Investigadores de la Pontificia Universidad Católica de Rio Grande do Sul desarrollaron una técnica, que hasta ahora Brasil tenía que importar, para transformar energía solar en electricidad. Ya se produjeron 200 placas fotovoltaicas y 12.000 células solares, como experiencia piloto con vistas a la fabricación industrial dentro de la propia universidad, con una inversión de 3,2 millones de dólares aportados por empresas privadas y públicas. La ingeniera Izete Zanesco, coordinadora de la investigación, dijo a Tierramérica que la ventaja es que las placas nacionales pueden usarse fácilmente en comunidades aisladas, a las que no llega la electricidad.
“Pueden instalarse en fachadas y tejados, creando sistemas aislados y distribuidos de generación eléctrica”, agregó.
