El clima de temor, que va en aumento en Nepal desde el asesinato de dos empresarios de los medios de comunicación y otros ataques contra periodistas, bien puede conducir a la autocensura.
Aunque muchos se acostumbraron a que la violencia nunca estuviera demasiado lejos de su trabajo, especialmente en el peor momento de una década de insurgencia maoísta, lo que preocupa a los profesionales de la prensa es que casi nunca se arreste a los culpables.
Arun Singhaniya, presidente del Today Group, que publica el popular periódico Janakpur Today, fue asesinado el 1 de este mes por hombres armados cuya identidad se desconoce en Janakpur, 135 kilómetros al sudeste de la capital.
El miedo ya hizo que el personal del diario termine de trabajar antes del anochecer, dijo Ajit Tiwari, corresponsal desde el oriente del país.
Entre las matanzas de los dos empresarios transcurrió menos de un mes.
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Jamim Shah, director gerente de SpaceTime Network, responsable del canal de televisión satelital Channel Nepal, fue muerto a tiros el 7 de febrero, a plena luz del día, en Katmandú.
Al día siguiente del crimen de Singhaniya hubo una amenaza de muerte contra el editor de Janakpur Today, Brij Kumar Yadav. El día 3, otro periodista, Bivek Bhattarai, fue atacado con armas blancas en Pathari, en el oriental distrito de Morang.
El presidente y los editores de Kantipur, firma que publica el periódico homónimo y también The Kathmandu Post, en inglés, también recibieron amenazas de grupos no identificados para frenar su cobertura del asesinato de Shah.
"Considerando la situación en materia de ley y orden, sería tonto negar que los medios nepaleses están libres de autocensura. Sin embargo, los recientes asesinatos de alto perfil impactarán aún más en el trabajo de los periodistas, especialmente aquellos que trabajan fuera de la seguridad de Katmandú", dijo Dharmendra Jha, presidente de la Federación de Periodistas Nepaleses.
En lo que va de 2010 se cometieron 14 agresiones a periodistas, desde asesinatos hasta amenazas, según la Federación. De esos episodios, siete tuvieron lugar en la región de Tarai.
Los grupos armados proliferaron en Tarai luego del "Madhes Andolan", el levantamiento de 2007 que reclamó un estado separado para la población de las planicies.
En esa zona operan más de la mitad de las 109 organizaciones —muchas de ellas armadas— que el Ministerio del Interior identificó el año pasado.
Varias de estas entidades aprovecharon la inestabilidad política y el caos tras el levantamiento de 2007, que se produjo en un espacio político más abierto tras el fin de la insurgencia maoísta y del viraje de Nepal de una monarquía constitucional a un sistema republicano multipartidario en 2008.
Como los grupos armados operan libremente en Tarai, a lo largo de la frontera con India, no sorprende que los periodistas se sientan especialmente vulnerables allí.
"Estas organizaciones consideran que los ataques contra los medios son una manera fácil de transmitir el mensaje sobre su capacidad. Esencialmente quieren decir: si podemos atacar a la gente de los medios, podemos atacar a cualquiera. Entonces las extorsiones y las intimidaciones se vuelven más fáciles", explicó Ameet Dhakal, editor en jefe de República, un periódico que se publica en inglés desde Katmandú.
"El aumento de la violencia contra los periodistas se relaciona directamente con la incapacidad del gobierno de atrapar a personas que perpetraron ataques en el pasado", agregó.
El Índice de Impunidad 2009, elaborado por el Comité para la Protección de los Periodistas, sitúa a Nepal en el octavo puesto de una lista de 14 países donde "los periodistas son asesinados y los asesinos andan sueltos".
Dhakal no descartó el peligro de que se generalice la autocensura. Sin embargo, cree que los medios nepaleses son "extremadamente resilientes" y no pueden ser intimidados por elementos violentos.
"Nos mantuvimos firmes durante los 10 años de insurgencia maoísta, cuando la violencia contra los periodistas era moneda corriente. También nos mantuvimos firmes cuando (el derrocado monarca) Gyanendra Shah (2001-2008) intentó imponer restricciones a los medios", dijo, por lo que no hay posibilidades "de que ahora nos arrodillemos ante los elementos violentos".
De este sentimiento se hizo eco la Editors Alliance, que reúne a 13 editores de diarios y revistas que el 3 de este mes publicaron en sus portadas artículos y editoriales condenando los asesinatos y la violencia contra los periodistas.
Pero a la hora de proclamar el compromiso con un periodismo sin temores es "más fácil de decir que de hacer", dijo Tiwari, corresponsal desde el oriente del país para República y para su publicación hermana Nagarik. Antes trabajó ocho años para Janakpur Today.
Aparte del asesinato de Singhaniya, hubo otros incidentes contra periodistas que quedaron sin resolver.
Hace poco más de un año, la periodista Uma Singh, que trabajaba para Radio Today —del mismo grupo que Janakpur Today— fue asesinada por 20 hombres que la atacaron con armas blancas. Aunque la policía concluyó que la cuñada de Singh había contratado a los asesinos para poder reclamar la propiedad familiar, muchos otros sospecharon que su muerte estuvo vinculada a su trabajo.
A principios de diciembre de 2009, la periodista Tika Bista, radicada en el distrito de Rukum, fue objeto de un ataque casi fatal, presuntamente cometido por maoístas, luego de publicar un artículo en un periódico local donde criticaba al Partido Maoísta.
Los medios privados florecieron en Nepal apenas después del Movimiento Popular de 1990, que puso fin a la monarquía absoluta y dio pie al inicio de la democracia constitucional.
Antes de eso, el país tenía solamente un par de periódicos estatales, un canal de televisión y algunos tabloides.