Egipcios pierden esperanzas en Obama

La decisión de Egipto de prorrogar su opresiva Ley de Emergencia dos años más provocó una tibia reacción en Estados Unidos. Activistas señalaron que eso demuestra que Washington sólo promueve reformas políticas en este país árabe cuando van de acuerdo con sus intereses.

El presidente Barack Obama "incumplió totalmente su promesa de apoyar la democracia en el mundo árabe", dijo a IPS el secretario general de la Organización Egipcia para los Derechos Humanos, Hafez Abu Saeda.

"Obviamente ha llegado a la conclusión de que la ‘estabilidad regional’, esto es, mantener a regímenes dictatoriales en el poder, interesa más a Estados Unidos que la democracia", añadió.

El 11 de este mes, el parlamento egipcio, dominado por el gobernante Partido Nacional Democrático, del presidente Hosni Mubarak, aprobó una nueva prórroga por dos años de la antigua e impopular Ley de Emergencia.

Esa ley, promulgada tras el asesinato en 1981 del presidente Anwar Sadat, le otorga poderes especiales al Estado para detener a personas sin acusación previa.
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El gobierno ha defendido tradicionalmente la legislación apelando a la necesidad de "estabilidad" y de salvaguardar la "seguridad nacional". Líderes de la oposición y activistas por los derechos humanos afirman que en realidad es usada para reprimir a disidentes políticos.

El día en que la ley fue prorrogada, la secretaria de Estado (canciller) de Estados Unidos, Hillary Clinton, expresó su desilusión y llamó a Mubarak a cumplir su promesa electoral de 2005 de reemplazarla con una legislación antiterrorista.

"Esta prórroga es lamentable, considerando la promesa hecha por el gobierno al pueblo de Egipto en 2005", afirmó Clinton. "Una amplia gama de voces egipcias… han pedido la eliminación del estado de emergencia", agregó.

Sin embargo, activistas y opositores egipcios cuestionan la sinceridad del declarado apoyo de Washington a las reformas políticas en este país árabe.

"Occidente, concretamente Estados Unidos y la Unión Europea (UE), difícilmente sean campeones de las libertades y de la democracia", escribió en un editorial Ibrahim Eissa, prominente analista político y editor en jefe del periódico independiente Al Dustour. "Sólo quieren que gobiernos árabes obedientes sirvan a sus intereses".

"Mientras Mubarak siga siendo amigo de los objetivos políticos occidentales y juegue de buen vecino de Israel, Occidente le dará su sello de aprobación al régimen y a sus fragrantes fraudes electorales", sostuvo.

Abu Saeda coincidió, señalando que, en términos de promoción de la democracia y los derechos humanos, el gobierno de Obama tiene incluso un peor desempeño que el de George W. Bush (2001-2009), a pesar de la abrumadora impopularidad de este último en Medio Oriente.

"Durante la segunda administración de Bush, Estados Unidos ejerció considerable presión a los regímenes árabes para que realizaran reformas democráticas, lo que desató un significativo movimiento político en Egipto", afirmó.

"Obama prometió mantener esa presión, pero parece ahora retractarse de sus palabras".

Abu Saeda añadió que, poco después de asumir la Presidencia, Obama redujo en más de 200 millones de dólares la asistencia financiera para la promoción de la democracia en el mundo árabe. Pero "esto no es tan importante como el apoyo moral que antes le daba Estados Unidos a las reformas políticas en Egipto, y que disparó el activismo político en 2004 y 2005", señaló.

"De hecho, desde que Obama se convirtió en presidente, muchos regímenes árabes han incrementado sus violaciones a la democracia y a los derechos de los ciudadanos con arrestos arbitrarios, creación de tribunales militares, leyes de emergencia, etcétera", indicó Abu Saeda.

Por su parte, Hamdi Hassan, portavoz del bloque parlamentario de la Hermandad Musulmana, el mayor movimiento opositor en Egipto, sostuvo que a la administración de Obama "no le importa que el régimen egipcio sea dictatorial, sólo si se ajusta a los objetivos políticos de Estados Unidos".

"Tras apoyar fugazmente las reformas democráticas en la región luego (de los atentados terroristas en Nueva York y Washington) del 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos se dio cuenta de que la democracia en el mundo árabe no estaba dentro de sus intereses", dijo Hassan a IPS.

"Es por esto que el público árabe continúa rechazando en forma abrumadora a la entidad sionista (el Estado de Israel), cuya seguridad es el centro de todas las demás preocupaciones estadounidenses", agregó.

"Obama no podría pedir un mejor régimen que el de Mubarak, que sigue traicionando la causa palestina y se ha convertido en enemigo de facto de los grupos de resistencia", añadió. "Por esta razón, Estados Unidos seguirá dándole a Egipto un apoyo político y económico sin precedentes, sin importar cuán antidemocrático sea el régimen".

Según Eissa, estos esfuerzos de Occidente por proteger sus intereses disfrazándolos de "democratización" no están limitados a Egipto.

"Estados Unidos y la UE no condenaron el fraude electoral en Sudán el mes pasado porque la victoria de (Omar) al Bashir probablemente contribuirá a la secesión del norte y el sur, un objetivo de larga data para Occidente", escribió.

"Sin embargo, Occidente condenó en forma unánime la victoria electoral (en Irán) de (Mahmoud) Ahmadineyad el año pasado, respaldando las denuncias de la oposición de que las elecciones estaban fraguadas", añadió.

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