CHINA-COSTA RICA: Confluencia de intereses

Costa Rica, el único país de América Central que tiene relaciones diplomáticas con China, se apresta a ratificar un tratado de libre comercio con el gigante asiático al que ha pedido además controvertidas donaciones. Con todo, Beijing gana influencia en el istmo.

Algunos empresarios costarricenses dudan de los reales beneficios comerciales de esta asociación, mientras el resto de América Central sigue vinculada a Taiwán, territorio al que Beijing considera una provincia rebelde.

En abril, los dos países firmaron un tratado de libre comercio (TLC), negociado por los gobiernos de los presidentes Hu Jintao y Óscar Arias, quien fue sucedido en mayo de este año por Laura Chinchilla, del mismo Partido de Liberación Nacional, socialdemócrata.

La ratificación del acuerdo está pendiente en la Asamblea Legislativa costarricense.

La ministra de Comercio Exterior, Anabel González, indicó el 11 de este mes que espera que el TLC sea aprobado antes de fin de año y anunció que se comenzará a negociar otro con Corea del Sur.
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Costa Rica pretende, además, convertirse en miembro pleno del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés), categoría en la que se encuentran tres países latinoamericanos: México, Perú y Chile. Junto a Colombia y Panamá, Costa Rica participa en el bloque en calidad de observador.

China ya es el segundo socio comercial de este pequeño país, solo superada por Estados Unidos.

Precisamente la cercanía con Estados Unidos, y el tratado de libre comercio que firmó con ese país, otros cuatro países del istmo y República Dominicana (DR-CAFTA, por sus siglas en inglés), explican el atractivo que despierta en el gigante asiático, la segunda economía del mundo.

China tiene más de 1.300 millones de habitantes, mientras la población de Costa Rica es de 4,5 millones de personas.

Costa Rica tiene acuerdos similares con la Comunidad del Caribe, Canadá, Chile, México y Panamá. A la espera de su ratificación están el TLC con Singapur y el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea (UE), que suscribió junto con otros países de América Central.

"Tener acceso a los mercados que el país ha abierto con Estados Unidos y la UE es una de las grandes ventajas de la relación con China", dijo a IPS el director del Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas de la Universidad de Costa Rica, Max Soto.

Sin embargo, los empresarios no se muestran muy conformes con este tratado, porque "no está en el radar de los intereses comerciales de la mayoría", dijo a IPS el vicepresidente ejecutivo de la Cámara Costarricense de la Industria Alimentaria, Mario Montero.

El empresario piensa que la agenda debe centrarse en el mejoramiento de la competitividad de las empresas, así como en el desarrollo de la infraestructura.

"El TLC se utilizó como una herramienta política de acercamiento entre los dos países. Creemos que fue una mala decisión", criticó.

Sin las mentadas mejoras, las compañías "ticas" no podrán competir en los mercados que el gobierno está abriendo, sostuvo.

Tras años en ascenso, las exportaciones a China bajaron considerablemente en el primer semestre del año. Si al 30 de junio de 2009 el valor de los envíos ascendía a 308 millones de dólares, en la misma fecha de este año la cifra era de 194 millones de dólares.

Sumando a Hong Kong, región administrativa especial de China, en el primer semestre de 2009 las exportaciones alcanzaron 453 millones de dólares, frente a los 431 millones de dólares del presente año.

En cambio, las importaciones se incrementaron, pasando de 284 millones de dólares en junio de 2009 a 356 millones de dólares en igual mes de este año. Añadiendo a la ex colonia británica, los números suben de 302 a 373 millones de dólares en el mismo periodo.

Cerca de 90 de las ventas a China se concentran una sola empresa: la fabricante estadounidense de microprocesadores Intel.

A comienzos de este mes, el ministro de Relaciones Exteriores de China, Yang Jiechi, visitó Costa Rica y, en una audiencia con su homólogo René Castro, recibió un pedido de donación: la ampliación de una carretera, valorada en 221 millones de dólares.

La obra, que uniría la costa del Caribe con el norte del país, es considerada por la presidenta Chinchilla fundamental para el desarrollo económico.

Jiechi se comprometió a estudiar ésta y otras solicitudes. De concretarse, no sería el primer "obsequio" de Beijing a San José.

Con la apertura de las relaciones diplomáticas, el 1 de junio de 2007 (que conllevó la ruptura con Taiwán), el gobierno chino donó el Estadio Nacional, un moderno recinto deportivo, cuya inauguración está prevista para febrero de 2011, y que ha costado 83 millones de dólares.

El presidente de la Cámara Costarricense de la Construcción, Ricardo Castro, aseguró a IPS que "es una barbaridad pedir estos regalos, porque uno se expone a cumplir cosas que no debe. Hay que respetar las leyes costarricenses".

"La política exterior de los países pequeños está muy restringida", explicó a IPS el politólogo César Zúñiga. Éstos deben beneficiarse del entorno internacional, algo que ya hizo Costa Rica en los años 80, cuando recibía más de un millón de dólares diarios de Estados Unidos en asistencia y cooperación, indicó.

Costa Rica es el país centroamericano con una democracia más asentada, con los mejores indicadores de desarrollo humano y que no arrastra, como varios de sus vecinos, un pasado reciente de sangrientas dictaduras y guerras internas.

China ahora se sirve del prestigio de Costa Rica en la región para asentarse en ella, no sólo en el plano económico sino también en el político.

"Nuestro país aprovecha ese interés en beneficio propio, es el paradigma de Santa Claus, una política de oportunidad", consustancial a los pequeños estados, arguyó el politólogo.

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