Casi 68.500 argentinos participaron de una campaña lanzada el 23 de junio por Greenpeace para exigir a las empresas fabricantes de pilas y baterías que se encarguen de los residuos que generan. Los participantes firman una carta en Internet en la que reclaman a las principales empresas que se hagan cargo de la exportación de 10 toneladas de pilas y baterías usadas, recogidas por las autoridades de la Ciudad de Buenos Aires.
“Hoy es posible reciclar y recuperar los materiales que contienen” esas baterías, pero la empresa debe recogerlas y no permitir que vayan a parar a basurales, explicó a Tierramérica la activista Yanina Rullo, de Greenpeace.
Se necesita una ley para la gestión de residuos electrónicos y eléctricos, que incluya las pilas y las baterías, reclama la organización ecologista.