El riesgo de extinción que pende sobre el colibrí esmeralda (Amazilia luciae) es cada vez mayor, como lo evidencia el último reporte que da cuenta de la existencia de sólo 500 parejas en su hábitat del bosque tropical seco del norteño departamento hondureño de Yoro. Así lo advirtió a Tierramérica el coordinador del Centro Regional de Educación Ambiental de la zona, Lester Lozano, al afirmar que a medida que se destruye el bosque disminuyen las posibilidades de existencia de esta especie, única en el mundo.
La práctica ilegal de tala de árboles y la falta de educación ambiental “son los factores que están acabando con el bosque y el colibrí”, dijo Lozano tras reunirse con las autoridades en busca de una solución.
El bosque tropical seco presenta condiciones aptas para la ganadería y la agricultura, en él se encuentran maderas preciosas como la caoba (Swietenia macrophylla), el roble sabana (Tabebuia rosea) y el araguaney (Tabebuia crysantha), entre otros.