ECONOMÍA-CHINA: Los dolores de cabeza de la expansión

Finalmente, el pronóstico tantas veces anticipado se cumplirá en 2010, cuando China desplace a Japón como la segunda economía del mundo y se consolide como principal motor de la recuperación internacional, en la culminación de 30 años de espectacular expansión.

Pero el logro de esta meta no sólo suscita orgullo en la nación más poblada del mundo. Hay también consternación entre los responsables políticos, los expertos y la gente común por elementos que acompañan al acelerado crecimiento, como los inflados precios inmobiliarios, el alto desempleo estructural y el exceso de capacidad productiva.

A los dirigentes políticos les preocupa que el ascenso de China aumente las expectativas sobre una mayor distribución del poder a nivel mundial, mientras a los especialistas les inquieta que la recuperación del país durante el último año haya venido unida a una ola de estatización de sectores que estaban en manos privadas.

La gente, en tanto, se queja de que los grandes indicadores macroeconómicos no reflejen la realidad diaria de la población.

El día 25, China anunció la revisión de sus datos oficiales para recoger un crecimiento económico más acelerado de lo previsto lo que coloca al país más cerca de ocupar el puesto de Japón como segunda economía mundial, detrás de Estados Unidos.
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La Oficina Nacional de Estadísticas corrigió al alza que las cifras del producto interno bruto (PIB) durante 2008 y lo situó en 4,52 billones de dólares, muy cerca de los 4,9 billones de Japón ese mismo año.

Eso se traduce en un incremento del PIB de 9,6 por ciento, seis décimas más que el calculado previamente.

"Es una excelente noticia que China vaya a ser muy pronto el líder económico de Asia, ¿pero cómo nos afecta eso?", se preguntó Cao Jinling, un consultor inmobiliario de Beijing.

"Yo sé que mucha gente está excluida de la bonanza del sector de los bienes raíces. No pueden comprar ni siquiera un apartamento de un dormitorio fuera de la zona comercial de Beijing. ¿Eso permite compararnos con la gente de Tokio?", agregó.

La extraordinaria resistencia de China ante la crisis financiera internacional ha sido elogiada en todas partes, pero a Beijing le preocupa que sus medidas de estímulo provoquen efectos secundarios de largo plazo en la economía desde 2010.

Para impedir la caída de la actividad, Beijing aplicó a principios de 2009 un paquete de estímulos de 588.000 millones de dólares, junto con una flexible política de créditos, que alimentó el crecimiento pero también agravó el excedente de capacidad productiva.

Las empresas extranjeras advierten que las nuevas inversiones financiadas por el paquete de estímulos de China podrían inundar los mercados mundiales y provocar una andanada de conflictos comerciales.

"El modelo de crecimiento chino requiere que la demanda externa – de la Unión Europea y Estados Unidos – sea capaz de absorber su exceso de capacidad productiva", señaló en noviembre un informe de la Cámara China de la Unión Europea. Pero advirtió que es improbable que ello suceda, dada la débil recuperación de los países industriales.

Sin embargo, China ya advirtió que el próximo año continuará su búsqueda de una mayor participación en las exportaciones mundiales.

"Las exportaciones chinas crecerán en 2010, no hay duda al respecto", aseguró el viceministro de Comercio Zhong Shan el domingo 27, durante un foro de la Universidad de Negocios y Economía Internacional de Beijing.

Zhong dijo que China se convirtió en una "gran nación comercial" que probablemente está reemplazando a Alemania como el principal exportador mundial en cuanto a volumen, pero todavía no se ha convertido en una "poderosa nación comercial".

Las exportaciones significan crecimiento y este a su vez se traduce en millones de trabajos para la población china, explicó Zhong. La participación china en el superávit del comercio mundial casi se duplicó este año, aun cuando su propio excedente se redujo, como reflejo de la caída de otros de otros grandes exportadores.

Con ese panorama, los críticos de China se han hecho más ruidosos. Acusan al gigante asiático de robarles empleos a otros países a través de sus políticas exportadoras y el control de su moneda, el yuan.

En 2010, China probablemente reciba más presión por sus políticas monetarias. Países exportadores de Asia se sumaron a críticos en Occidente que culpan a Beijing de haber logrado una competitividad artificial de sus productos a través de la política extraoficial que, en los hechos, ató el yuan al dólar a partir del verano boreal de 2008.

Pero el primer ministro Wen Jiabao dijo el mismo domingo que no es probable que Beijing vaya a ceder a las presiones sobre el yuan.

El objetivo de exigir un yuan más fuerte a la vez que varios países extranjeros adoptan un proteccionismo comercial es frenar el desarrollo chino, dijo Wen en una entrevista con la agencia oficial de noticias Xinhua.

"Mantener la estabilidad del yuan es nuestro aporte a la comunidad internacional en un momento en que las principales monedas del mundo se han devaluado", agregó.

A pesar de la retórica desafiante de las autoridades chinas, es posible que pronto tengan que lidiar con las consecuencias de la intervención del gobierno en apoyo del crecimiento, como la burbuja del mercado inmobiliario y el peligro de la inflación.

En la entrevista con Xinhua, Wen advirtió que abandonar antes de tiempo la política de estímulos podría afectar la economía, pero que Beijing necesita prepararse para el posible incremento de la inflación, debido al alza de los precios de las materias primas en todo el mundo y al crecimiento de la oferta monetaria en el país.

"Si continuamos con las mismas medidas de estímulo en 2010, el próximo año probablemente irá muy bien, pero se arraigarán los problemas de largo plazo, y nos enfrentaremos a la amenaza real del resurgimiento de la inflación", alertó Liu Yuanchun, profesor de economía en la Universidad Tsinghua, de Beijing,

Los expertos apuntan a otra tendencia preocupante como consecuencia del enorme programa de estímulos chino. La inyección de 588.000 millones de dólares a la economía benefició a las empresas estatales en perjuicio del sector privado.

Una investigación del periódico Observador Económico en su edición de diciembre reveló que en el último año se produjo en los hechos la nacionalización de importantes empresas privadas en tres sectores: las minas de carbón, los productos lácteos y el acero.

A los especialistas les preocupa que uno de los principales motores de crecimiento como es el sector privado, está siendo restringido a favor del gran Estado chino y sus protegidas empresas. "Es una verdadera lástima que mientras por un lado exigimos innovación, nuestras empresas privadas sólo pueden recurrir a los mercados de valores de Hong Kong y Nueva York para realizar sus sueños de crecimiento", dijo Chen Zhiwu, experto en política socioeconómica de la Universidad Tsinghua.

"Los mercados de valores de China han sido por años el dominio reservado de las empresas estatales", agregó.

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