Aunque organizaciones sociales de la región lograron comprometer al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a un proceso de reforma interna, persiste la duda sobre la forma en que los cambios se reflejarán en la nueva estrategia de la institución multilateral.
Al concluir este martes la reunión anual del BID en el sudoriental balneario mexicano de Cancún, delegados de los 48 países miembros de la entidad acordaron una capitalización por 70.000 millones de dólares, mayor transparencia en la asignación de recursos y mayor atención al cambio climático.
"El aumento de capital refleja que no hay confianza en los donantes para comprometerse más con el banco, no están satisfechos con los niveles de eficiencia ni los procesos de asignación de recursos", indicó a IPS la ecuatoriana Paulina Garzón, directora de Política de la organización no gubernamental Amazon Watch de Estados Unidos.
El BID pretendía un aval para una ampliación de capital por 180.000 millones de dólares, como lo acordaron los gobernadores del banco —usualmente los ministros de Finanzas de los países miembros o los directores de los bancos centrales— en la sesión anual en la ciudad colombiana de Medellín en marzo de 2009.
Pero 110 organizaciones no gubernamentales (ONG) de 22 naciones de América Latina y el Caribe se opusieron a esa intención, bajo el argumento de que el banco no había justificado adecuadamente ese aumento de aportes ni había revelado el plan de recapitalización.
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Las ONG presentes en Cancún demandaron al BID, presidido desde 2005 por el colombiano Luis Moreno, mayor transparencia en su operación, mejoras en su rendición de cuentas y más atención a temas como el cambio climático.
"Las decisiones tomadas son un paso positivo. Pero queremos ver reflejadas con mayor definición nuestras propuestas en el documento final sobre la capitalización", dijo a IPS María Romero, integrante del Instituto del Tercer Mundo de Uruguay.
El aumento de capital exige del BID "una implementación exitosa, oportuna y completa de las reformas concretas que todos acordemos, las cuales son necesarias para mejorar el enfoque de las actividades del banco y la eficacia del financiamiento que otorga", cita la llamada Declaración de Cancún adoptada por los gobernadores.
La plana mayor del organismo multilateral tiene 60 días para incluir las 13 recomendaciones de la declaración en el documento final con los detalles específicos en torno al incremento, el primero que se efectúa desde 1994 y el mayor desde la fundación del BID en 1959, y que la Junta de Gobernadores del BID debe luego aprobar.
La recapitalización se enmarca en la nueva estrategia del ente crediticio, instaurado para promover el desarrollo y reducir la pobreza en la región, y que gira en torno a la sostenibilidad, el combate al cambio climático y el fomento de las energías limpias.
En 2009 el BID prestó a América Latina 15.300 millones de dólares, de los cuales 3.127 millones se destinaron a México, seguido por Brasil con 2.959 millones y Argentina, con 1.601 millones, según cifras de la Secretaría (ministerio) mexicana de Hacienda y Crédito Público.
Con el aumento de capital, la capacidad de crédito del banco se elevará a un nivel de 12.000 millones de dólares hasta 2020, según las estimaciones del propio BID.
"Un mayor banco no es necesariamente un mejor banco. Queremos un compromiso con una metodología para evaluar los proyectos para que éstos se ajusten a la sostenibilidad ambiental", señaló Garzón.
Representantes de las ONG sostuvieron, durante la reunión anual que inició el viernes pasado, un encuentro con la alta gerencia del banco, para exponer sus inquietudes respecto al diseño de la nueva estrategia.
En la declaración los gobernadores adoptaron acciones como establecer prioridades institucionales y sectoriales claras, reforzar la calidad de los proyectos, mejorar la medición de resultados, aumentar la transparencia y la rendición de cuentas y que la gestión de riesgo se apegue a los estándares internacionales.
Las reformas planteadas deben ser completadas para marzo de 2013, según el cronograma incorporado a la Declaración de Cancún, de nueve páginas de extensión.
De los 70.000 millones de dólares aprobados, 1.700 millones serán aportados en efectivo por los países miembros durante un lapso de cinco años.
La confirmación de los aportes y la aprobación de la contratación de nuevos empréstitos están en manos de los congresos nacionales de los integrantes del banco.
La sociedad civil esperaba de la reunión de Cancún un pronunciamiento más preciso sobre la evaluación de resultados de las políticas del BID y el fortalecimiento de la Oficina de Evaluación Independiente, instancia encargada de supervisar el rendimiento del organismo financiero.
"Vamos a seguir transmitiendo nuestros planteamientos, hasta que el banco los incorpore", anticipó Romero.
El BID resolvió también la condonación de la deuda de 479 millones de dólares de Haití, devastado por un terremoto en enero pasado. También aprobó un financiamiento no reembolsable por 2.000 millones a entregar a lo largo de esta década.
Además, el banco lanzó un concurso de proyectos de sustentabilidad ambiental y social, dentro de su programa "Más allá de la banca", dirigido a los sectores público y privado de la región.