Un maratón solidario de títeres el domingo 29 en la capital de España permitirá construir una comunidad escolar en el lejano departamento minero de Potosí, en Bolivia, va a clausurar la 17 edición del Festival Tiritilandia.
Elisa Iglesia, responsable de voluntariado en la organización Ayuda en Acción, quien colabora con la iniciativa, dijo a IPS que la idea de concluir los festivales de títeres con un maratón destinado a recaudar fondos para proyectos educativos en el Sur en desarrollo surgió en 1994.
Ayuda en Acción ha sido la beneficiaria de los fondos recaudados en 15 de las 17 ediciones del maratón y lo que reciba este año se dedicará a construir la seccional educativa de Tacara, en el suroccidental departamento de Potosí, lo que beneficiará inicialmente a 207 personas indígenas quechuas de esa remota comunidad.
Los niños de Tacara tienen que recorrer 15 kilómetros para llegar a la escuela más cercana, lo que hace que deban caminar tres horas y media para recibir educación, por lo que 58 por ciento de ellos no concluyen la obligatoria educación primaria.
"La dotación de infraestructura educativa les permitirá una vida más digna y justa", explicó Iglesia. .
La cooperante de la organización no gubernamental (ONG) detalló que en concreto "se construirán un aula con mobiliario escolar y material didáctico adecuado, una vivienda para maestros y una batería sanitaria y se capacitarán a maestros y a las Juntas Escolares a través de talleres creados específicamente para esta labor".
Los niños y niñas que actualmente viven en cinco ranchos de Ayllu Qorqa en Tacara y sus inmediaciones son 36, entre los 207 pobladores, todos de familias campesinas.
Iglesia explicó que al estar muy alejada de los centros urbanos y de comercio de Potosí recibe muy poca atención de las autoridades municipales y departamentales para atender sus necesidades básicas "y sobre todo a la infraestructura educativa".
No solo los niños deben soportar una educación lejana y precaria, sino que los propios docentes carecen de lo necesario para desarrollar su trabajo.
Iglesia dijo que la Asociación Cultural Tiritilandia se ha convertido en un "socio estratégico" de Ayuda en Acción, porque "compartimos el objetivo de contribuir para hacer un mundo más justo, más igualitario y con especial atención a la infancia, a través de los títeres, los cuentos, el teatro y otras actividades".
En 1994 los fondos obtenidos fueron destinados a un proyecto en Ruanda, y después a Nicaragua (1995), Bolivia (1996), El Salvador (1997 y 1998), Perú (2002, 2003, 2005, 2006 y 2009), México (2004), India (2007) y Honduras (2008).
El maratón, como todo el festival, tiene como sede el histórico Parque del Retiro de Madrid y va a alternar funciones de seis compañías de títeres y otras de cuentacuentos, que no cobrarán ni honorarios ni gastos. Además habrá una tómbola (sorteo) solidaria, talleres y varias otras actividades.
"Los títeres no solamente divierten sino que también educan", dijo el maestro Carlos Alpuente, que trae asiduamente a sus alumnos al maratón.
La escuela en Tacara forma parte de una labor intensa de Ayuda en Acción en América Latina.
Entre ellas, la ONG ha construido 350 viviendas antisísmicas en el sur de Perú desde 2007, cuando el 15 de agosto se produjo en la zona un terremoto de 7,9 grados en la escala Richter, en el que perdieron la vida 596 personas y decenas de miles se quedaron sin su hogar.
También financió en los distritos de Santiago, Ocucaje y San José Los Molinos, los más afectados por el terremoto, la construcción de 24 nuevas escuelas a las que asisten más de 4.000 estudiantes y sigue apoyando proyectos de negocios para la rehabilitación de las economías locales.
Ayuda en Acción aseguró que ese apoyo y asesoría técnica permitió que numerosas familias damnificadas hayan emprendido proyectos para generar sus ingresos y mejorar sus condiciones de vida, como la producción de materiales destinados a la construcción, en especial las piedras, además de viveros de plantas y criaderos de animales.
También apoyaron la construcción de la primera piscigranja productora de pescado y un restaurante campestre, así como servicios de luz y agua y biodigestores, unos aparatos que sirven para el tratamiento de aguas residuales.
Además de los fondos que recolecta la ONG, esa reconstrucción recibió financiación de la gubernamental Agencia Española de Cooperación Iberoamericana y Desarrollo, organismos locales de España y varias empresas privadas.
