Antes Mevliha Cebo disfrutaba del trabajo para el que se formó: era maestra preescolar. Pero desde hace seis años se dedica a prepararles el desayuno a los clientes de un pequeño restaurante de la capital de Bosnia-Herzegovina, donde se desempeña como chef.
Pasa un día típico cocinando huevos revueltos cubiertos con nata o acompañados de sabrosas salchichas en el local ubicado en el barrio de Kandilj, en su ciudad natal.
"Lo que usted ve es todo cultivado o hecho en casa, como la miel, el pan, los huevos que traemos de la granja de mi madre, y la mermelada, las salsas y los tomates que tomamos de su huerta", dijo Cebo, de 52 años.
"Eso es lo que mantiene en marcha este negocio, y también alimenta a mi familia extendida, de 20 miembros", agregó.
En las últimas dos décadas, ella y su familia soportaron muchas crisis financieras, y ahora esperan remontar ésta también.
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La historia de Cebo es similar a la de muchos otros en los Balcanes, que fueron severamente afectados por la crisis económica de 2008. La recesión llegó justo cuando el país estaba recuperándose, luego de muchos años de guerra y derramamiento de sangre.
Ahora, los despidos y los magros ingresos obligan a muchos como ella a adoptar nuevas profesiones y estilos de vida para sobrellevar las dificultades económicas.
"Primero fue la guerra entre 1992 y 1995. Perdí mi trabajo como maestra preescolar luego, sólo para recuperarlo por un par de años, pero lo volví a perder en 2004 a causa de los recortes presupuestarios", relató.
"Entonces tuve que buscar otra fuente de sustento. Y aquí estoy, preparándoles el desayuno a otros", añadió.
Pero sus preocupaciones distan de haber terminado, incluso luego de hallar una nueva vocación. A los dos hijos de Cebo, que en 2008 se recibieron de bancario y veterinario, se les está haciendo muy difícil encontrar trabajo en Sarajevo.
En Bosnia-Herzegovina el desempleo es de 40 por ciento, según estimaciones oficiales. Se esperaba que la región se recuperara a raíz de los esfuerzos del gobierno por reconstruir el país, entre 1995 y 2000, tras años de guerra.
Sin embargo, no logró la transición hacia una economía de mercado, en buena medida a causa de la corrupción y de un mal clima para las inversiones. Desde que se inició la crisis económica, en 2008, el desarrollo se ha enlentecido cada vez más.
"Es una nueva distorsión para la gente", dijo a IPS el guía turístico Zijad Jusufovic, de 45 años, que trabaja en Sarajevo.
"Estábamos volviendo a la vida normal, pero nuevamente nos consume la desesperanza. Luego de años de guerra, la vida debería haber mejorado, particularmente para los jóvenes. Pero ellos no conocen una vida decente", agregó.
Incluso para Eslovenia, cuya población es conocida por su rico estilo de vida en los Balcanes, la suerte cambió drásticamente desde 2008.
Aparte de haber participado en el costoso rescate de Grecia que el mes pasado hizo la Unión Europea, Eslovenia se tambalea bajo la dolorosa reforma de su sistema de pensiones, que ejerce una presión adicional sobre la economía nacional.
Eslovenia tuvo que emitir bonos públicos para recaudar los 387 millones de euros (490, 3 millones de dólares) que constituyeron su aporte al rescate de Grecia, de 110.000 millones de euros (cerca de 140.000 millones de dólares), suma que equivale a 3,6 por ciento de su presupuesto para 2010.
Una ley introducida por el gobierno en junio limita las horas de trabajo para estudiantes y empleados a 20 por mes.
Esta nueva norma suscitó violentas protestas estudiantiles el mes pasado. Los manifestantes arrojaron huevos y piedras contra el edificio del parlamento en Ljubljana, y fueron dispersados por la policía.
"Estábamos muy bien económicamente en comparación con otros en la región. Por lo tanto, estas protestas son comprensibles", dijo a IPS el joven profesor universitario Rado Pezdir.
"Ahora la gente tiene que contar cada centavo", sostuvo.
Como otros en la ex Yugoslavia, los eslovenos cuentan con el gobierno para solucionar los problemas.
"Eso es algo que a duras penas puede cambiar en toda (la ex Yugoslavia). Aquí la gente es apática, quiere comercios llenos y dinero para comprar todas estas mercaderías, pero nadie piensa que tiene que trabajar duramente para eso o enfrentar la pérdida de su trabajo. Creen que el Estado debería porveernos a todos, pero eso no puede ocurrir ahora", dijo Pezdir.
En Serbia, la nación más grande de la región, con 7,4 millones de habitantes, la población tiene expectativas similares en relación al gobierno. El desempleo ha alcanzado un récord de casi 30 por ciento desde 2008.
Desde 2009, 250.000 personas perdieron sus trabajos, según estimaciones oficiales, lo que equivale al total de empleos perdidos entre 2001 y 2008.
"Las estadísticas pueden ser engañosas", dijo a IPS el vendedor callejero Zoran Stamenkovic en el centro de Belgrado.
"Yo como repollo, usted come carne. Pero las estadísticas harán que usted diga que nosotros comemos sarma", un plato tradicional balcánico que consiste en hojas de repollo rellenas de carne picada, sostuvo.
El Estado es incapaz de generar más puestos laborales, hay menos inversiones y cada vez son más las personas que se postulan a los beneficios por desempleo.
Nikolina Strajic, de 43 años, cobra 120 dólares como beneficio por desempleo. Pero esa suma apenas le alcanza para mantener a su familia, de cuatro miembros, dijo. Hace poco perdió su empleo en uno de los supermercados de Belgrado.
Sin embargo, "estoy feliz de no haber sacado un préstamo bancario para renovar nuestro apartamento. Tendremos que depender del salario de mi esposo", de 535 dólares, señaló.
"Espero que podamos arreglarnos hasta que yo encuentre un trabajo. No sé cuándo será posible eso", añadió.