ARGENTINA: Cuando la voluntad de pagar no alcanza

Ocho años y medio después de declarar el cese de pagos, Argentina regularizó casi 93 por ciento de su deuda y ahora espera mejorar su posición crediticia. Sin embargo, expertos advierten que la desconfianza de los mercados no se disipará enseguida.

"Si Argentina sale hoy a colocar deuda pagaría una tasa de interés de 12,5 por ciento en dólares. En cambio si lo hace Brasil, Chile o Uruguay pagarían menos de cinco por ciento", explicó a IPS Fausto Spotorno, del Centro de Estudios Económicos.

Este diferencial tiene un antecedente. Argentina se declaró en cesación de pago a fines de 2001 tras el colapso económico y social que tuvo su manifestación política en la renuncia a la presidencia del centrista Fernando De la Rúa cuando sólo había transcurrido la mitad de su mandato iniciado en 1999.

Para 2005, con la economía ya en proceso de recuperación, el gobierno del centroizquierdista Néstor Kirchner (2003-2007) lanzó la primera propuesta de reestructuración, con un canje títulos que incluyó una quita de capital y el aplazamiento de los vencimientos.

Aquella oferta fue aceptada por 76 por ciento de los tenedores de bonos. Por eso el gobierno de Cristina Fernández, esposa de su predecesor en el cargo, propuso este año un nuevo canje para los que no ingresaron en 2005.

En esta etapa, que cerró el martes, 66 por ciento de los bonistas remanentes adhirieron a la propuesta. Eso implica que a partir de ahora, 92,4 por ciento de la deuda que estaba en cesación de pagos ahora se regularizó y se cancelará regularmente.

En número absolutos, la reestructuración fue por 82.000 millones de dólares y quedaron pendientes menos de 7.000 millones de dólares. Pero el gobierno advirtió que no habrá otra propuesta para ellos.

Ya la gestión de Kirchner había cancelado la deuda soberana con el Fondo Monetario Internacional y ahora Fernández promete negociar el pago de la deuda con el Club de París, que congrega como prestatarios a los países industrializados y que asciende a unos 7.500 millones de dólares, con intereses incluidos.

Todos estos gestos unidos muestran voluntad de pago, afirman diversos economistas consultados por IPS. Pero no parecen suficientes para acceder a créditos a tasas razonables en el corto plazo ni para atraer grandes inversiones.

En una reunión de corresponsales extranjeros con expertos en el mercado financiero de la que participó IPS, Emilio Cárdenas, ex director ejecutivo del banco británico HSBC en Argentina, consideró que el canje "fue un paso positivo".

"Con esto se regresa a la normalidad", añadió el abogado, que fue además representante de Argentina ante la Organización de las Naciones Unidas.

Por su parte, el economista Miguel Kiguel, ex funcionario del Banco Central y director de la consultora Econviews, sostuvo que el nuevo canje "fue un paso adelante" y sus resultados "razonables", pero que "el riesgo país sigue alto".

El riesgo país, que registra la diferencia de tasa entre los bonos locales y sus similares de Estados Unidos, está en torno de los 780 puntos básicos, un número que triplica al de Brasil.

"No percibo que Argentina tenga ahora un problema de deuda, pues es baja, de 30 por ciento del producto (bruto interno), pero tenemos un problema de crédito. Nadie nos presta. Y eso complica" la marcha de la economía, apuntó.

El gobierno esperaba colocar deuda a una baja tasa de interés anual al tiempo que lanzaba este nuevo canje, pero no lo hizo. "Hay que esperar dos años para que Argentina vuelva a tener crédito a esos niveles", vaticinó Kiguel.

Entre las principales causas de la desconfianza, los expertos ya no hacen hincapié en la cesación de pagos, que estaría superada en parte por la reestructuración, sino en otros factores como la presunta manipulación de las estadísticas.

En 2007, el gobierno de Kirchner intervino el estatal Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) y desde entonces los indicadores de inflación están bajo sospecha. Cálculos de consultoras privadas ubican la inflación anual entorno a 30 por ciento, pero el organismo oficial mide menos. Después de la primera ronda del canje Argentina tenía prácticamente el mismo riesgo país que Brasil, pero esa confianza comenzó a flaquear a partir de la intervención del Indec, remarcó Kiguel.

Para Cárdenas, "el tema es la credibilidad para atraer inversiones". "Tenemos una región con competidores muy bien posicionados como Brasil, Chile, Perú o Uruguay", advirtió. En este punto coincidió Spotorno. "Argentina no logra tener credibilidad", sobre todo por el Indec, un asunto que el ministro de Economía, Amado Boudou, prometió resolver cuando asumió el cargo hace dos años y aún no hizo.

Por eso Kiguel remarcó que aún cuando avanza la reestructuración de la deuda y no hay problemas económicos o financieros graves en el horizonte, Argentina "no resulta, por ahora, un imán para las inversiones".

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