Las comunidades originarias deben planificar mejor su participación conjunta en la próxima cumbre mundial sobre cambio climático, de diciembre en México, para ayudar a vencer la resistencia de los países contaminantes, concluyeron delegados indígenas de 14 países americanos reunidos en la capital peruana.
"América Latina se caracteriza por llevar varias voces a las cumbres, hay muchas posiciones y esto hace más lento el proceso. Los demás países dicen que ya no tienen paciencia con nuestra región, por eso debemos unirnos para poder influir más y mejor", reconoció Hortencia Hidalgo, indígena aymara de Chile ante el auditorio de la reunión de dos días finalizada este martes.
Enlace Continental de Mujeres Indígenas-Región Sudamérica, el Consejo Indígena de Centro América (CICA) y Chirapaq, Centro de Culturas Indígenas del Perú convocaron a un centenar de delegados para analizar los resultados de la 15 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, realizada en diciembre en Copenhague.
La Segunda Cumbre Latinoamericana sobre Cambio Climático e Impactos en los Pueblos Indígenas estudió los desafíos para la próxima cumbre del clima a realizarse en México.
Para ello, representantes de comunidades de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, Guatemala, México, Nicaragua, Panamá, Perú y Venezuela se organizaron en grupos de trabajo, con la participación de expertos, en asuntos de seguridad alimentaria y nutrición, género, adaptación y mitigación al cambio climático y plan de acción y política.
Como resultado de este encuentro, el presidente del CICA, Donald Rojas, enumeró a IPS los retos pendientes: "garantizar una propuesta unificada de todas las redes, influir en los gobiernos para que asuman estos planteamientos, diseñar una estrategia local y comunitaria de adaptación y mitigación al cambio climático, garantizar la seguridad alimentaria y crear una plataforma indígena para la cumbre de México".
En la declaración final, los indígenas articulados en ocho redes del continente señalaron que el cambio climático está generando una grave crisis en la seguridad alimentaria, afecta los conocimientos tradicionales y vulnera los derechos fundamentales de los pueblos, principalmente en el acceso a los territorios y recursos naturales.
En la región andina, el cambio climático se presenta con eventos extremos: heladas, nevadas y granizadas. También se ha alterado el ciclo de las lluvias y se han intensificado las sequías, mientras que las precipitaciones han aumentado en zonas húmedas produciéndose inundaciones, deslizamientos de tierra y pérdidas de cultivo.
También han aparecido plagas y enfermedades como el dengue, la uta y el paludismo en zonas donde antes no se registraban.
En Perú, donde se concentra el 71 por ciento de los glaciares tropicales, ya se ha perdido el 22 por ciento de la superficie helada en los últimos 30 años.
En su texto final, los indígenas plantearon que los Estados tomen decisiones considerando la visión de los pueblos originarios como un valor agregado para implementar medidas de adaptación y mitigación diferenciando el rol de las mujeres, los hombres y los niños y niñas en esta lucha y en los impactos.
Como estrategias y soluciones señalaron que seguirán insistiendo ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para que se instaure el Día Internacional de la Madre Tierra, impulsarán mecanismos de participación para los indígenas a través de los comités regionales y nacionales de cambio climático de los diversos países, e insistirán "en la participación oficial de los indígenas en la Conferencia de las Partes como miembros de las delegaciones de gobierno".
También instaron a que el sistema de la ONU, los gobiernos, la cooperación internacional y los movimientos sociales reconozcan los planes ambientales generados por los indígenas, que se impulse una gestión y uso de los recursos naturales con respeto a sus derechos y se haga un llamado en contra de las industrias extractivas que provoquen un "efecto nocivo en el buen vivir de la comunidad y en particular en la salud de las mujeres, niños y ancianos".
"México tiene que ser distinto a Copenhague. Allá vamos a llegar con una propuesta concreta de los pueblos", señaló a IPS Miguel Palacín, representante de la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI).
Para Palacín y otros dirigentes indígenas, la Conferencia Mundial de Cambio Climático que se realizará en abril en Cochabamba, Bolivia, es fundamental para definir los planteamientos indígenas. Esta reunión fue convocada por el presidente Morales.
"En Copenhague, los pueblos indígenas guardábamos la esperanza de que los países contaminantes tomaran decisiones, pero no fue así. Eso nos desalentó al inicio, pero el presidente Morales nos dijo que debíamos seguir luchando hasta ser escuchados y eso hacemos", dijo a IPS Juvencia Huarachi, secretaria de defensa sindical de la Conferencia Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia Bartolina Sisa.
Los cuatros grupos de trabajo dieron recomendaciones más concretas en sus diversas áreas. El de seguridad alimentaria y nutrición planteó que las comunidades indígenas trabajen con semillas propias para que se adapten a las variaciones climáticas, que se rescaten los saberes ancestrales y que los pueblos tengan sus propias reservas de alimentos para dos años ante cualquier emergencia climática.
Para las organizaciones indígenas, cualquier estrategia de seguridad alimentaria debe incorporar la visión indígena¬ y un enfoque de género.
La mesa de género señaló que debe lograrse que los hombres y las mujeres cumplan un rol complementario en la lucha contra el recalentamiento global, que se recojan los impactos diferenciados en mujeres y niños en la vida cotidiana.
"Las mujeres luchan hoy más que nunca por conseguir el alimento para sus familias. El agua es escasa y deben caminar más horas exponiéndose a peligros", explicó a IPS Librada Pocaterra, indígena wayuu de Venezuela, quien aseguró que en 2009 no llovió en su comunidad por efecto del cambio climático y que se han incrementado las sequías.
"Hasta ahora se siguen postergando las decisiones para frenar el cambio climático, porque los gobiernos tienen una visión del desarrollo muy económica que no valora la conservación de los recursos naturales", apuntó a IPS Pacha Cabascán, quichua de Ecuador y responsable de los temas indígenas y afrodescendientes de la Comunidad Andina de Naciones (CAN).
"Ningún pueblo europeo puede sobrevivir sin la papa y ningún pueblo del mundo sin el maíz maya. No podremos sobrevivir al cambio climático sin este conocimiento ancestral", afirmó el lunes Freddy Ehlers, secretario general de la CAN durante la inauguración de la cumbre en Lima.