Medio siglo después de la creación de la OPEP, el mundo es muy distinto gracias, en parte, a la actividad de esta primera organización explícitamente formada en el Sur para defender un producto de exportación.
Cuando se fundó la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), el barril de crudo de 159 litros apenas se cotizaba a un dólar y los estados productores tenían muy poco margen para negociar.
Quienes decidían la producción, transporte y refinación del petróleo eran las llamadas entonces "siete hermanas", las compañías más grandes que descansaban fuertemente en la protección de los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña.
Con sede en Estados Unidos eran Standard Oil of New Jersey (Esso) y Standard Oil of New York, que luego conformaron ExxonMobil, Standard Oil of California, luego conocida como Chevron, Texas Oil Company (Texaco) y Gulf Oil, que sucesivas fusiones y absorciones de las tres dieron paso a la hoy llamada Chevron Corporation.
A ellas se sumaban la angloholandesa Royal Dutch Shell y la inglesa British Petroleum (BP).
[related_articles]
Eso empezó a cambiar en Bagdad el 14 de septiembre de 1960, cuando por iniciativa de los ministros de petróleo Juan Pablo Pérez Alfonzo, de Venezuela, y Abdulah al Tariki, de Arabia Saudita, y el agregado de Irán, Iraq y Kuwait, se creó oficialmente la OPEP.
En la actualidad conforman el bloque Angola, Arabia Saudita, Argelia, Ecuador, Emiratos Árabes Unidos, Irán, Iraq, Kuwait, Libia, Nigeria, Qatar y Venezuela. Entre 1975 y 1995 también fue parte Gabón, mientras que Indonesia entre 1962 y 2009.
Fue importante que la OPEP decidiera incorporar en los años 80 a otros países exportadores de crudo en calidad de observadores. Hoy detentan esa calidad y coordinan con la OPEP, Egipto, Sudán, Kazajstán, México, Noruega, Omán y Rusia.
El barril sigue siendo la medida que se mantiene desde el siglo XIX, cuando el petróleo se transportaba en ese recipiente y que equivale a 159 litros, pero ya no se cotiza a un dólar sino que este lunes se negociaba a 75,61 dólares a la apertura del mercado de Nueva York.
Las firmas petroleras privadas son hoy mucho más numerosas y algunas se han convertido en supergigantes, como ExxonMobil y Chevron,pero ya no tienen la voz cantante.
No sólo que algunas, como Gulf, Amoco, Arco y decenas más, simplemente han desaparecido, sino que ahora, y esto en buena parte por la existencia de la OPEP, son los países y las empresas estatales quienes tienen el mayor peso en el mercado.
En efecto, 15 de las 20 firmas más grandes del mundo son estatales y junto con los gobiernos controlan, según fuentes consultadas por IPS, 80 por ciento de petróleo del mundo.
El principal papel que ha jugado la OPEP es el de regulador de los precios del mercado.
René Ortiz, el único ecuatoriano que ha sido secretario general de la OPEP (1979-1981), en entrevista exclusiva con IPS enfatizó que los fundadores del grupo estaban convencidos de que solamente la unión de los estados exportadores serviría para valorizar más este recurso natural no renovable.
Los años 60 fueron de trabajo discreto y de poner las bases del organismo. Por eso, en los 70, cuando cambió el mercado, la OPEP aprovechó el momento, decidiendo unilateralmente triplicar el precio y se convirtió de pronto en un referente mundial.
La economista Norma de los Reyes, la primera ecuatoriana en trabajar en la OPEP, incluso antes de que el país empezara a exportar, señaló a IPS que "en verdad fueron las dos grandes crisis petroleras de esa última década las que cambiaron el mercado".
Se refería a la guerra árabe-israelí de 1974 y a la revolución iraní y el ascenso al poder del ayatolá Ruholá Jomeini en 1979. "Los precios del petróleo ecuatoriano saltaron de un dólar al iniciar las exportaciones en 1972 a 14 dólares en 1975, y a 25 dólares por barril al cerrar la década", recordó.
"Cuando fui secretario general se cumplieron 20 años de la OPEP. Pero en ese año 1980 sucedieron dos cosas importantes y contradictorias: la formulación de la estrategia de largo plazo de la OPEP y el inicio de la guerra entre Iraq e Irán, que duró 10 años y produjo un millón de muertos", dijo Ortiz.
"La OPEP enfrentó una década muy difícil. La credibilidad del organismo se fue a pique por la guerra entre dos importantes miembros de la organización". A ello se juntó el incumplimiento de las cuotas (la OPEP producía cuatro millones de barriles más que la cuota fijada en 28 millones) y la entrada del petróleo del Mar del Norte.
"Inglaterra con cinco millones de barriles diarios y Noruega con tres millones, rompieron el mercado, y el precio se derrumbó a menos de ocho dólares el barril", dijo Ortiz.
El compromiso entre los países de la OPEP y la coordinación con los otros exportadores solo empezó a dar sus frutos a inicios de los años 90.
"La diplomacia petrolera se consolidó, produciendo un fenómeno de gran interés: la coincidencia de los exportadores OPEP y no OPEP sobre el rango en que debían fluctuar los precios. Este era entre 22 y 28 dólares el barril, lo que se mantuvo durante algunos años", añadió Ortiz.
Sin embargo, la tecnología permitió perforaciones más profundas en tierra y costa afuera y el precio volvió a hundirse. "No debe olvidarse que a fines del siglo XX el precio del crudo estaba a 10 dólares el barril, y se pensaba que los consumidores supuestamente iban gozar para siempre de petróleo barato", comentó De los Reyes.
Pero nuevos factores habrían de influir para llevar al crudo a un récord histórico. China, que aún era un país exportador a comienzos de los 90, pasó a convertirse en importador neto y cada vez de mayores cantidades. La demanda creció también en India y en otros mercados emergentes.
Por otra parte, los fondos de pensión y los inversionistas institucionales se convirtieron en actores del mercado petrolero, desdoblando al petróleo en dos realidades: producto físico y activo financiero, recordó De los Reyes.
Hoy el comercio diario de los futuros de petróleo, unos verdaderos "barriles de papel" que se transan en las bolsas, equivale a más de 30 veces el consumo diario de barriles físicos de petróleo en el mundo, mencionó.
"Junto con la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos se produjo la burbuja petrolera. Ambas, basadas en la especulación, reventaron de forma parecida", describió René Ortiz.
En efecto, el 11 de julio de 2008, el barril West Texas Intermediate (WTI), marcador del petróleo de Estados Unidos, llegó a 147,27 dólares el barril, pero para diciembre de ese año cayó a 32,40 dólares. En julio de 2009 el barril de WTI estaba en 59,87 dólares y hoy se halla fluctuando entre 65 y 75 dólares.
"La OPEP controlaba 47 por ciento de la oferta de crudo en 1960, mientras que hoy sólo lo hace con 30 por ciento, pero con los demás países exportadores sigue jugando un papel regulador de los precios", concluyó Ortiz.
"A la OPEP no le interesan ni la especulación ni la explotación. Incluso con las mejoras en la eficiencia, el uso mundial de energía aumentará casi 50 por ciento hasta 2030, y para esa fecha el petróleo seguirá proporcionando 30 por ciento o más de la energía mundial", estimó, por su parte, De los Reyes.