En una visita de pocas horas a Venezuela, el primer ministro de Rusia, Vladimir Putin, firmó con su anfitrión, el presidente Hugo Chávez, un acuerdo de cooperación militar y económica por más de 20.000 millones de dólares.
La presencia de Putin en Caracas llevó a que el presidente de Bolivia, Evo Morales, también se agregara a la cita para tejer su propia alianza con Rusia en el sector militar y ofrecerle participar en la explotación de petróleo, gas y litio en su territorio.
La de este viernes es la segunda visita de Putin a América del Sur. La primera fue en 2004, cuando como presidente de Rusia acudió al Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico, efectuado en Chile, e hizo escalas en Perú y Brasil.
Con su viaje a Venezuela da continuidad a una historia de cooperación de una década con el gobierno de Chávez, quien ha visitado Moscú en ocho oportunidades.
Chávez, exultante mientras Putin recibía honores de jefe de Estado, dijo que Rusia y Venezuela "están construyendo una nueva ecuación, cuyos centros de gravedad son defensa y cooperación técnico-militar".
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El más cuantioso de los acuerdos firmados en esta la jornada versa sobre petróleo y es para constituir una sociedad entre la corporación estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa), con 60 por ciento de la propiedad, y el resto repartido entre el gigante consorcio estatal ruso Rosneft, y las firmas privadas Gazprom, TNK-BP y Surgutneftgaz.
La sociedad mixta explotará petróleo y gas en la sudoriental Faja del Orinoco, quizá el mayor depósito de crudos pesados del planeta, para producir y mejorar unos 450.000 barriles diarios —se espera que llegue a 50.000 unidades ya a fines de este año— mediante la inversión de entre 18.000 y 20.000 millones de dólares.
También se acordó la creación de un banco binacional, desarrollar con capitales y tecnología rusa un centro de prevención de desastres naturales y llevar adelante proyectos para producir y exportar café, cacao y flores a Moscú.
La comisión mixta Rusia-Venezuela, que integran grupos de ministros, evaluará la cooperación rusa en estudios de postgrado, construcción de vías férreas, un astillero y la apertura de una ruta aérea directa Caracas-Moscú.
El presidente Chávez dijo que también busca cooperación rusa en la industria espacial y energía atómica. Sobre el área nuclear, observó que "no se trata de construir ninguna bomba atómica, sino de ir preparando al país para la era post petrolera".
En materia espacial "incluso podríamos instalar aquí un lanzador de satélites y una fábrica", dijo. "Ya lo estamos haciendo con China Caracas compró a Beijing un satélite hace dos años— pero Rusia ofrece el apoyo para que Venezuela tenga su propia industria para el uso de su espacio ultraterrestre", explicó Chávez.
Este aspecto movió a la ironía al Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos. Su portavoz, Philip Crowley, dijo que "el foco del gobierno de Caracas debería ser más terrestre y menos extraterrestre".
Crowley empalmó la aspiración espacial de Caracas con la crisis de electricidad que padece este país sudamericano, que llevó a sus autoridades a extender el feriado pascual a toda la semana. "Quizá deberíamos resaltar que el gobierno de Venezuela debió cerrar en gran parte esta semana por cortes de energía".
Dentro de Venezuela hubo críticas al programa de armamento que desarrolla Chávez. "El presidente continúa con su adicción por la compra de armas, mientras los hospitales no tienen insumos ni doctores, los mercados no tienen precios asequibles, el comercio cierra y el empleo se destruye con la crisis eléctrica", opinó Julio Borges, jefe del partido opositor de centroderecha Primero Justicia.
"Mientras el presidente se da vida de gran estadista con Putin, cada hora muere un venezolano víctima de la violencia. La esperanza que tengo es que Putin le aconseje cómo salir del marxismo-comunismo, porque mientras Rusia sale de ese modelo fracasado, Chávez corre hacia ese error histórico a toda velocidad", agregó Borges.
Venezuela ha comprado desde 2005 aviones de combate Sukhoi, helicópteros Mi-17 y Mi-35, y fusiles de asalto Kalashnikov (más el trato para instalar una fábrica de esos rifles y sus municiones) por unos 4.000 millones de dólares.
Chávez, en su octava visita a Moscú, realizada en septiembre, consiguió más de 2.000 millones de dólares en préstamos para comprar tanques S-300 y misiles antiaéreos.
También el presidente boliviano Morales acudirá a gestionar un préstamo para comprar a Moscú un avión para uso de la presidencia, posiblemente uno de la serie Antonov con un costo estimado de 30 millones de dólares.
Además, La Paz quiere financiamiento por 100 millones de dólares para adquirir varios helicópteros y otros equipos para sus Fuerzas Armadas.
La visita de Putin a Caracas coincidió con la llegada de un hidroavión ruso para ayudar a sofocar incendios de vegetación en el Ávila, la montaña que separa Caracas del mar Caribe, y del buque escuela de la armada rusa Kruzeshtern, anclado en el vecino puerto de La Guaira, donde lo visitaron el gobernante ruso y su anfitrión venezolano.