Defensoría, “tiene el apoyo de todas las organizaciones de la red”.