CAMBIO CLIMÁTICO: Copenhague no obliga, Kyoto sí

Los países del grupo Basic (Brasil, Sudáfrica, India y China), anunciarán sus acciones voluntarias para mitigar el cambio climático antes del plazo del 31 de este mes, estipulado en el Acuerdo de Copenhague, pero recordaron que éste carece de base legal alguna.

El acuerdo fue sellado al término de la 15 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP-15), realizada en diciembre de 2009 en la capital danesa.

"Apoyamos el Acuerdo de Copenhague", subrayó el ministro de Ambiente de India, Jairam Ramesh, en una conferencia de prensa de secretarios de Estado del grupo Basic el 24 de este mes.

"Pero todos coincidimos en que su valor no reside en sí mismo como documento, sino en su contribución al proceso de negociaciones de dos vías en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático", advirtió.

No es un documento legal, explicó Ramesh, "el entendimiento alcanzado en Copenhague apuntó a facilitar el proceso de negociación de dos vías, el único capaz de permitir un acuerdo vinculante en México", donde se realizará la COP-16 en diciembre de este año.
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La negociación de dos vías fue acordada en diciembre de 2007 en la cumbre climática en la isla indonesia de Bali, en el marco de las acciones cooperativas a largo plazo, previstas por la Convención y el Protocolo de Kyoto.

El acuerdo firmado en esa ciudad japonesa en 1997 y en vigor desde 2005, obliga a los 37 países industriales que lo ratificaron a reducir sus emisiones para 2012 a volúmenes 5,2 por ciento inferiores a los de 1990.

En el encuentro del grupo Basic y en la conferencia de prensa participaron Carlos Minc, ministro de Ambiente de Brasil, Buyelwa Sonjica, su contraparte de Sudáfrica, y Xie Zhenhua, vicepresidente de la Comisión de Reforma y Desarrollo de China, responsable de los programas de planificación de ese país.

Los objetivos del grupo son consistentes con los intereses de las naciones en desarrollo, señaló Xie. "Basic encabezará la reducción de gases invernadero a gran escala y se atendrá al principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas", añadió.

Por su parte, Sonjica señaló que no tomarán ninguna decisión fuera del Grupo de los 77 (G-77), que reúne a más de 130 países en desarrollo en las negociaciones internacionales. "Nos consideramos como un valor agregado a sus propuestas", añadió la ministra sudafricana.

La disposición del grupo Basic de respaldar a los países más vulnerables asegurando su participación abierta y transparente en las negociaciones y propuestas para brindar asistencia financiera y tecnológica es encomiable, señaló Siddharth Pathak, integrante de la división de políticas de la organización ambientalista Greenpeace.

"Esperamos que su apoyo se vuelva tangible en la próxima reunión que mantendrá el grupo en abril", añadió.

Basic parece interesado en consolidarse y en guiar al G-77, pero debe demostrar su liderazgo impulsando negociaciones que permitan alcanzar un acuerdo justo, ambicioso y vinculante y también presionar a los países industrializados a que reduzcan con urgencia sus emisiones de gases invernadero y hagan sus propias contribuciones, añadió Pathak.

Pero hay analistas que consideran que la reunión de Basic tiene la capacidad de cimentar las diferencias dentro y fuera del grupo.

"Ahora lo importante es ver si China e India van a respetar los volúmenes de intensidad de carbono en sus planes de acción, anunciados en la cumbre de Copenhague", indicó Siddharth Mishra, director de CUTS International, consultora en materia de política económica.

La intensidad de producción carbono corresponde al volumen de gases emitidos por cada punto porcentual del producto interno bruto (PIB).

La estrategia "le conviene a China porque disminuye su intensidad energética y antes de la cumbre de Copenhague anunció que reduciría su intensidad de carbono entre 40 y 45 por ciento para 2020", indicó Mishra.

"India también puede disminuir su tendencia a aumentar las emisiones y fijar normas internas para reducir las de su contaminante industria", añadió.

