La Amazonia brasileña empieza a recuperar su producción de fibras vegetales, favorecida por campañas contra los plásticos. La malva (Malva sylvestris), nativa, y el yute (Corchorus capsularis), originario de Asia, dieron trabajo a más de 60.000 familias ribereñas en el pasado en la región y producían 95.000 toneladas de fibra en 1981.
Por efecto del avance de la petroquímica y la ausencia de apoyo, en ese sector sólo producen ahora 15.000 familias.
La recuperación “incipiente” presenta gran potencial, pero no hay una política de fomento de toda la cadena productiva, advirtió José Alberto, profesor de la Universidad Federal de Amazonas.
Otra especie amazónica, el curauá (Ananas erectifolius), produce una fibra muy resistente que puede sustituir al vidrio e insumos industriales que exigen gran resistencia. Se trata de un cultivo permanente en tierra firme y de fácil procesamiento, señaló a Tierramérica Imar Araujo, del Centro de Biotecnología de la Amazonia.
