Un insecticida biológico desarrollado en la brasileña Fundación Oswaldo Cruz es un arma efectiva contra el dengue pues no afecta la salud humana ni el ambiente, afirman investigadores. Puede usarse en cisternas caseras y en piscinas, lagunas y ríos, matando en 24 horas las larvas del mosquito Aedes aegypti, transmisor de la enfermedad.
“Está hecho de una proteína en forma de cristal, que paraliza la boca de la larva, y esporos bacterianos, que la matan por infección intestinal”, explicó a Tierramérica Elizabeth Sanches, coordinadora del proyecto.
Para 50 litros de agua se disuelven 350 miligramos del bioinsecticida. En ríos o lagunas, que exigen bombas dispersoras, la cantidad se calcula por el flujo o la extensión. Su efecto dura entre 20 y 24 días, dependiendo de las lluvias.