"No sabemos cuáles son los cálculos a grosso modo, pero tanto China como India podrían beneficiarse del paquete de 100.000 millones de dólares al año para 2020 previsto para que los países en desarrollo se adapten al cambio climático y evitar que la temperatura global del planeta supere los dos grados respecto del inicio de la industrialización", remarcó.

Los ministros del Basic pidieron a Dinamarca, que presidió la COP-15, que convocara a reuniones inmediatas de los dos grupos de negociaciones, el del Protocolo de Kyoto y el de las Acciones Cooperativas a Largo Plazo en marzo y que se asegurara de que se reúnan al menos cinco veces antes de la COP-16 de diciembre.

Cuando los países del Basic unieron fuerzas con Estados Unidos para negociar el Acuerdo de Copenhague, al finalizar la conferencia en la capital danesa, varias naciones en desarrollo expresaron su temor de que ese texto se volviera obligatorio y diluyera el proceso de dos vías iniciado en Bali.

Los ministros del grupo también pidieron a las naciones ricas que distribuyeran este año el fondo de 10.000 millones de dólares prometido a los países menos adelantados y a los pequeños estados insulares para ayudarlos a afrontar las consecuencias del cambio climático.

Basic decidió crear su propio fondo para ayudar a estos dos grupos de naciones, anunció el ministro brasileño en la conferencia de prensa. "El monto de las contribuciones se decidirá en la próxima reunión del grupo en Sudáfrica", apuntó Minc.

Antes del encuentro de Basic, el primer ministro indio Manmohan Singh hizo saber de sus reservas sobre la presión ejercida por su par danés Lars Løkke Rasmussen y el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, para conseguir resultados acordes al Acuerdo de Copenhague antes de la fecha límite del 31 de enero.

El Acuerdo de Copenhague prevé que los países ricos fijen sus compromisos de reducción de gases de efecto invernadero para 2020 según el volumen de sus economías y que los otros estados expliciten sus "acciones de mitigación".

Pero el 30 de diciembre, Rasmussen y Ban urgieron por escrito a todos los jefes de Estado y de gobierno a presentar sus compromisos antes del 31 de este mes.

El documento no menciona al Protocolo de Kyoto, lo que genera suspicacias.

Mishra señaló que las sospechas surgieron tras una declaración del secretario ejecutivo de la Convención, Yvo de Boer, poco después de la COP-15, en la que no mencionó al que es todavía el único pacto mundial obligatorio para reducir el cambio climático.

"La impresión de que hay planes para enterrar el Protocolo no se logra atenuar con la intención de la Unión Europa de imponerlo como primer paso para las nuevas negociaciones", añadió.

El Protocolo de Kyoto prevé compromisos obligatorios en materia de reducción de emisiones para 2012 para los países ricos, pero no para las naciones en desarrollo.

En cambio, el Acuerdo de Copenhague no menciona objetivos de mitigación para las naciones industrializadas y éstas parecen tratar de bajar el límite en materia de negociaciones climáticas, en un contexto en que los científicos advierten que el clima cambia más rápido de lo que se creyó en un principio.

El Acuerdo fue rechazado por Cuba, Bolivia, Nicaragua, Sudán y Venezuela por cuestiones de contenido y de procedimiento y no pudo ser aceptado ni aprobado por la COP-15, que simplemente "tomó nota" de él. Por eso no pudo ser incorporado como documento de la Organización de las Naciones Unidas.

La respuesta del grupo Basic "realza la visión del mundo en desarrollo de que el Acuerdo de Copenhague optó por restar importancia al principio central de ‘responsabilidades comunes, pero diferenciadas’" incluidas en la Convención, señaló un artículo editorial del periódico indio The Hindu.

Uno de los resultados positivos de la "estrategia común" adoptada por los integrantes de Basic es fomentar una "activa cooperación Sur-Sur" para promover la ciencia, añadió.

"Dado que los derechos de propiedad intelectual que limitan el acceso a la tecnología siguen siendo una barrera importante para mejorar la eficiencia energética, los esfuerzos conjuntos de China e India constituyen una gran promesa", comentó el periódico.

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