JAPÓN: El museo como constructor de la paz

En el mundo existen unos 170 museos de la paz, un tercio de ellos en Japón, un país con una historia belicista que dejó enormes cicatrices en su población, que la llevaron a demandar la construcción de una cultura de paz, explicó a IPS Ikuro Anzai, director honorario de uno de ellos.

Ikuro Anzai Crédito: Ritsumeikan University
Ikuro Anzai Crédito: Ritsumeikan University
El Museo por la Paz Mundial de la Universidad Ritsumeikan de Kyoto es el único de Japón dentro de un centro de educación superior y entre sus actividades está el registrar la historia de las agresiones perpetradas por el país y las trágicas experiencias bélicas.

Anzai, el primer director de este museo y una de las figuras más descollantes en el desarrollo de estos centros en Japón, resaltó el papel que cumplen en lo que denominó como la "alfabetización de la paz" a nivel mundial, que no se limita a la ausencia de guerra sino de todo tipo de violencia y agresión a los derechos humanos y colectivos.

La privada universidad de la antigua capital japonesa pasó de defender la conducta beligerante del país en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) a comprometerse con la promoción de la paz con la fundación del museo en 1992, que desde entonces recibió más de 900.000 visitantes.

Actualmente, este museo es reconocido por sus campañas educativas y programas de colaboración a favor de la paz en Japón y otros países, en un éxito del que es importante motor Anzai, un físico de profesión que fue docente en una facultad de medicina, antes de pasar a enseñar relaciones internacionales en Ritsumeikan, en l986.
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Desde entonces, es reconocido internacionalmente por sus estudios por la paz. Ahora es también director emérito del Instituto de Investigación por la Paz Internacional de la Universidad de Nanjing, en China, dedicado a recopilar documentos históricos sobre las atrocidades perpetradas por Japón durante la ocupación en 1937 de esa antigua capital china.

En 2008, el museo de Kyoto organizó la Sexta Conferencia Internacional de Museos por la Paz, que tuvo a Anzai como uno de sus promotores y que contó con 5.000 participantes de más de 50 países.

La primera conferencia de este tipo se realizó en 1992 en la ciudad británica de Bradford y de allí nació la Red Internacional de Museos por la Paz (INMP, por sus siglas en inglés), de cuyo directorio Anzai es miembro.

La próxima conferencia bianual de INMP se realizará este año en Barcelona (España) y la de 2012 en La Haya (Holanda).

En su entrevista con IPS, Anzai analizó la importancia que tienen estos museos a favor de la paz mundial, sus perspectivas y los desafíos que enfrentan.

IPS: ¿Por qué Japón tiene tantos museos por la paz?

IKURO ANZAI: La búsqueda agresiva de la guerra en nuestro país dejó muchas cicatrices, sin mencionar los objetos que nos lo recuerdan. Debido a la guerra y en parte a las trágicas experiencias del pueblo japonés tras los ataques nucleares (por las bombas atómicas contra Hiroshima y Nagasaki), la gente desarrolló un fuerte impulso de buscar la paz.

En 1978 los japoneses recogieron 30 millones de firmas para la primera Sesión Especial sobre Desarme de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Han sido también una fuerza importante de presión sobre las administraciones de pueblos y ciudades para que se declaren libres de armas nucleares o para que construyan museos de paz. La sociedad civil demostró en serio su capacidad para construir la paz.

IPS: Usted dice que estos museos pueden hacer más que documentar y describir los hechos históricos de las guerras y su consiguiente sufrimiento humano. ¿Qué función adicional les corresponde a los museos de la paz entonces?

IA: Promover la "alfabetización de la paz" y contribuir con mayor eficacia a construir la paz en el mundo. Los museos pueden organizar conferencias, exhibir películas, realizar investigaciones y exposiciones itinerantes, entre otras cosas. También podemos armar una red de este tipo de museos en apoyo mutuo de la causa común.

Algunos museos por la paz en Japón realizan préstamos entre sí de objetos de exposición y organizan en conjunto nuevos programas. Hemos invitado a funcionarios y curadores de otros museos de Asia para intercambiar experiencias e ideas. Juntos podemos hacer mucho más que los museos con exposiciones del tipo ‘telaraña’, que sólo esperan atraer a la gente.

IPS: ¿Qué otros factores condujeron a los museos por la paz en este nuevo rumbo?

IA: Hemos visto la evolución del concepto de la paz desde que en los años 70 lo redefiniera Johan Galtung, académico noruego y fundador de los estudios por la paz.

La paz no es sólo la ausencia de la guerra, dice, sino de toda forma de violencia, privación de los derechos humanos, explotación ambiental y violencia cultural. En nuestro museo pasamos de poner énfasis en una agenda contra la guerra a los estudios más expansivos de la paz. Otros museos también han adoptado esta nueva definición.

IPS: ¿Qué logró la Conferencia Internacional de Museos por la Paz de 2008? ¿Cuál es el próximo paso?

IA: Además del éxito de la conferencia en sí, nos llevó a armar un marco para su organismo organizador, la INMP. La convertimos en una institución legal, creamos sus estatutos, designamos sus autoridades, su sistema de membresía e instalamos su sede administrativa en La Haya.

Peter van den Dungen, profesor de Estudios por la Paz en la británica Universidad de Bradford, es su coordinador general. Esta institucionalización nos proporciona una base sólida para el desarrollo en el futuro. A través de la INMP podemos fortalecer nuestra unidad, ampliar nuestros estudios por la paz en colaboración con instituciones similares y ayudar a la creación de museos nuevos.

IPS: Usted forjó fuertes lazos con el Museo de la Masacre de Nanjing, que exhibe las injusticias cometidas por los militares japoneses en China en 1937. ¿Esfuerzos como el suyo han ayudado en el proceso de reconciliación entre ambos países?

IA: Aunque el Museo de la Masacre de Nanjing, el mayor de su tipo en el mundo, se centra en la masacre y el sufrimiento humano, ahora también hace hincapié en la "creación de la paz". Hay que destacar que se me haya designado a mí, un japonés, como director emérito de su Instituto de Investigación de la Paz Internacional.

Seguiremos trabajando por una reconciliación real. Algún día espero que podamos intercambiar exposiciones entre el Museo de la Masacre de Nanjing y el Museo Conmemorativo de la Paz en Hiroshima.

IPS: ¿Cuáles son los próximos desafíos para usted?

IA: Me gustaría ver la ampliación del museo en un nuevo complejo, que comprenda a tres museos nuevos. Uno será un Museo de Ciencia y Tecnología por la Paz, en el campus del lago Biwa, en nuestra universidad.

El segundo será un Museo de Comprensión Internacional de la Paz, en la Universidad Ritsumeikan de Asia-Pacífico. Y el tercero, un museo de Recursos Digitales para la Educación por la Paz, en las escuelas de educación primaria y secundaria relacionadas con la universidad.

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