El Centro de Artesanías Jawalakhel fue pionero de la tapicería de Nepal y exitoso exportador de sus famosas alfombras. Ahora apenas se mantiene con las ventas minoristas y a su gerente general sólo le queda añorar los buenos tiempos.
"Antes exportábamos un volumen considerable de alfombras a países como Alemania y Suiza", dijo Chimi Dorji. Actualmente, las exportaciones del Centro son casi inexistentes.
El Centro se creó en 1960 con tejedores que habían escapado de Tíbet.
Lamentablemente, el resto de la industria de las alfombras en Nepal, otrora próspera, corrió la misma suerte que el Centro. Líderes del sector también sostienen que con que el gobierno adoptara algunas medidas alcanzaría para revivir sus empresas agonizantes.
"Necesitamos políticas amigables con las exportaciones. Necesitamos zonas de procesamiento de alfombras. Deben darnos un entorno donde podamos descansar con la seguridad de que podemos hacer una oportuna distribución de las mercaderías. El gobierno debe brindarnos seguridad industrial", dijo Surendra Dhakal, presidente de la Asociación de Exportadores de Alfombras de Nepal.
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Una revitalizada industria de las alfombras solamente puede beneficiar a Nepal. Los productos de este sector representaron otrora un tercio de las exportaciones de este país del Himalaya, constituyendo su principal fuente de divisas.
En su mejor momento, entre 1993 y 1994, había 3.000 firmas operativas en esta industria, que empleaba a 1,2 millones de personas, directa o indirectamente.
Y aunque seis años después sus exportaciones se redujeron 21 por ciento, de todos modos facturaban unos 10.400 millones de rupias nepalíes (cerca de 140 millones de dólares al valor actual).
Para el año fiscal 2008-2009, las exportaciones de alfombras de Nepal se habían reducido a 5.300 millones de rupias (71 millones de dólares).
Actualmente, apenas quedan operativas unas 600 empresas de alfombras, y la cantidad de personas que de algún modo trabajan para ellas cayó a 100.000.
Dhakal dijo que son dos las principales razones por las que las exportaciones de la industria ya no son las de antes: el hecho de que ingresaran más personas al sector, lo que conspiró contra la calidad del producto, y el ingreso al mercado de India, que ofrecía precios mucho más bajos.
Dhakal destacó que casi 500 aldeas del distrito de Bhadohi, en el norteño estado indio de Uttar Pradesh, ahora dependen totalmente de la elaboración de alfombras.
Con economías de escala y con salarios mucho más bajos que en Nepal, las alfombras indias simplemente son mucho más baratas, agregó.
"En Bhadohi, los trabajadores cobran 1.500 rupias indias (32,2 dólares) mensuales, en comparación con por lo menos 4.500 rupias nepalíes (60 dólares) mensuales en Nepal", observó Dhakal.
Por supuesto, es necesario considerar la recesión mundial, que explica en parte por qué Alemania, que alguna vez fue el mayor comprador de alfombras artesanales de Nepal, redujo sus importaciones de 91,3 millones de dólares en 1999-2000 a apenas 19,56 millones de dólares en 2008-2009.
La ironía es que el país que economistas y expertos en finanzas señalan como el causante de la recesión —Estados Unidos—, ahora está impidiendo que la industria de las alfombras de Nepal desaparezca por completo.
Entre 1999 y 2000, las exportaciones de alfombras a Estados Unidos totalizaron 300.005 metros cuadrados, facturando19,7 millones de dólares. Para el periodo 2008-2009, la cifra aumentó modestamente a 348.653 metros cuadrados, por 29,23 millones de dólares.
"El motivo es simple", dijo Dhakal. Estados Unidos "importa principalmente alfombras de calidad superior, de 80 nudos, en comparación con Alemania, donde mayoritariamente las exportábamos de 60 nudos", explicó.
"India todavía no ha podido superar a Nepal en alfombras de calidad. Pero si nuestro gobierno no adopta una acción urgente, India nos superará en esa categoría también", agregó.
Sin embargo, el problema es que el gobierno de Nepal ha estado en constante crisis durante más de una década, lo que lo ha mantenido demasiado ocupado como para abordar otros temas, incluso una fuente segura de ingresos como la industria de las alfombras.
Entre 1996 y 2006 Nepal vivió una sangrienta insurgencia maoísta que dejó 16.000 muertos. Luego que los maoístas se incorporaron a la política formal en 2006, el país pasó de ser una monarquía constitucional a una república.
Desde 2008, Nepal se esfuerza por aprobar una nueva Constitución, mientras lucha por superar las disputas interpartidarias, las frecuentes huelgas y el caos reinante.
Mientras, observadores de la industria de las alfombras dicen que no alcanza con revivirla, sino que también hay que mantenerla.
"Por ejemplo, en el último año fiscal importamos lana por casi 30 millones de rupias nepalíes (400.534 dólares), principalmente de Nueva Zelanda", dijo Milan Mani Sharma, quien desde hace 10 años cubre las noticias del sector.
"Si podemos criar ovejas aquí, reduciremos directamente los costos de nuestras alfombras", opinó.
El gobierno intentó seguir ese camino en el pasado. Pero "durante la insurgencia, los maoístas no solo alteraron los negocios, sino que mataron y se comieron a todas las ovejas", dijo Sharma con una sonrisa irónica.