El río Papagayo, en el estado mexicano de Guerrero, sigue fluyendo y así quieren mantenerlo los pobladores de la zona que se oponen a la construcción de un complejo hidroeléctrico. Ahora su lucha quedó plasmada en un documental.
"Y el río sigue corriendo", que relata la oposición de cuatro comunidades al proyecto impulsado por la estatal Comisión Federal de Electricidad (CFE) desde 2003, fue dirigida Carlos Pérez Rojas y compitió por el premio al mejor documental mexicano en el Tercer Festival Internacional de Cine en Derechos Humanos "Es de todos",
"Necesitábamos contar lo que ha ocurrido en Guerrero. Somos los dueños de la tierra y jamás vamos a dar un paso atrás", dijo a IPS José Hernández, portavoz del no gubernamental Consejo de Ejidos y Comunidades Opositoras a la Presa La Parota (Cecop), surgido a raíz de la iniciativa hidroeléctrica.
La obra, que el gobierno suspendió en 2009, inundaría más de 17.000 hectáreas alrededor de la localidad de Cacahuatepec, a unos 600 kilómetros al sur de la capital mexicana, lo cual forzaría el traslado de unas 25.000 personas. El Papagayo mide 140 kilómetros de largo y es uno de los tres principales ríos de Guerrero.
La Parota ha ocasionado una división en los cinco municipios guerrerenses implicados en la infraestructura, pues 15 núcleos agrarios la apoyan y cuatro se resisten, en una disputa que ya dejó tres muertos entre los pobladores que se oponen al proyecto.
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"El documental es importante para difundir lo que ha sucedido en nuestra comunidad, en nuestra lucha que el gobierno ha criminalizado", comentó a IPS Felipe Flores, otro miembro de Cecop.
La memoria visual, que recoge testimonios de los opositores y relata el proceso organizativo, fue producida por Mecapal y contó con el respaldo del canal estadounidense National Geographic, el grupo Ojo de Tigre Vídeo y los gubernamentales Fondo Nacional para la Cultura y las Artes y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
Pérez, que ha filmado las cintas testimoniales "Payasos sin fronteras" (2001) y "Mirando hacia dentro: la militarización en Guerrero" (2004), es un documentalista originario del también sureño estado de Oaxaca especializado en temas indígenas y que ganó en 2005 el Premio de Derechos Humanos Reebok.
En una asamblea comunitaria en 2007, los integrantes de Cecop votaron por el rechazo unánime a la represa hidroeléctrica. Adicionalmente, un tribunal agrario de la sureña ciudad de Acapulco les dio la razón y declaró nulas tres asambleas que pretendían legitimar la obra gubernamental, la última fue en agosto de 2009.
Pero ahora el gobierno del estado de Guerrero, encabezado por Zeferino Torreblanca, del izquierdista Partido de la Revolución Democrática, pretende reactivar el proyecto con una asamblea comunitaria efectuada el 28 de abril pasado, según denuncias de Cecop.
"El proyecto de La Parota no se ha hecho bien, incluido el estudio de impacto ambiental, y no hay un plan de reubicación de la población. Además, hay riesgos ambientales con la inundación", señaló a IPS Astrid Puente, codirectora de la no gubernamental Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente, que ha documentado ampliamente el tema de las represas en el continente.
Los miembros de Cecop pretenden que el Congreso legislativo de México llame a comparecer a Alfredo Ayub, director general de CFE, para que explique el estado real de La Parota, que generaría 905 megavatios destinados especialmente al área urbana de la turística ciudad de Acapulco.
"Somos indígenas, pero no ingenuos. Lo que queda es el despojo de miles de campesinos. No estamos dispuestos a ceder un centímetro de tierra a la CFE", enfatizó Hernández.
Pero La Parota no es un caso aislado, pues existen en todo el país al menos otros siete proyectos de represas que han generado descontento social.
Un caso en marcha es el del complejo El Zapotillo, en el noroccidental estado de Jalisco y cuyo propósito es trasvasar el río Verde para dotar de agua a la zona central de México.
A cargo de la estatal Comisión Nacional del Agua y la Comisión Estatal del Agua de Jalisco, El Zapotillo, que costará unos 615 millones de dólares y captará más de 500 millones de metros cúbicos de líquido, cubrirá de aguas los pueblos Acasico, Palmarejo y Temacapulín.
En los últimos años ha cobrado fuerza la grabación en celuloide de movimientos sociales en México, como lo refleja la cinta "Pueblos unidos", presentada también en el festival de cine de derechos humanos, organizado del 21 de mayo al 3 de este mes por la Fundación Cinépolis, perteneciente a la cadena cinematográfica del mismo nombre.
Dirigido por los mexicanos Felipe Casanova y Miguel Díaz, el documental enseña el rechazo de campesinos de la localidad de Perote, en el sudoriental estado de Veracruz, contra la criadora de cerdos Granjas Carroll, propiedad de la estadounidense Smithfield Foods, por considerarla contaminante de la zona.
"Es un destrozo social muy grande", subrayó Flores.
Las denuncias contra la construcción de las represas formaron parte de la exposición "Agua, ríos y pueblos", que fue del 10 al 14 de mayo en la capital mexicana.
También Temacapulín será sede del 1 al 7 de octubre del Tercer Encuentro Mundial de Afectados por las Grandes Represas denominado "Ríos para la vida 3", que espera reunir a unos 300 delegados de distintas partes del mundo en pie de lucha contra los embalses.