Desde los años 70, cuando el Movimiento de Países no Alineados levantó la bandera de la revisión del sistema económico internacional, no se escuchaba una reivindicación tan consistente como la que lanzaron esta semana en Brasil los líderes de las principales potencias emergentes.
En el espacio de una jornada, el jueves 15 se realizaron dos reuniones en Brasilia destinadas a tener amplias repercusiones: las cumbres de gobernantes del Foro de Diálogo IBSA (India, Brasil y Sudáfrica) y del grupo BRIC (Brasil, Rusia, India y China).
El trazado futurista de la capital brasileña, que acaba de cumplir 50 años, fue el marco simbólico para ambas conferencias, que buscan modelar un futuro diferente, con énfasis en la defensa del multilateralismo y en la necesidad de impulsar la reforma de las Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.
El hecho de que Brasil fuera el anfitrión confirma la influencia de la diplomacia y la vocación de este país sudamericano para impulsar debates que fueron barridos de la agenda internacional por la tormenta neoliberal.
Algunos temas recolocados en el debate son el desarrollo con justicia social, la cooperación Sur-Sur y el abandono progresivo del dólar como moneda de referencia en el intercambio comercial de países emergentes.
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El esfuerzo de coordinación también puede interpretarse como la determinación de resguardar intereses nacionales y de buscar un nuevo papel en la formulación de propuestas para la superación de la crisis financiera internacional que estalló en 2008.
El IBSA y el BRIC "son dos importantes manifestaciones de un nuevo orden que está estructurándose", dijo a IPS profesor de relaciones internacionales de la Universidad del Estado de Río de Janeiro, Williams Gonçalves, autor de varios libros sobre el tema.
"En el período inmediatamente posterior a la Guerra Fría, el sistema internacional de poder se volvió unipolar", y Estados Unidos "tuvo la oportunidad de comandar aisladamente", dijo.
Pero, "sea por la naturaleza misma del proceso o por opciones equivocadas de sus dirigentes", Estados Unidos "no consiguió mantener esa posición privilegiada", agregó Gonçalves.
En su opinión, "hoy no puede haber orden internacional estable si las potencias representadas en el IBSA y el BRIC no están comprometidas de forma afirmativa con su sustentación".
"A pesar de que muchos de ellos son países en desarrollo, con graves problemas económicos y sociales", las posiciones asumidas "son importantísimas para la consolidación de ese orden", concluyó.
El IBSA fue creado en Brasilia en 2003 para discutir asuntos de interés común y promover iniciativas en favor de otros países, en el marco de la cooperación Sur-Sur. Desde entonces el intercambio aumentó de forma significativa.
El foro cuenta hoy con más de 15 grupos trilaterales de trabajo, que cubren áreas como cooperación económica y científico-técnica, transporte, energía y turismo.
La cumbre de esta semana fue la cuarta y, en opinión del primer ministro de India, Manmohan Singh, demostró que "el IBSA entró en una fase de consolidación".
Uno de los acuerdos firmados prevé la construcción conjunta de dos satélites espaciales, uno para estudios climáticos y otro para observar la Tierra. "Este proyecto es un símbolo de la nueva etapa que iniciamos", afirmó el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.
La iniciativa beneficiará al sector agrícola y al transporte, y ampliará el conocimiento espacial de los tres países. "Sudáfrica está particularmente animada con el proyecto de satélite, pues nos ofrece la oportunidad de ampliar nuestra capacidad científica y de ingeniería", afirmó el presidente Jacob Zuma.
Los tres gobernantes insistieron en la reforma del sistema financiero internacional y de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), especialmente de su Consejo de Seguridad.
"Es necesario que esas instituciones sean más representativas y democráticas y que respondan mejor a las necesidades de los pobres", indicó Zuma.
Lula expresó apoyo a las candidaturas de Sudáfrica e India a sumarse al Consejo de Seguridad, que podría contar con los tres socios del IBSA en estos años, puesto que Brasil ya fue elegido miembro no permanente por el período 2010-2011.
