El gobierno de Ecuador se propone erradicar en un lustro la desnutrición crónica de los niños y niñas menores de un año, que afecta ahora a 10 por ciento, y bajarla de 22 a siete por ciento en la franja de hasta cinco años, según las metas sociales divulgadas en su informe al parlamento.
"El desafío es muy grande, ya que en 2006 la tasa de desnutrición de la infancia menor a un año era de 12 por ciento, una de las más altas de América Latina", dijo este miércoles en rueda de prensa con las agencias extranjeras la ministra Coordinadora de Desarrollo Social, Jeannette Sánchez. Ese porcentaje se mantuvo hasta 2008.
"Hay que caer en cuenta que el problema de la desnutrición no es estático sino que tiene repercusiones en las posibilidades cognitivas de los niños y niñas, en el estado de salud de la población y la posibilidad de integración económica futura", puntualizó.
Señaló, además, que "no hay antecedentes en América Latina de que se haya logrado bajar tan rápidamente la desnutrición". "El caso más exitoso es el de Chile, que la redujo de 11 a 1,6 por ciento en 10 años, seguido del de México, donde cayó 1,5 por ciento anual durante varios años seguidos".
La subsecretaria de Gestión de Políticas y Seguimiento a la Gestión Social, Alexandra Lastra, precisó a IPS que "la nueva meta es más ambiciosa" que la contenida en el Plan Nacional del Buen Vivir (Plan de Desarrollo), divulgado en diciembre, que "era reducir en 45 por ciento la desnutrición crónica de los menores de cinco años para 2013".
Esta propuesta se centra "en los niños menores de un año, e implica que vamos que tener que ir bajando la tasa a la mitad cada 12 meses, siendo más difícil conforme nos acerquemos a 2015", reflexionó.
Pablo Samaniego, experto en estadísticas sociales, recordó a IPS que la tasa de desnutrición crónica para los menores de cinco años no se movió entre 2004 y 2008, cuando llegó a 26,1 por ciento. El no gubernamental Observatorio de los Derechos de la Infancia indicó hace dos semanas que hoy sufre el flagelo 22 por ciento de los 1,4 millones de niños y niñas en esa franja de edad.
El compromiso en esta lucha contra la desnutrición fue planteado por el presidente de Ecuador, Rafael Correa, en su informe a la nación, al cumplir el martes el primer año de su segundo mandato de cuatro años, en un mensaje que duró casi cinco horas ante la unicameral Asamblea legislativa.
El informe, que fue presentado al estilo de las cadenas de radio y televisión que el mandatario izquierdista hace cada sábado, es decir con la introducción de videos y presentaciones electrónicas, tuvo un mayor énfasis en lo económico e internacional, pero no dejó de mencionar lo social, donde el gobierno muestra avances importantes.
Correa, quien llegó al gobierno por primera vez en 2007 y fue reelegido por la nueva Constitución en 2009, insistió en la desnutrición, y su elevada tasa, que es peor en las provincias del centro de la Sierra con alta población indígena, como Chimborazo, Bolívar y Cotopaxi, donde la prevalencia del problema crónico en niños menores de cinco años ronda 50 por ciento.
Para afrontar este desafío, el gasto social se elevó de 7,6 por ciento del producto interno bruto (PIB) en 2009 a 8,3 por ciento este año, que equivale a 4.700 millones de dólares. Aunque aún se considera bajo en comparación con otros países de la región, el incremento es notorio frente al 4,3 por ciento anual promedio de 2000 a 2006 y al dos por ciento en 1999.
La estrategia oficial se llama INTI, sol en lengua quichua y a la vez siglas de "Intervención Nutricional Territorial Integral", pues se ha planteado un enfoque multisectorial unificado, focalizándose en los territorios más afectados. En esas zonas interactúan el gobierno nacional, las autoridades descentralizadas y la sociedad civil, explicó la ministra Sánchez.
"El plan INTI se centra en un enfoque preventivo que prioriza la atención a las familias con niños menores de un año desde su concepción en el vientre materno, pero incluye en su cobertura a niños y niñas hasta los cinco años de edad", se expresa en la Agenda Social, documento publicado esta semana por el ministerio coordinador.
La estrategia "arrancó en 2009 en las tres provincias mencionadas, con resultados visibles: 12 puntos de disminución de anemia en los niños y niñas intervenidos, y este año estamos en fase de expansión, por lo cual se han incorporado las provincias de Imbabura, Cañar, Tungurahua y Manabí", explicó Lastra a IPS.
"Para ello, se trabaja en tantas áreas como las que son causantes del problema. Estamos asegurando a los hogares el acceso a servicios básicos de agua, saneamiento y vivienda en las zonas priorizadas, así como dotándoles de servicios de salud y nutrición", indicó Sánchez.
El acceso al agua y al saneamiento se hace con programas implementados por las autoridades locales, financiados en 80 por ciento por el gobierno central.
En el campo nutricional se provee alimentación complementaria a través de raciones previstas en el Plan Aliméntate Ecuador (tarea conjunta de varios ministerios), se impulsa la lactancia materna, y se aumenta el control de peso y talla en los infantes, así como la atención a las mujeres embarazadas y el parto y posparto.
La estrategia incluye mejorar el acceso a servicios de educación y asistencia técnica a los campesinos para la autoproducción y consumo de alimentos saludables. Para ello, el gobierno promueve con las autoridades locales la participación de las comunidades y sus organizaciones populares, explicó Sánchez.
La atención de la salud se hace a través de los dispensarios del Seguro Social Campesino, que según la ministra antes funcionaban poco y mal, así como por brigadas móviles ministeriales.
El Observatorio de los Derechos de la Infancia, que mantiene un Índice de los Derechos de la Infancia, ubicó en 6,5 sobre 10 puntos al gobierno en el cumplimiento de los derechos de los niños de cero a cinco años. La nota ha subido desde 5,1 que sacó este Gobierno en 2008 y de 4,6 el anterior, presidido por Alfredo Palacio.
