El lago de Valencia, de 375 kilómetros cuadrados al occidente de Caracas, se desbordó con la actual temporada de lluvias y amenaza hacia el este un millar de viviendas en la ciudad de Maracay. En tanto, el trasvase de aguas lacustres al embalse Pao-Cachinche, que abastece a Valencia, urbe industrial de 1,5 millones de habitantes, agrava la contaminación del líquido para consumo humano.
«Análisis a niños en Valencia los muestran contaminados con niveles tóxicos de aluminio, níquel, plomo, antimonio y cadmio. El embalse Cachinche recibe quebradas que recogen aguas servidas, aguas de lluvia que caen sobre un relleno sanitario y ahora también volúmenes que tratan de aliviar los desbordes del lago», denunció a Tierramérica Manuel Pérez, coordinador técnico del Movimiento por la Calidad del Agua.
La zona Maracay-Valencia es asiento de industrias manufactureras que durante décadas han arrojado desechos no tratados a ríos y al lago. El Movimiento propone una red de plantas de tratamiento de las salobres aguas del lago y un sistema que conduzca sus excedentes hacia el mar Caribe.