Los flujos de inversión extranjera directa (IED) hacia América Latina y el Caribe, que cayeron 42 por ciento en 2009 a raíz de la crisis económica mundial, repuntarán entre 40 y 50 por ciento este año, según proyecciones de la Cepal. Sin embargo, estos ingresos siguen considerados de «baja calidad».
La región recibió el año pasado 76.681 millones de dólares, lejos de los históricos 131.938 millones alcanzados en 2008, indica el informe anual "La inversión extranjera directa en América Latina y el Caribe 2009", presentado este miércoles en Santiago.
En el mundo, la IED se contrajo por segundo año consecutivo. Esta vez el retroceso fue de 39 por ciento, indicó la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe).
La secretaria ejecutiva de la Cepal, la mexicana Alicia Bárcena, dijo que "las perspectivas de crecimiento de la región, las tendencias de largo plazo de los flujos y la información preliminar" pronostican que las corrientes de IED podrían crecer entre 40 y 50 por ciento este año, con lo que volverían a superar los 100.000 millones de dólares.
"Creemos que América Latina sigue siendo un destino muy importante de estos fondos, porque tiene materias primas y sus precios están en aumento", apuntó.
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Bárcena reconoció, sin embargo, la preocupación del organismo que dirige por el complejo momento que viven algunos países de la Unión Europea, como Grecia, que debió ser socorrida por sus socios en el bloque con 146.000 millones de dólares para paliar su déficit fiscal.
"Si la crisis griega se expande hacia España, por ejemplo, sí podría haber un impacto muy fuerte en la inversión extranjera directa que llega a América Latina", avizoró Bárcena, quien manifestó su esperanza de que se "contenga el contagio".
Por otra parte, la representante de esta agencia regional de la Organización de las Naciones Unidas alertó que tres cuartos de los montos de los nuevos proyectos de inversión extranjera directa en manufactura, anunciados para la región, están dirigidos a actividades de "intensidad tecnológica baja y media-baja".
Asimismo, "la IED destinada a proyectos de investigación y desarrollo continúa siendo escasa", se plantea en el documento de 232 páginas.
"Esto muestra las dificultades que todavía presenta la región, no sólo para atraer inversiones de alta tecnología o para realizar tareas de investigación y desarrollo, sino también para insertarse en los eslabones de alto valor agregado de las cadenas globales de producción", advierte el texto.
En diálogo con IPS, el director de la División de Desarrollo Productivo y Empresarial de la Cepal, Mario Cimoli, explicó que, "cuando uno invierte en sectores de alta tecnología, lo hace en sectores que generan valor agregado, que pueden pagar mejores salarios y que refuerzan la densidad productiva y la capacidad tecnológica de un país".
Es decir, "ayudan a fomentar el crecimiento y el desarrollo de los países", enfatizó el especialista, lo cual exige una serie de políticas de parte de los gobiernos, como incentivos focalizados para atraer IED de calidad y formación de capital humano.
Entrando en detalle de lo ocurrido en 2009, el documento de la Cepal anota que los ingresos externos para inversiones en América del Sur disminuyeron 40 por ciento, mientras que los dirigidos hacia México y el Caribe cayeron 45 por ciento.
Brasil continuó siendo el mayor receptor de la región, alcanzando el año pasado 25.949 millones de dólares, 42 por ciento menos que en 2008. Le siguieron Chile, con 12.702 millones de dólares, México con 11.417 millones, Colombia con 7.201 millones y Argentina con 4.895 millones de dólares.
Los mayores inversionistas en 2009 fueron Estados Unidos, con 37 por ciento de participación, España con nueve por ciento y Canadá con siete por ciento. El sector servicios continúa como primera atracción de estos capitales, seguido de las manufacturas y los recursos naturales.
Otro 10 por ciento es responsabilidad de las empresas transnacionales latinoamericanas, conocidas como translatinas.
Precisamente, en el periodo estudiado también los flujos de inversión directa provenientes de la propia región registraron una drástica caída de 69 por ciento, sumando 11.387 millones de dólares, merma que se explica por la desaceleración de la inversión brasileña.
Chile, con 7.983 millones de dólares, es el país que más invirtió en el exterior y no sólo en América Latina y el Caribe, escoltado por México, que repartió 7.598 millones, Colombia con 3.025 millones y Venezuela con 1.800 millones de dólares.
Las mayores firmas translatinas son por orden de importancia la brasileña Petrobras, con ventas por 101.948 millones de dólares el año pasado, y la estatal Petróleos de Venezuela con 68.000 millones. Luego le siguen el Itaú-Unibanco, de Brasil, la firma mexicana América Móvil y la minera Vale, también del gigante sudamericano.
El informe de la Cepal también analiza el desempeño de las industrias automotriz y siderúrgica en América Latina y el Caribe frente a la crisis económica internacional surgida en 2008 en Estados Unidos.
Las políticas públicas contracíclicas implementadas por países como Brasil, que produce 51 por ciento del acero en la región, y México, que se anota otro 27 por ciento, lograron mitigar los efectos de la coyuntura internacional, concluyó el organismo.