Haití apela a profesionales de la diáspora

Los haitianos radicados en el exterior respondieron al terremoto del 12 de enero con una asistencia «masiva y espontánea». Miles de profesionales abandonaron entonces sus trabajos en otros países para acudir en ayuda de sus compatriotas, según el ministro Edwin Paraison.

Ahora las autoridades esperan que aún más expatriados vuelvan a instalarse en Haití, que tiene por delante un inmenso programa de reconstrucción.

"Pedimos a los haitianos calificados que residen fuera del país que regresen, porque necesitamos llenar el vacío que existe en el sector profesional", dijo Paraison, ministro para los Haitianos Viviendo en el Exterior, durante su visita a París de esta semana, al inicio de una gira europea que concluirá el día 15.

"Nos emocionó su reacción masiva, espontánea y generosa luego del terremoto. Pero tenemos que centrarnos en los esfuerzos a largo plazo a medida que avanzamos", agregó.

El objetivo de su gira es promover el plan de movilización del gobierno para atraer a los profesionales de regreso, ofreciéndoles buenos salarios, vivienda y transporte, señaló Paraison.
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"Sabemos que esas personas se acostumbraron a cierto estándar de vida en el exterior, así que tenemos que facilitar su regreso brindándoles beneficios definidos", dijo a IPS en una entrevista.

"Tenemos que pensar en cosas que hagan sus vidas más fáciles en Haití", añadió.

Paraison dijo que el gobierno también estaba lanzando una campaña para crear conciencia, a fin de que los haitianos que se quedaron en el país no sientan que son desplazados por quienes decidieron volver.

"Tenemos que admitir que puede haber algunos pequeños problemas de resentimiento, pero no podemos escapar al hecho de que necesitamos reemplazar la función de quienes perdieron sus vidas en el terremoto", dijo.

Llamando a París "la capital de la diáspora haitiana en Europa", Paraison se reunió con organizaciones y funcionarios franceses, entre ellos el ministro de Inmigración Eric Besson. Será necesario coordinar la repatriación con las distintas partes, sostuvo.

Formado como sacerdote anglicano, Paraison también se centra en las comunidades religiosas para difundir este mensaje, por lo que mantuvo encuentros con varias congregaciones en la capital francesa.

Tenía previsto reunirse con organizaciones en Suiza y España también, para terminar con una conferencia sobre la diáspora en Barcelona.

La visita de Paraison coincidió con las conmemoraciones parisinas de la abolición de la esclavitud. Varias asociaciones también realizaron manifestaciones y una marcha el lunes, exigiendo que Francia pague reparaciones a sus ex colonias que padecieron el comercio de esclavos.

En el caso de Haití, los manifestantes del Mouvement International pour les Reparations (MIR, Movimiento Internacional para las Reparaciones) dijeron que existía una obligación especial, dado que el país caribeño sufrió un fuerte impacto financiero y humano al independizarse violentamente de Francia, hace dos siglos.

Tras su independencia, Haití fue obligado a pagarle a Francia 90 millones de francos de oro a cambio del reconocimiento del nuevo estatus del país, y también como reparación por "tierras e ingresos perdidos", en la revuelta esclava que condujo a la autonomía.

El país tuvo que solicitar importantes créditos a bancos internacionales para pagar esa suma más los intereses, sumiéndose aún más en la pobreza. Los pagos a Francia recién se completaron a mediados de los años 40.

En 2004, el entonces presidente haitiano Jean-Bertrand Aristide (1991, 1994-1996 y 2001-2004) calculó el valor de la suma que tuvo que pagar su país en 21.000 millones de dólares, al valor de ese momento.

Paraison dijo a IPS que Haití está abierto a lo que sea que Francia quiera hacer en el área de la cooperación y la asistencia, pero agregó que su principal preocupación es "movilizar a la diáspora" y designar un representante permanente para los haitianos que viven en Francia.

En este país europeo viven unos 75.000 haitianos, que a su vez integran una comunidad de cuatro millones de expatriados, según la embajada haitiana en París.

Quienes viven en el exterior representan 83 por ciento de todos los profesionales haitianos, lo que implica una severa "fuga de cerebros" para el país, sostuvo el embajador de Haití en Francia, Fritzner Gaspard.

La mayoría de los expatriados haitianos están radicados en Estados Unidos y Canadá. Una cantidad significativa vive en República Dominicana y otros países caribeños, como Cuba y Jamaica, mientras que otros se asentaron en Europa, África y otras regiones.

Aunque una pequeña minoría de estas personas regrese a Haití, su aporte estimulará los esfuerzos de reconstrucción, dado que el país perdió a más de 20.000 profesionales en el terremoto, dijo Gaspard.

Además, "la angustia y las dificultades" posteriores al desastre han obligado a muchos otros a emigrar, declaró a IPS.

Ahora Haití trabaja con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para ofrecer incentivos a los haitianos calificados. Parte de los contratos vinculados a la reconstrucción se reservan para esos trabajadores.

"Hay una voluntad realmente fuerte de regresar", dijo a IPS Mackendie Toupuissant, presidente de la Plataforma de Asociaciones Franco-Haitianas.

"Tenemos casos de personas que ya volvieron, no necesariamente a Puerto Príncipe sino a otras áreas. A veces fue un proyecto de toda la vida que se aceleró por los hechos del 12 de enero, y a veces esas personas tenían ciertas habilidades con las que querían contribuir, particularmente en el sector de la construcción", explicó.

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