El uso de fertilizante orgánico a partir de lombrices crece cada vez más en México. “Ante los problemas generados por los fertilizantes químicos, la llamada lombricomposta es un retorno a lo natural, a lo orgánico”, dijo a Tierramérica Ray Mora, consultor independiente en temas agrícolas.
La lombricultura es la crianza y manejo de lombrices de tierra en cautiverio para obtener humus para abono de uso agrícola.
Para elaborar el fertilizante se coloca una capa de desechos orgánicos y sobre ella un puñado de lombrices, teniendo como mejor opción la variedad conocida como roja californiana, que tiene gran capacidad de transformar residuos orgánicos en humus.
“Se mejora así la estructura del suelo. Además, las lombrices tienen buena capacidad de reproducción”, explicó Mora.
Una cama de un metro cuadrado requiere de unos dos kilogramos de lombrices, cuyo costo por kilogramos ronda los 40 dólares.