DDHH-CHINA: Once años de espera para esposa de disidente preso

«Hace tiempo que estaba preparada para esto», señaló Liu Xia, esposa del conocido disidente chino Liu Xiaobo, a quien le confirmaron la sentencia de 11 años de prisión por «incitación a socavar el poder estatal».

Liu Xia, esposa de Liu Xiaobo, uno de los disidentes más conocidos de China. Crédito: Gordon Ross/IPS.
Liu Xia, esposa de Liu Xiaobo, uno de los disidentes más conocidos de China. Crédito: Gordon Ross/IPS.
Liu Xiaobo es uno de los autores de la Carta 08 que contiene varias reivindicaciones para un proceso de reforma política en China.

"Siempre supe que esto iba a pasar", indicó Liu Xia, una poetisa de 49 años.

Muy tarde en una noche de diciembre de 2008, la policía detuvo en su casa a Liu Xiaobo, horas antes de que se publicara en Internet el llamado a la libertad política, suscrito por 300 personas, a las que seguirían miles más.

En 2009, el escritor de 54 años recibió una de las condenas más duras que se haya dictado contra un disidente político en los últimos tiempos. En febrero de este año fue rechazado el recurso de apelación, lo que desató una protesta internacional.
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"Sentí que se lo iban a volver a llevar cuando comenzó a trabajar" en la Carta 08, relató Liu Xia, dando una bocanada a su cigarrillo Esse Light, mientras conversaba con IPS en la cafetería de un hotel del oeste de Beijing, donde la pareja tiene su apartamento.

Nunca compartió el interés de su marido por la política, pero tampoco trató de disuadirlo de que abandonara su actividad. "Las personas tienen una única oportunidad en su vida y deben hacer lo que quieran hacer".

Liu Xia está acostumbrada a vivir separada de su marido. Se conocieron en 1982, cuando estaban casados con sus parejas anteriores. Su interés por la poesía los convirtió en muy buenos amigos.

Empezaron a ser pareja en los años 90 y se casaron en 1996 mientras él cumplía una condena en un campamento de trabajos forzados. El matrimonio le permitió a ella visitarlo.

Pero esa no era la primera vez que Liu Xiaobo estaba preso. En 1989, cuando se encontraba en Nueva York invitado por la Universidad de Columbia, volvió a Beijing para participar en la tristemente célebre manifestación en defensa de la democracia en la plaza de Tiananmen, lo que le valió una condena de dos años de prisión.

La protesta fue duramente reprimida con tanques que avanzaron y masacraron a estudiantes desarmados.

Tras lo ocurrido en Tiananmen, Liu Xiaobo se dedicó a la política. Perdió su trabajo y le prohibieron publicar en China, aun así no quiso abandonar su país.

"Él cree que ya hay suficientes activistas en el extranjero", relató Liu Xia. "Él se quiso quedar. Si quieres ser un verdadero ciudadano, debes pagar por ello. Se debe renunciar a muchas cosas. También cree que como es un sobreviviente de la plaza de Tiananmen debe hablar por los que ya no pueden hacerlo", añadió.

La vida de casada de Liu Xia consiste en visitar una vez por mes a su esposo en prisión, donde se sientan frente a frente en una larga mesa con guardias a los extremos que tienen cámaras de vídeo.

"Hablamos sobre nuestras familias, me pregunta si algún amigo me invitó a cenar en los últimos días y quiere saber sobre mi club de vinos", señaló.

Liu Xia le manda libros, como por ejemplo toda la obra de Kafka, pero le llegaron unos 10 de los cientos que le envió. Se puede bañar todos los días, su celda es nueva y está limpia y los guardias lo tratan bien, añadió.

"Está feliz", indicó Liu Xia.

Liu Xiaobo escribió sobre el amor de su esposa y cómo le sirve de contención en la cárcel.

"Tu amor es un rayo de sol que trasciende las paredes y los barrotes de la prisión, acaricia cada centímetro de mi piel y calienta cada una de mis células permitiéndome mantener una calma interior magnánima y vivaz para que cada minuto que paso en la cárcel esté lleno de significado", reza una declaración que leyó durante la sentencia.

Lo que más extraña Liu Xia de su esposo son las pequeñas cosas cotidianas.

"Extraño que me limpie el piso", río. "Solía pasarse el día frente a la computadora y limpiar el piso de noche para hacer ejercicio. A la mañana siguiente me preguntaba si notaba que lo había hecho", añadió.

Lo que él más extraña de su casa es la carne, señaló Liu Xia. "Solía cocinarle todos lo días. Le encanta y yo preparaba todo tipo de carne. En prisión hay muy poca", apuntó.

Liu Xia mantiene un comportamiento sorprendentemente positivo pese a su situación. Pasa el día escribiendo poesía, pintando, leyendo y tomando fotografías. La reclusión obligó a la persona introvertida que era a relacionarse con su entorno. Hace poco se unió a red social Twitter y suele compartir vínculos e ideas interesantes con sus seguidores.

Está bajo vigilancia policial permanente y tiene prohibidas las visitas a su casa desde junio de 2009. Dos guardias vigilan el vestíbulo de su apartamento y un automóvil la sigue cada vez que sale de su casa.

"Es raro", señaló, "pero no me molestan", apuntó.

Es sorprendente el interés que suscitó el caso de su esposo en el ámbito internacional. Estados Unidos, la Unión Europea y las Naciones Unidas pidieron su liberación. Por su parte, el ex presidente de República Checa, Václav Havel (1993-2003), autor de la Carta 77 que sirvió de inspiración a la Carta 08, pidió que Liu Xiaobo fuera nominado al premio Nobel de la Paz.

"Es algo bueno. Quiere decir que el gobierno sabe que la gente se preocupa por esta situación", remarcó. "Esperamos que los 11 años de su vida sacrificados animen a otros a expresar lo que creen", añadió.

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