El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, prometió mantener la «superioridad militar» del país, pero subrayó que su permanencia como potencia mundial depende del buen estado de su economía y de seguir un enfoque multilateral.
La Estrategia de Seguridad Nacional (NSS, por sus siglas en inglés) de Obama es notoriamente diferente a la que anunciara su predecesor, George W. Bush (2001-2009), seis meses antes de la invasión a Iraq en 2003.
El documento de 52 páginas subraya los límites de la fuerza militar y hace referencia a la postura unilateral que caracterizó, en especial, al primer gobierno de Bush.
"El peso de iniciar un nuevo siglo no puede recaer sólo sobre Estados Unidos, de hecho, nuestros adversarios querrán ver cómo tambalean nuestras fuerzas al querer expandir nuestro poderío", señala Obama en la introducción de la NSS, divulgada el jueves.
"Sabemos bien los desafíos que supone movilizar una fuerza colectiva y las debilidades de nuestro sistema internacional. Pero Estados Unidos no logró quedar fuera de la corriente de colaboración internacional", remarca en una de las muchas críticas implícitas a su predecesor que contiene el documento.
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Washington no le temerá al recurso de la fuerza militar "unilateral, si fuera necesario defender nuestra nación y nuestros intereses. Pero, de ocurrir, también trataremos de adherir a los estándares que rigen su uso, añade.
Desde 1986, el Poder Ejecutivo está obligado por ley a difundir de forma periódica la NSS, que tradicionalmente ha hecho énfasis en el poder militar.
La actual NSS implica un cambio significativo respecto de anteriores por la importancia que adjudica al fortalecimiento de la economía, donde radica la fuerza de Estados Unidos, y construir un "orden internacional justo y sostenible" que, entre otras cosas, sirva para satisfacer las ambiciones de "los centros de influencia del siglo XXI", como Brasil, China, India, Indonesia, Rusia y Sudáfrica.
"Es una verdadera estrategia de seguridad nacional porque cubre muchos asuntos y trata de ser bastante sintética respecto de los intereses tradicionales, la economía y otros asuntos internos, todo de una sola vez", señaló Charles Kupchan del Council on Foreign Relations (Consejo de Relaciones Exteriores).
"El documento deja bien claro que la fuente de poder de Estados Unidos comienza por casa, con educación, democracia, prosperidad y responsabilidad fiscal", añadió. "Son mensajes muy importantes", remarcó.
"La idea de vincular la seguridad nacional a una economía sólida se inspira en las tácticas del presidente Dwight Eisenhower (1953-1961)", señaló William Hartung de la New America Foundation (NAF), quién calificó la nueva estrategia de "enorme avance con respecto al enfoque de Bush, quien defendió una política exterior de dispara primero y pregunta después".
La nueva NSS subraya la importancia de aumentar el poder multipolar y la necesidad de Washington de mirar más allá de las guerras de Afganistán e Iraq y de la llamada "campaña internacional contra Al Qaeda y sus células" para garantizar la seguridad del país.
"Estas guerras y nuestros esfuerzos internacionales para luchar contra el extremismo— son sólo un elemento de nuestra estrategia y no pueden definir los vínculos de Estados Unidos con el mundo", señala el documento.
"El terrorismo es una de las muchas amenazas que se agravan con la globalización", añade, refiriéndose a las armas nucleares, la guerra cibernética, la dependencia de Estados Unidos de los combustibles fósiles, el cambio climático, las enfermedades y los países en crisis, entre muchas otras.
"Hay más actores con poder e influencia", reconoce la NSS. El gobierno ya contribuyó a traspasar la gestión económica mundial del Grupo de los Siete (G-7) países ricos al Grupo de las 20 (G-20) naciones industriales y emergentes, según el documento.
Además de reconocer la existencia de un mundo multipolar, la diferencia más importante con las estrategias de su predecesor fue el trato que Obama dio al poderío militar.
La NSS divulgada por Bush a fines de 2002 se caracterizó por su gran énfasis en el uso de la fuerza y su promesa de mantener la superioridad militar contra cualquier posible adversario, tono que suavizó en la versión de 2006.
"Los estadounidenses soportan una gran carga, y nuestro liderazgo mundial está asociado a nuestro poder militar", reconoce la NSS. También "sabemos que nuestros enemigos tratan de exigir a nuestras Fuerzas Armadas y distanciarnos de quienes comparten nuestros intereses", añade.
"Es un antídoto refrescante respecto de los años de Bush al aclarar que el poder militar es sólo un componente de la fortaleza de Estados Unidos y que, en determinadas circunstancias, hasta puede resultar contraproducente", señaló Kupchan.
Al especialista en contrainsurgencia Andrew Exum le resultó difícil conciliar esa "audaz declaración" con la parte en que "reconoce que Estados Unidos debe atender el déficit para garantizar su seguridad en el futuro".
"Podría ser difícil para Estados Unidos alcanzar sus objetivos en materia de seguridad nacional tal como nos gustaría por falta de fondos", señaló Exum, del Centre for a New American Security (centro para una nueva seguridad estadounidense).
"El problema es que la actual política de Obama parece contradecir la retórica de restricciones del documento porque aumenta continuamente un presupuesto militar ya abultado, depende del envío de más efectivos y de atacar con aviones no tripulados, como elementos centrales de la política de Estados Unidos en Pakistán y Afganistán", añadió Hartung.
* El blog de Jim Lobe dedicado a la política exterior de Estados Unidos se puede leer en (http://www.ips.org/blog/jimlobe/).