Haití necesitará unos 11.500 millones de dólares en los próximos tres años para recuperarse del terremoto del 12 de enero, pero sobre todo una estrategia de desarrollo a largo plazo, según especialistas.
Observadores de Estados Unidos consideraron que la "Evaluación Preliminar de Daños y Necesidades", que estima esa cifra, es un primer paso importante para la planificación del proceso de recuperación.
El informe fue preparado por el gobierno haitiano con ayuda de donantes bilaterales y multilaterales.
Pero también hay dudas sobre si los donantes estarán dispuestos a asumir el monto total en la conferencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que se realizará el 31 de este mes en Nueva York.
"La Evaluación Preliminar fija prioridades muy sensibles y es importante para ponerle precio a los objetivos", reconoció Dan Erikson, especialista en asuntos del Caribe del grupo de estudios Diálogo Interamericano.
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Las autoridades haitianas calcularon los daños y las pérdidas causadas por el sismo en casi 8.000 millones de dólares, según el borrador de la Evaluación Preliminar.
La cifra equivale a 120 por ciento del producto interno bruto de 2009, el mayor costo relativo del mundo causado por un terremoto, desde que se emplea la actual metodología de evaluación de costos de desastres naturales, adoptada por la comunidad internacional hace 35 años, según el documento.
Antes del sismo, Haití ya era el país más pobre del continente americano.
Las autoridades estiman que el movimiento telúrico mató a 220.000 personas y dejó más de 300.000 heridas.
Alrededor de 1,3 millones de personas viven en refugios provisorios en Puerto Príncipe y en los alrededores de la capital, en tanto más de 500.000 huyeron a otras zonas, "lo que agravó los problemas ya existentes de disponibilidad de alimentos y de servicios básicos", según el informe.
El problema más inmediato para el gobierno y las agencias humanitarias es prepararse para la temporada de lluvias, que suele comenzar en abril, pues supone un riesgo para los campamentos que se improvisaron después del terremoto.
La Evaluación Preliminar, a la que contribuyeron unos 250 especialistas haitianos e internacionales, será la base de las discusiones de la conferencia de donantes que presidirán el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y la secretaria de Estado (canciller) estadounidense, Hillary Rodham Clinton.
Se especula que Estados Unidos, que ya gastó casi 800 millones de dólares en asistencia de emergencia y recuperación, comprometa más de 1.000 millones de dólares adicionales para los próximos tres años, según fuentes conocedoras del tema.
Pero las cifras definitivas no están decididas, y la suma podría ser mayor, agregaron esas fuentes.
El gobierno haitiano necesitará asistencia internacional "simplemente para cubrir los sueldos de sus funcionarios en el futuro inmediato", señaló Ban en una conferencia de prensa tras reunirse el martes con el presidente de ese país, René Préval, en Puerto Príncipe.
"Las prioridades son refugio, saneamiento, asistencia humanitaria permanente y de reconstrucción", apuntó Ban. Además añadió que la ONU y otros donantes hasta ahora sólo suministraron 60 por ciento de las tiendas de campaña, lonas y sábanas de plástico para los 1,3 millones de desplazados.
"Seguiremos acelerando el proceso antes de la estación de lluvias y de huracanes", aseguró.
Otro gran desafío es retirar unos 40 millones de metros cúbicos de escombros y crear decenas de miles de empleos. Casi 10 por ciento de la población económicamente activa de Haití se quedó sin trabajo, según la Evaluación Preliminar.
El borrador califica de "enorme" el daño causado a la infraestructura.
Unas 105.000 viviendas quedaron totalmente destruidas, y casi el doble sufrieron daños estructurales. El sector fue, de hecho, el más golpeado. Pero también 1.300 instituciones educativas y más de 50 hospitales y centros de atención médica quedaron inutilizables.
De los 7.860 millones de dólares en que se estiman los daños y las pérdidas, 4.300 millones corresponden a la destrucción de infraestructura de viviendas, caminos y puertos, concluye la Evaluación Preliminar.
El balance de las pérdidas incluye rubros como producción, empleo, salarios y rentas, entre otras fuentes de ingresos.
De los 11.500 millones de dólares necesarios para la reconstrucción en los próximos tres años, casi 2.000 millones se destinarán a la infraestructura edilicia, de transporte, de energía y telecomunicaciones.
Además, unos 5.400 millones de dólares se necesitarán para salud, educación, alimentación, agua y saneamiento y 1.700 millones para resolver problemas ambientales como la contaminación y la gestión de otros riesgos de desastres.
Además se destinarán unos 800 millones de dólares a mejorar la gobernanza y los servicios públicos, en tanto otros 1.000 millones de dólares se adjudicarán a sectores productivos específicos, en especial agricultura y pesca así como al sector industrial y turístico, según el documento.
Pero estas estimaciones todavía no están "refrendadas ni priorizadas" por el gobierno.
La Evaluación Preliminar recomienda adoptar una estrategia de desarrollo a largo plazo que apunte a la creación de oportunidades económicas en zonas rurales, y no en la capital, que concentra la economía y la política del país.
Sesenta y cinco por ciento "de la actividad económica se concentra en Puerto Príncipe y no se aprovechan los recursos de otros departamentos", señala el informe. "La partida de 500.000 personas de la capital permitirá desarrollar otros polos de crecimiento", añade.
El gobierno debe lograr que las personas desplazadas se asienten en torno a esos supuestos polos de desarrollo y construir infraestructura y servicios y así "acelerar el proceso de descentralización", sugiere.
"Pero quedan muchas dudas sobre cómo dirigir los recursos a Haití de forma efectiva", añadió Erikson con escepticismo, refiriéndose a la capacidad del país para absorber el equivalente a casi 4.000 millones de dólares al año en asistencia extranjera.
"Hay consenso sobre la importancia de que el Estado haitiano sea capaz de gestionar recursos y ejecutar proyectos y eso no se logrará si el dinero se canaliza principalmente a través de organizaciones no gubernamentales y de empresas de construcción extranjeras", añadió.
"Pero todo el mundo reconoce que el gobierno haitiano tiene una capacidad limitada, lo que requiere de un esfuerzo especial para que la adquiera", dijo Erikson a IPS.
Por su parte, la especialista Vicki Gass, de la Oficina de Washington sobre América Latina, dijo que espera conocer más detalles sobre la implementación del plan, en especial sobre el desarrollo de nuevos centros de actividad económica y el papel de la sociedad civil en mejorar la gobernanza y la transparencia.
El borrador "menciona el apoyo a la sociedad civil para promover el diálogo sobre políticas públicas", señaló. "Es importante, ¿pero qué quiere decir?", preguntó.
"¿Le corresponderá a la sociedad civil algún papel que garantice que la asistencia se utilice para cumplir los objetivos previstos?", cuestionó.