Los cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), reunidos este jueves en la capital ecuatoriana, fracasaron en su intento de acercar a los gobiernos de Colombia y Venezuela, que cortaron todas sus relaciones hace una semana. La cita fue «un absoluto desastre», sentenció un embajador.
El encuentro, convocado de modo extraordinario a pedido de Venezuela, sólo pudo acordar la realización de una cumbre regional, para tratar al más alto nivel el problema, que se prevé concretarla después del 7 de agosto, cuando Juan Manuel Santos sucederá en la presidencia de Colombia a Álvaro Uribe.
A pesar de que el presidente de la reunión, el canciller ecuatoriano Ricardo Patiño, enfatizó en que fue un paso importantísimo el haber sentado en la misma mesa a sus pares Nicolás Maduro, de Venezuela, y Jaime Bermúdez, de Colombia, la sensación expresada por fuente cercanas a los participantes del encuentro es contraria.
Cuando IPS le solicitó precisiones al embajador, que prefirió no identificarse, sobre su calificación de desastre, éste explicó que "lo único que hicieron fue insultarse entre ellos".
Por su parte, Patiño aceptó en una rueda de prensa que la reunión había sido "muy difícil y "por momentos muy tensa", porque las posiciones son "muy encontradas". No pudo llegarse a un texto de consenso, añadió.
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Esas posiciones enfrentadas se reflejaron en las declaraciones separadas dadas tanto por Bermúdez como por Maduro al término de la reunión.
Según Bermúdez, solamente Venezuela no aceptó el texto de consenso, en el que sí estuvieron de acuerdo todos los demás países.
La frase que no habría aceptado el canciller Maduro era que se requerían "mecanismos eficaces" para acabar con las fuerzas irregulares, dentro y fuera de las fronteras de Colombia. "A última hora Venezuela decidió que no aceptaba este texto", aseveró Bermúdez.
La ruptura de relaciones entre los dos países se concretó el jueves 22 tras la denuncia presentada en la Organización de los Estados Americanos (OEA) por el gobierno de Colombia sobre la presunta presencia de campamentos de guerrillas izquierdistas de su país en territorio venezolano, cerca de la frontera común.
El gobierno de Uribe asegura que jefes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y del Ejército de Liberación Nacional, junto a unos 1.500 combatientes, permanecen en el vecino país. Como prueba de sus dichos, su embajador ante la OEA, Luis Hoyos, mostró fotografías de campamentos guerrilleros supuestamente tomadas en el occidente de Venezuela
Maduro, también al término del encuentro de Quito, declaró que "el canciller Bermúdez se despide de la Unasur mintiendo", pues según él, "el objetivo de esta reunión no era llegar a ningún documento".
Preguntado el canciller colombiano si era verdad que Maduro había denunciado que Colombia está preparando un ataque armado a Venezuela, eludió responder de manera directa.
"Los enemigos de Colombia son el narcotráfico y el terrorismo. Con los países hermanos, queremos tener las mejores relaciones. Pero se necesita comprensión y cooperación", contestó.
Maduro, en cambio, aceptó que sí lo había dicho antes sus pares. "Bermúdez estuvo toda la reunión saltando, con los ojos brotados, como cuando se le muestra el crucifijo a un poseído por el diablo, cada vez que se le hablaba de paz", indicó Maduro.
Añadió que "después de exigirle toda la reunión" logró finalmente el compromiso de Bermúdez de que su país no desatará ninguna acción armada contra Venezuela.
"Se comprometió de palabra, ante los cancilleres de la Unasur y esperamos que todos los países le exijan que la cumpla", completó Maduro.
Entre los puntos que el anfitrión, Patiño, mencionó como resumen de los resultados de la reunión estuvo "el compromiso de luchar contra los grupos ilegales", y el acuerdo de que "todos los países de la región harán esfuerzos bilaterales y multilaterales para erradicarlos".
Al ingresar a la cita, el nuevo canciller de Argentina, Héctor Timerman, felicitó a Quito "por la celeridad (con) que convocó la reunión" de los ministros de Relaciones Exteriores de los 12 países de América del Sur que integran este bloque.
De este modo se "ratifica el deseo de todos los miembros de la Unasur (de) que cuando el tema lo requiera sea resuelto por la vía pacífica", añadió.
A Quito concurrieron, a demás de los mencionados Maduro, Bermúdez y Timerman, los cancilleres David Choquehuanca, de Bolivia, Alfredo Moreno, de Chile, José García, de Perú, y Luis Almagro, de Uruguay, los vicecancilleres Antonio Patriota, de Brasil, y Jorge Lara Castro, de Paraguay, y la embajadora de Suriname en Brasil, Mavis G. Demon-Belgraef.
El otro país del bloque, Guyana, no envió representante. Tampoco estuvo presente en el conclave el designado secretario general de Unasur, el ex presidente argentino Néstor Kirchner.
Esa concurrencia llevó a Maduro a señalar que la Unasur es el espacio natural para el debate sobre los temas que se trataron el día de hoy y que por eso había solicitado la reunión "luego del show grotesco del embajador colombiano Hoyos en el seno de la OEA", que "obligó al gobierno del comandante Hugo Chávez a romper las relaciones".
El canciller venezolano afirmó que lo que presentó Bermúdez en Quito fue "el refrito del refrito de lo que presentó Hoyos en la OEA" y acusó al saliente gobierno de Colombia de una "obsesión guerrerista y violenta" y de ser incapaz de controlar la producción de cocaína y terminar 60 años de guerra interna.
Reiteró que Venezuela continuará ejerciendo soberanía en su territorio y que capturará a cualquier grupo irregular que se halle en él, aunque rechazó que las presentaciones de Colombia constituyan pruebas, pues adujo que sólo son "mentiras, montajes y trampas".