Reaprovechar el aceite de cocina para producir biodiésel tiene la ventaja de preservar el alcantarillado, además de evitar la contaminación de aguas y suelo. En el barrio Cerqueira Cesar, de São Paulo, el reciclaje redujo hasta en 50 por ciento la necesidad de desobstruir tuberías de los 1.500 edificios que desde 2008 se adhirieron al programa de recolección de aceite usado para aportarlo a plantas que lo convierten en biodiésel, según la compañía local de saneamiento.
Eso fortalece proyectos como Biofrito, de la estatal Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa), que desarrolla la tecnología y una planta, a inaugurarse este año, para producir 5.000 litros diarios de combustible para motores diésel a partir del aceite usado.
“Hacer participar a la comunidad en el reciclaje, incluyendo a los escolares, amas de casa y empresarios, es esencial para el éxito”, dijo a Tierramérica José Dilcio Rocha, coordinador del proyecto.
La reducción de la emisión de gases de efecto invernadero es otro de los grandes beneficios de este proyecto, precisó.