Cuando ya pasaron dos años de la sanción de una ley que prometía mejorar la seguridad vial en Argentina, la cantidad de muertes por accidentes de tránsito sigue siendo de las más altas de América Latina.
Los expertos en seguridad, que celebraron en abril de 2008 la promulgación de una norma que creó la Agencia Nacional de Seguridad Vial, volvieron a manifestar su satisfacción este mes por el otorgamiento de un crédito internacional para la ejecución de su programa.
No obstante, coinciden en que la nueva institucionalidad no muestra los resultados esperados, y restaron veracidad a datos oficiales de una presunta caída en la siniestralidad en lo que va de este año.
"Las muertes en accidentes de tránsito no se reducen mágicamente de un año al otro, hace falta un trabajo de mucho tiempo", advirtió a IPS el experto Axel DelOlio, de la no gubernamental Luchemos por la Vida Asociación Civil.
Para DelOlio, la nueva agencia gubernamental resalta su accionar "con una buena campaña publicitaria, pero la merma en el número de accidentes fatales entre 2008 y 2009 fue insignificante". Además "es mentira" que este año hayan bajado abruptamente, afirmó.
Según los últimos datos de la Asociación, 7.885 personas fallecieron en 2009 en Argentina a causa de accidentes de tránsito. El número se mantiene con pocos cambios desde hace al menos 15 años.
Además, son más de 120.000 las personas heridas de diversa gravedad que dejan estos siniestros y 10.000 millones de dólares las pérdidas materiales que representan.
Los accidentes de tránsito constituyen la primera causa de muerte de menores de 35 años y la tercera en la totalidad de la población argentina, de 40 millones de personas. Es como si un avión con 130 personas cayera cada semana, alerta la Asociación.
Al menos 21 personas mueren por día por causas tales como exceso de velocidad, abuso de alcohol en conductores, por no usar cinturón de seguridad o casco en el caso de las motociclistas, o por falta de descanso suficiente en el caso de los chóferes de vehículos del transporte público.
Padres de estudiantes del colegio Ecos de Buenos Aires, que formaron un grupo de seguridad vial luego de que nueve alumnos y una profesora de la institución murieran en 2006 en un accidente de ómnibus, denunciaron este mes los escasos avances logrados hasta el momento.
El Ministerio de Trabajo detectó este mes en la estación terminal de ómnibus de Retiro, en Buenos Aires, que casi 40 por ciento de los conductores de líneas de larga distancia estaban en infracción por falta de descanso suficiente.
Si se compara el número de víctimas fatales con el parque automotor, que en Argentina es de unos siete millones de vehículos, el índice de siniestralidad es cinco veces superior al de España, indicó DelOlio.
El Ministerio del Interior informó que, en lo que va del año, el número de víctimas fatales en accidentes de tránsito había descendido abruptamente. Si bien la agencia no brinda un informe, el jefe de esa cartera, Florencio Randazzo, dio cuenta de la noticia.
Randazzo destacó que el número de muertos por inseguridad vial descendió en enero 21 por ciento, respecto de igual mes de 2008, en febrero 19,4 por ciento frente a igual comparación y en la Semana Santa la caída fue de 42 por ciento.
Sin embargo, DelOlio señaló que esos números se refieren sólo a la oriental provincia de Buenos Aires, la más poblada del país, y que fueron tomados en tres puestos sanitarios, sin registrar los casos de heridos graves que mueren días después del accidente.
El experto también desconfió de la caída de 40 por ciento en los siniestros de 2009 que informó el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. "Son datos parciales de la Policía Federal, incompletos porque no pasó el tiempo prudencial para medirlo", explicó.
Otro de los especialistas, Eduardo Bertotti, del Instituto de Seguridad Vial, dijo a IPS que las estadísticas en esta materia "no tienen validez científica si se hacen en tiempos muy cortos", y que debe esperarse a medir el año completo.
Bertotti sostuvo que los accidentes fatales de tránsito en Argentina "están en un amesetamiento muy alto" en los últimos años. "Lo que aumenta es la cantidad de siniestros graves y de lesionados graves, no de muertos", reveló.
Eso sugiere que hay un relativo "éxito" en la aplicación de elementos de seguridad pasiva como el cinturón de seguridad y eso genera que haya más heridos graves que antes hubieran sido muertos, especuló.
Para Bertotti, el mayor uso del cinturón y de cascos "no responden a una mejor educación vial" de conductores y usuarios, sino a los controles y sanciones que se aplican a los que infringen la norma.
Aún así, Bertotti consideró "muy positiva" la creación de la agencia gubernamental de seguridad vial para que haya "una autoridad responsable" que pueda generar políticas públicas que antes "sólo eran declamadas".
La agencia recibió este mes un crédito de 30 millones de dólares del Banco Mundial "para reducir el número de accidentes de tránsito graves" en un país que registra una tasa de muerte en estos siniestros de 18,7 por cada 100.000 habitantes, que es "una de los más altos de la región", según el organismo multilateral.
Además del préstamo, la agencia gubernamental cuenta por ley con un fondo que se obtiene de destinar uno por ciento de las pólizas de seguros. Pero el Instituto considera que el Estado debería comprometerse con una partida de su presupuesto nacional anual que muestre su voluntad de frenar esta pandemia.