Una película natural sustituye con varias ventajas al plástico en la protección de alimentos, especialmente frutas. Se trata de un material comestible, más que biodegradable, derivado de proteínas extraídas del maíz, trigo y otros vegetales. El revestimiento retarda la pérdida de agua y la oxidación, ampliando la durabilidad de los alimentos.
Para las frutas transportadas a largas distancias, “la reducción de las pérdidas compensa cualquier costo”, señaló a Tierramérica Rubens Bernardes Filho, de la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa).
Las investigaciones prosiguen, porque cada tipo de alimento exige una película distinta para mantener sus propiedades por más tiempo. Proteger frutas amazónicas es una meta.
Además, se busca aprovechar residuos agroindustriales, como el sorgo, abaratando la materia prima, explicó Bernardes, uno de los investigadores del Centro de Investigación en Instrumentación Agropecuaria de Embrapa, donde se desarrolló el producto.