El fallido intento del gobierno de Japón de modificar el tratado de seguridad que tiene con Estados Unidos derivó en la renuncia este miércoles del primer ministro, Yukio Hatoyama, y puso nerviosa al resto de Asia.
El pacto de seguridad, resabio de las relaciones bilaterales que se forjaron tras la derrota de este país en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), suele ser considerado un eje en materia de defensa en la región
Hatoyama dimitió este miércoles tras la controversia que se generó porque no pudo cumplir con su promesa de reubicar la base militar que tiene Estados Unidos en Futenma, en las afueras de la ciudad densamente poblada de Ginowan, en la isla de Okinawa.
El gran apoyo popular que gozaba el gobierno socialdemócrata de Hatoyama cayó a 17 por ciento el lunes, una señal negativa antes de las elecciones de la cámara alta de julio.
La inestabilidad política de Japón puede tener consecuencias negativas para la región, según analistas. Tokio y Washington se esfuerzan por alcanzar un acuerdo satisfactorio para contener el malestar causado por la base de Okinawa.
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"La situación en Asia es peligrosa e incierta", señaló Takeshi Inoguchi, especialista en relaciones internacionales de la Universidad de Niigata, en alusión a la actitud de alerta que vive la región tras la decisión de Corea del Sur y de Japón de tomar medidas enérgicas contra Corea del Norte.
Seúl sostiene que su vecino es responsable del hundidimiento de un buque de bandera nacional en marzo.
La reacción de Pyongyng fue amenazar con lanzar un ataque, pese a las pruebas que parecen confirmar su paricipación en el hecho.
China, un actor clave en materia de seguridad en la región, es el único aliado de Corea del Norte, pero no hace valer su fuerza frente a Seúl.
Las actividades militares de China en aguas jurisdiccionales de Japón no ayudan a mejorar las relaciones, limadas tras un acuerdo alcanzado el lunes, al que seguirán conversaciones entre Hatoyama y el primer ministro chino Wen Jiabao, quien visitará Tokio esta semana.
Es difícil saber qué va a ocurrir, señaló Inoguchi.
La desafortunada confluencia de ciertos factores, como "el débil liderazgo de Japón", la victoria anticipada de la oposición en las elecciones locales en Corea del Sur este miércoles, y los problemas laborales y el malestar social en zonas rurales de China que se ha vuelto un dolor de cabeza para Beijing, "sólo puede significar una mayor inestabilidad para la región".
Hatoyama echó a la ministra Mizuho Fukushima, líder del izquierdista Partido Socialdemócrata, porque se negó a aprobar la reubicación de la base militar de Futenma a una parte menos poblada de Okinawa. La secretaria de Estado argumentó que no podía ir contra la promesa de campaña de su agrupación.
La actual crisis política en la península coreana volvió a concentrar la atención sobre el tratado de seguridad entre Japón y Estados Unidos, un asunto delicado y una dificultad permanente de los gobiernos de este país, señaló el profesor Masao Okonogi.
"Todo intento de modificar la alianza militar bilateral, que para los japoneses es injusta, marca un camino engañoso para los gobiernos, como ocurre ahora", añadió.
El pacto le permite a Japón defenderse de una invasión, pero le impide lanzar un ataque. Además, este país alberga la mayor cantidad de bases militares de Estados Unidos en Asia.
El tratado es un elemento crucial de la política de defensa de Japón, pues le sirve para disuadir cualquiera amenaza de China y Corea del Norte.
Esos países no aprueban el pacto, que consideran una vuelta a la diplomacia típica de la Guerra Fría.
Toda esperanza que pudiera tener la población japonesa de lograr una alianza militar más equitativa con Washington se hizo añicos a la luz de las crecientes tensiones. La falta de liderazgo en asuntos internos no deja mucho espacio para negociaciones valiosas, según analistas.
Una alianza equitativa con Estados Unidos permitiría que Japón se rearmara, según Akira Kato, especialista en política internacional de la Universidad Obirin.
Japón tiene una gran fuerza de autodefensa que no puede llamarse ejército, de acuerdo con su Constitución pacifista de posguerra.
Un enrevesado cambio realizado al pacto de seguridad entre Japón y Estados Unidos hace dos décadas, permite a las fuerzas de autodefensa participar en operaciones con efectivos estadounidenses estaciones en este país.
Pero el Partido Socialdemócrata de Japón, que abandonó la coalición gobernante por desacuerdos políticos, aboga por "reducir las fuerzas de autodefensa y transformar el pacto de seguridad bilateral en uno de paz y buena voluntad".
La disputa por cuestiones de política exterior es una de las causas por la que la plataforma japonesa, identificada con el conservador Partido Democrático Liberal, es inestable para poder negociar un mejor acuerdo con Estados Unidos para reubicar la base militar, según analistas.
"Ante las diferencias entre la opinión pública y la de los políticos, la creciente inseguridad en Asia y la inestabilidad política en este país, el tratado de seguridad bilateral sigue desempeñando un papel fundamental en la seguridad de Asia con todas sus implicaciones", señaló Kato.