El gobierno de Costa Rica declaró de interés nacional el «clúster» de retirados, un proyecto que pretende crear comunidades de salud para la tercera edad, con todos los servicios de salud, para atraer a jubilados estadounidenses.
Los ancianos como negocio. Esa es la base del nuevo proyecto del gobierno y de la empresa privada.
Fijándose en el desarrollo que han tenido las "ciudades de salud" en México y en la vecina Panamá, autoridades y empresarios costarricenses pretenden lanzarse a la búsqueda del filón que suponen los "ciudadanos de oro" de clase media y media alta de los países industrializados.
El concepto es sencillo. Se pretende facilitar al máximo los trámites a través de una ventanilla única en la Dirección de Migración para realizar trámites rápidos de residencia, para que los extranjeros, especialmente de buena posición económica, puedan residir en el país.
Además, ofrecerá exenciones fiscales al mobiliario y automóviles y generará una campaña de promoción en el exterior hacia el adulto mayor, a través del Instituto Costarricense de Turismo. Otras acciones gubernamentales serían la formación del recurso humano, a través de la Caja Costarricense del Seguro Social y la atracción de inversiones.
El Ministerio de Competitividad ya ha identificado ocho áreas de destino para retirados en Costa Rica. Todas tienen en común el hecho de estar en lugares de atracción turística y contar cerca con algún centro hospitalario de alta capacidad.
Se trata de una actividad que va más allá que el desarrollo inmobiliario o el turismo médico. "Implica al sector hotelero, de viajes, hospitales, investigación ( ), Costa Rica va a beneficiarse de ello", dijo a IPS Jorge Woodbridge, ministro de Competitividad. Pacientes y familiares viajan por el país, y se alojan a lo largo y ancho del mismo en las instalaciones hoteleras, contratan tour operadores, etcétera.
Por cada 10.000 jubilados se prevén unos 40.000 empleos anuales, 10.000 directos y 30.000 indirectos. El ingreso promedio del público meta (clase media y media alta de Estados Unidos, Canadá y España) está en 3.500 dólares.
Hoy ya se encuentran en construcción dos megaproyectos de las principales clínicas costarricenses, en la ciudad de Liberia, en la provincia de Guanacaste, la de mayor desarrollo turístico del país, que contarán con hospital y zona residencial con servicios para las cuatro etapas que han identificado: retiro activo, vida independiente, vida asistida y enfermería especializada, de menor a mayor grado de dependencia.
Existe una pequeña iniciativa de este tipo (la única por el momento) ya funcionando en las faldas del volcán Poás, para 12 personas.
Su propietario, Ronald García, explicó que "venir a Costa Rica les sale rentable". "Pagan su estancia con asistencia médica, y un viaje mensual de la familia a visitarles, y es más barato que contratar allá el servicio", indicó. Sus clientes pagan 1.600 dólares mensuales, cuando en Estados Unidos deberían pagar más de 4.500 dólares por el mismo servicio.
"Queremos captar 10.000 jubilados por año", dijo Woodbridge. El ingreso anual de divisas estimado por cada 10.000 pensionados lo estimó el ministro en 340 millones de dólares. "En cinco años serían 1.700 millones", calculó optimista.
En todo caso, arrancar como estrategia nacional se daría en un plazo no menor a cinco años, explicó a IPS el ministro de Comercio Exterior, Marco Vinicio Ruiz.
En todo caso, hay países en América Latina que le llevan la delantera a Costa Rica. México ya ha convocado 700.000 jubilados estadounidenses, que están alojados en lugares similares, en una política que llevan desarrollando desde hace más de 20 años.
El otro competidor es Panamá, que desde hace aproximadamente una década viene trabajando en este sentido, y ya cuenta con cinco comunidades de retirados, y otras 42 en proceso de permisos y construcción.
Pero los responsables gubernamentales muestran su optimismo: el clima, la biodiversidad, la seguridad, la estabilidad, y las distintas encuestas que muestran a Costa Rica como "el país más feliz del mundo", harían inclinar la balanza en su favor, según Woodbridge.
Pero no todas las opiniones son favorables a la generación de este nuevo mercado. "Tiene una afectación directa sobre el pueblo costarricense", opinó Carlos Páez, secretario de conflictos de la Unión Nacional de Empleados de la Caja y la Seguridad Social (Undeca).
Páez afirmó que, "si se promueve, se formarán profesionales y se irán a la medicina privada", algo que podría hacer entrar en crisis al sistema de salud pública costarricense, que hoy vive una situación de máxima saturación. "Ya faltan especialistas y personal sanitario", dijo el sindicalista de Undeca, y esta fuga le afectaría de manera grave.
"Lo primero que tiene que hacer el país es preocuparse por resolver la crisis que vive la Caja, antes de abrir el mercado a una segunda demanda", concluyó Páez.
Cada día unas 6.000 personas superan la barrera de los 65 años en los Estados Unidos, y se calcula que los "baby boomers", como se les llama a la generación nacida entre 1945 y 1964, controlan 77 por ciento de la disponibilidad financiera del gigante del Norte.
El hecho de que 46 millones de estadounidenses no cuenten con seguro médico es un factor del que Costa Rica se quiere aprovechar para atraer a los mayores de este país.