También se reclamó concluir la Ronda de Doha de liberalización comercial "una tarea urgente, porque ayudará a corregir las anomalías" del sistema, destacó Lula.
Singh señaló la gran prioridad que el IBSA otorga a la participación de la sociedad civil.
"La decisión de incentivar la integración de nuestros tres países a partir del conocimiento mutuo de nuestras sociedades está reflejada en la realización de seis foros", de mujeres, periodistas, pequeños y medianos empresarios, legisladores, gobernantes locales y académicos, indicó.
Lula destacó el papel del Fondo IBSA, con un aporte anual de un millón de dólares por cada miembro, que contribuyó a "la reconstrucción de Haití", destruido por el terremoto del 12 de enero, y a proyectos sociales en Guinea-Bissau, Palestina, Camboya y otros países vulnerables.
"No es necesario ser rico para ser solidario", afirmó.
Los cancilleres del IBSA se reunieron con su par de la Autoridad Nacional Palestina, Riad Al-Malki, y declararon su apoyo a la creación de un Estado palestino en las fronteras previas a 1967, negociaciones con amplia participación internacional y el cese de los asentamientos judíos.
La primera cumbre del grupo BRIC se celebró en la ciudad rusa de Ekaterimburgo, en 2009. Estos cuatro países concentran 40 por ciento de la población mundial, 14,6 por ciento del producto interno bruto y 12,8 por ciento del comercio internacional. A diferencia del IBSA, éste prioriza asuntos económicos y se propone fortalecer la influencia de las cuatro naciones en el comercio, por ejemplo, en busca de la eliminación de los subsidios agrícolas de los países desarrollados.
Para ello cuentan con el peso creciente de sus economías. Según el FMI, hasta 2014 el BRIC será responsable de 61 por ciento del crecimiento económico mundial, ayudando a neutralizar la contracción estadounidense.
El BRIC también reclama mecanismos más democráticos y transparentes en las organizaciones financieras multilaterales y discuten, veladamente, la posibilidad de utilizar sus propias monedas en las transacciones comerciales, abandonando de forma progresiva el dólar.
Pero China tiene casi 700.000 millones de dólares en Bonos del Tesoro estadounidense y no le interesa contribuir al agravamiento del déficit de ese país, pues podría constituir una amenaza a su seguridad.
En los encuentros bilaterales con el presidente de China, Hu Jintao, y con el primer ministro Singh, Lula abordó la cuestión del desarrollo atómico de Irán y "defendió la idea de que aún es posible negociar un acuerdo sobre su programa nuclear" sin aplicarle nuevas sanciones, dijo el canciller Celso Amorim.
Para Antonio Carlos Peixoto, profesor y ex secretario de Relaciones Internacionales del gobierno del estado de Río de Janeiro, es dudosa la capacidad de unidad de estos grupos, sobre todo de una coalición como el BRIC.
"Existe margen para convergencias coyunturales, pero, ¿cómo estar seguros de que esas alianzas tienen futuro?", se preguntó.
China ya no está al nivel de los demás miembros del BRIC porque en pocos años le estará disputando la hegemonía económica a Estados Unidos. Y al ser Brasil el único país no nuclear del grupo, surge una contradicción que podrá presentarse de forma más contundente en el futuro.
"Eso sin mencionar que India y Brasil aspiran a integrar el Consejo de Seguridad de la ONU como miembros permanentes, pero eso es, al menos por ahora, imposible", dijo Peixoto.
En su opinión, China no tiene interés en la participación india en el Consejo, por rivalidades que subsisten entre los dos países y también porque no quiere dar margen para el ingreso de Japón. Lo mismo vale para Rusia.
"Y Rusia y China tienen poder de veto" en el Consejo, apuntó.
Otra cuestión que queda en el aire, según Peixoto, es cuál será la orientación de la diplomacia brasileña tras las elecciones generales de octubre. "Habrá que ver qué resultado muestran las urnas para evaluar las posibilidades de continuidad de la diplomacia de Lula", advirtió el especialista.
* Con aporte de Mario Osava (Brasilia)