Una comunidad de pescadores artesanales de la provincia argentina de Chaco lucha, hasta ahora sin éxito, por salvar su tradicional modo de vida y el hábitat de la zona, frente a los embates de la inversión en turismo de alto consumo, que tiene como punta de lanza la construcción de un casino.
Los vecinos de San Pedro Pescador, sobre la costa del río Paraná, proponen, en cambio, un programa de desarrollo, que genere empleo digno, como el diseñado por estudiantes y profesores de la Facultad de Arquitectura de la estatal Universidad Nacional del Noreste.
"Un casino no es progreso", señaló a IPS Walter Barrios, presidente de la comisión vecinal de esta modesta localidad de 2.000 habitantes, ubicada junto al río Paraná, en zona de humedales ricos en biodiversidad, a unos 1.000 kilómetros al noreste de Buenos Aires.
Chaco es una de las provincias con mayor índice de pobreza e indigencia de Argentina, pero las poblaciones situadas a la vera del Paraná logran la seguridad alimentaria gracias a la pesca artesanal. Este largo río nace en Brasil, sirve de frontera con Paraguay y luego cruza el país hacia el sur para desembocar en forma de delta en el Río de la Plata.
Barrios, que es además miembro de la Asociación de Pescadores de Chaco, cree que el casino es la punta de lanza para una gran inversión inmobiliaria. "Es que esto es un paraíso por el paisaje, la naturaleza, los humedales, y no quieren que los pobres ocupemos un lugar tan hermoso", sostuvo.
Su comunidad, agregó, prefiere avanzar con el proyecto urbanístico, turístico, recreativo y productivo elaborado por los universitarios, recogido "con beneplácito" este año por la legislatura provincial, pero que no tiene quien lo financie.
La iniciativa de instalar un casino, que sacudió la tranquilidad de San Pedro Pescador, pertenece a la Lotería Chaqueña, un ente público provincial, autónomo y autárquico, que tiene entre sus fundamentos la recaudación de fondos para desarrollo en el área de salud pública, asistencia social y apoyo a la pequeña industria.
Este año, Lotería Chaqueña llamó a licitación a empresas privadas para emplazar un centro de entretenimiento, casino, salón de encuentros y espectáculos, salas de cine, restaurante, confiterías y estacionamiento para 400 vehículos en esa pequeña población. El proyecto fue presentado como "un progreso para la zona".
Como moneda de cambio para la comunidad, las autoridades del ente prometen satisfacer reclamos pendientes de los pobladores, como un acceso vehicular adecuado, defensas para frenar las crecidas del río y el otorgamiento de títulos de propiedad para los habitantes que viven allí desde hace décadas y no cuentan con ello.
"El problema es que no nos gusta para nada que levanten una estructura faraónica como esa acá, junto a un barrio como el nuestro, tan humilde. Vamos a perder nuestro modo de vida, nuestra cultura, la paz y la felicidad que tenemos de vivir aquí", enumeró Barrios.
El dirigente vecinal entiende que la obra tampoco redundará en buenos empleos, pese a que el director de Lotería Chaqueña, Daniel Pascual, prometió la apertura de unas 40 fuentes de trabajo.
En una reunión informal este mes con los habitantes del poblado, Pascual les aseguró que ninguno perdería su casa y que, por el contrario, se les brindaría ayuda para conseguir los títulos de propiedad.
Los vecinos, sobre todo mujeres, expresaron su temor por la seguridad de sus hijos e hijas frente al acceso de turistas al futuro centro de entretenimientos y quisieron saber por qué se invertía en un casino sin tener en cuenta a los pobladores para el proyecto.
Pascual argumentó que los vecinos tenían una "idea equivocada" al asociar al juego con la prostitución y les aseguró que, "con el tiempo", se darían cuenta que el casino allí "no joroba (molesta) para nada" al poblado.
Pero sin dudas, los vecinos prefieren el proyecto diseñado por la Universidad Nacional del Noreste, que los incluye y permite un desarrollo sustentable. "Es un sueño grande, pero lo podemos lograr", confió Barrios.
El plan universitario prevé crear un acuario para 200 especies del río Paraná, centros de estudios biológicos, cívico y de salud, además de viviendas palafíticas para los vecinos de zonas bajas que son reiteradamente afectadas por inundaciones. También se propone sembrar el río con larvas de especies originarias, un plan que tenía apoyo gubernamental y luego fue abandonado.
El proyecto ofrece además tender pasarelas en la ribera, construir un aviario, un llamado patio de cerveza donde se puedan degustar platillos de productos del río, junto a expendios de pescado en conserva y artesanías, además de instalar bungalows sencillos para turistas que buscan lugares naturales.
En diálogo con IPS, Ramón Vargas, de la Fundación Encuentro por la Vida, dio detalles del proyecto que la universidad armó en base a las inquietudes de los vecinos expresadas a organizaciones ambientalistas como la suya.
"No sería un desarrollo vip (exclusivo) sino algo modesto, que respete la singularidad del barrio", aseguró. La desventaja es que requiere de financiamiento estatal y no hay hasta ahora interés a ese nivel para apoyar este tipo de desarrollo, apuntó.
"Aquí hay dos modelos opuestos, por un lado el de desarrollo sustentable y por otro el que viene detrás del proyecto de Lotería Chaqueña, que es el de vender terrenos para condominios con marinas (atracadero de embarcaciones) privadas que permitirán al que pueda pagar apropiarse del paisaje, del río, de la orilla", explicó.
Vargas afirmó que en San Pedro Pescador se juntan los fines de semana más de 1.500 personas pescando y degustando algún alimento junto al río.
"Todo eso se quiere barrer para crear un paisaje típico de Miami o mejor de Nordelta", dijo el activista aludiendo en ese último nombre a un desarrollo urbanístico del Tigre, el delta de la desembocadura del Paraná.
Para Barrios, hay una "extorsión" a los vecinos que, desde hace muchos años reclaman la construcción de las defensas, los títulos y el acceso vial, pero sin dudas ninguno cree que el proyecto pensado por la lotería provincial va a permitirles concretar sus sueños.