La producción de basura en Brasil creció ocho por ciento, 70 gramos diarios por persona en 2009, pese a que fue un año de estancamiento económico. En cambio, la recolección selectiva de desechos solo aumentó 0,7 por ciento, limitándose a siete por ciento de los municipios.
Esos datos de la Asociación Brasileña de Empresas de Limpieza Pública y Residuos Especiales revelan falta de políticas públicas para el reciclaje.
Entre los municipios más avanzados sobresale Londrina, en el meridional estado de Paraná, donde la recolección selectiva alcanza 85 por ciento de los domicilios y se ejecuta a través de proyectos sociales.
“Los ‘catadores’ responden por la recolección, obtienen ingresos con ese trabajo y son entrenados para educar la población”, explicó a Tierramérica la gestora de la actividad en el municipio, Marilys Garani. “Las estadísticas comprueban que los gastos de la alcaldía con la basura se redujeron desde la implantación del proyecto”, acotó.