Casi la mitad de la energía consumida en Brasil es renovable, en buena parte gracias a la caña de azúcar, según los Indicadores de Desarrollo Sostenible del estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). En 2009 las fuentes renovables atendieron a 47,2 por ciento del consumo nacional. La caña aportó por 18 por ciento, considerando el alcohol carburante y la generación eléctrica con los residuos vegetales de su cosecha.
Su participación era de 10,9 por ciento hace 10 años y crece más que la demanda energética nacional, casi estable en los últimos años.
El uso de combustibles fósiles y de energía nuclear bajó de 57,7 a 52,8 por ciento entre 1999 y 2009.
“Todas las fuentes presentan ventajas y desventajas, la caña exige grandes concentraciones de tierra y uso de agrotóxicos en su producción”, dijo a Tierramérica el analista ambiental del IBGE, Judicael Clevelario Junior.