AMÉRICA LATINA: «Hay que potenciar la literatura infantil regional»

Es necesario promover a los autores latinoamericanos de libros infantiles y juveniles para conectar a los niños y niñas con su idioma y realidad cultural, según el escritor e investigador Manuel Peña, asesor y expositor del primer congreso iberoamericano de la materia.

Manuel Peña Crédito: Daniela Estrada/IPS
Manuel Peña Crédito: Daniela Estrada/IPS
Inaugurado este miércoles en Santiago, el I Congreso Iberoamericano de Lengua y Literatura Infantil y Juvenil, organizado por la española Fundación SM reúne a más de 70 expertos, entre escritores, investigadores e ilustradores de América Latina y España.

En este marco, Peña presentará su última investigación titulada "Historia de la Literatura Infantil en América Latina" (2009), que pretende convertirse en un referente.

La literatura dirigida a la infancia y adolescencia se alejó de la moraleja con sentido valórico-pedagógico de antaño para dar paso a una mirada más "lúdica, imaginativa, fantasiosa, con un sentido más de lo absurdo, conectada con la realidad social o psicológica del niño", explicó el académico en entrevista con IPS.

El Congreso, y su propio libro, tienen como objetivo "promover una literatura infantil y juvenil con rostro propio", considerando que la producción regional es de gran calidad, enfatizó.
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"Si escoges un colegio al azar, verás que en sus programas de estudio se enfatiza principalmente una literatura de autores extranjeros, traducida al español, por lo general autores ingleses, austríacos o alemanes", alertó.

"Hace falta en América Latina en general, y países como Chile, políticas que potencien la literatura infantil regional, que conecte a los niños con nuestra realidad cultural y con nuestro propio idioma. Que no sean libros traducidos, que el niño se pueda ver reflejado o conozca otras realidades" cercanas, insistió.

Al Congreso, que finalizará el domingo, asisten autores como la brasileña Ana María Machado, el mexicano Francisco Hinojosa, la española Monserrat Del Amo y Gili y la argentina Liliana Bodoc.

IPS: ¿Qué diagnóstico hace del estado actual de la literatura infantil y juvenil de la región?

MANUEL PEÑA: A partir de los años 80 ha habido una profesionalización del libro infantil y juvenil en toda América Latina. Ya no es el cuento protagonizado por duendes y abejitas. Ha habido una maduración del género y se han diversificado las tendencias.

Ha aparecido el "realismo social", por ejemplo, la historia de un niño en el altiplano chileno-boliviano, la forma de vida de una niña en la Patagonia, narraciones de niños en una favela (barrio hacinado) de Río de Janeiro. Hay libros estupendos como "Mi planta de naranja lima", (del brasileño José) Mauro de Vasconcelos.

También ha surgido el "realismo psicológico", que describe situaciones problemáticas donde el niño se puede sentir reflejado, como el divorcio de los padres. Hay un libro muy interesante de la escritora (colombiana) Irene Vasco, que se llama "Paso a Paso" (1995), que relata la historia de una niña que tiene que enfrentar el secuestro de su padre en Colombia.

Otras corrientes son la "neofantasía", que rescata la temática fantástica de personajes mitológicos, que viven una realidad paralela, y también hay una revalorización de los pueblos originarios de América. Son libros que se escriben en Perú, en Bolivia, en Ecuador, donde se ponen en valor las costumbres, tradiciones e incluso los lenguajes de las etnias.

También hay iniciativas experimentales, como la transformación en video clip, a través de la animación digital, de los poemas de (la recién fallecida artista chilena) María de la Luz Uribe, que yo voy a presentar en el Congreso.

En términos de calidad literaria, se destacan principalmente los autores brasileños, argentinos y colombianos. Cuba tiene muy buenos investigadores.

IPS: ¿El sistema educacional de América Latina está recogiendo toda esta producción regional?

MP: Lenta, pero progresivamente se ve una mayor preocupación de parte de profesores, bibliotecarios y promotores de la lectura que se han ido perfeccionando. Los mediadores se han ido profesionalizando respecto de las selecciones de libros.

IPS: ¿Cómo evalúa las políticas de fomento y promoción de la lectura en la región?

MP: Donde tienen excelentes programas de promoción de la lectura es en Colombia. Las iniciativas que ellos tienen son extraordinarias, como Fundalectura (Fundación para el Fomento de la Lectura), que se dedica a promover la lectura en lugares apartados. Además el país tiene excelentes bibliotecas.

Chile también se ha desarrollado en el último tiempo, con programas que han sido copiados en otros países, como el Bibliometro (puntos de préstamo de libros en las estaciones del tren subterráneo). También destaco la Biblioteca de Santiago (inaugurada en 2005).

IPS: ¿Cuáles son los desafíos en esta materia?

MP: Antes de que actúen los gobiernos y los profesores, el fomento a la lectura debería venir de la familia, desde que antes de que el niño nazca, a través de la rima, de la lectura en voz alta de un cuento, así el libro se convierte en parte de su vida.

Paralelamente, tiene que seguir mejorando la profesionalización y sensibilización de los mediadores, y algo que casi no existe: la crítica literaria en la prensa. Los libros infantiles no son criticados, entonces falta orientación para los padres.

Los países de América Latina tienen muy buena literatura infantil y juvenil, pero lamentablemente no nos conocemos. Excelentes autores de México, Brasil, Colombia sólo son conocidos en sus países.

Por ello, pondría como gran desafío para el futuro políticas editoriales que tiendan a la circulación de nuestros libros infantiles por toda Iberoamérica. Las editoriales multinacionales tienen sedes en cada país, pero no promueven esto.

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