El año que termina fue el peor para la economía de Argentina desde la recuperación de 2003, pero el gobierno y economistas privados coinciden en que lo peor de la crisis ya pasó y que para 2010 vuelve el crecimiento, al mejorar las condiciones internas y externas.
El pronóstico resulta alentador después de un año crítico. Según pautó el gobierno en su presupuesto para el nuevo año, 2009 cierra con un aumento de apenas 0,5 por ciento en el producto interno bruto (PIB), un virtual estancamiento después de un sexenio en que el país creció a una tasa cercana a ocho por ciento anual.
Pero esta proyección oficial es confrontada por proyecciones más pesimistas de un grupo de especialistas privados. El estudio de Orlando Ferreres estima que la caída del PIB durante 2009 alcanzó 4,5 por ciento, mientras que la firma Rubinstein y Asociados sitúa en 4,2 por ciento el promedio del retroceso económico.
En diálogo con IPS, Marina Dal Poggetto, del estudio Bein y Asociados, sostuvo que la caída en 2009 fue de 2,2 por ciento. "Hubo un retroceso muy fuerte en el segundo trimestre, cuando se sintió el impacto pleno de la sequía y una recuperación recién a partir de septiembre", explicó la economista.
"Lo peor de la crisis claramente ya pasó, para el próximo año prevemos un crecimiento del producto de 4,8 por ciento", estimó. "Vemos un escenario bueno, de normalización, con crecimiento al menos en el corto plazo, pero también con incertidumbre y con una elevada puja distributiva", vaticinó.
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Para Dal Poggetto, "se frenó la salida de capitales fenomenal que hubo en 2008 y 2009", a raíz del choque entre el gobierno y las asociaciones de productores agropecuarios, entre otros factores. Si bien para 2010 no hay grandes planes de inversión, el horizonte se divisa "más despejado", afirmó.
También la Comisión Económica para América Latina (Cepal) pronostica que Argentina crecerá cuatro por ciento en 2010, en el informe preliminar de perspectivas regionales publicado este mes.
La Cepal destaca que a pesar de "una cuantiosa salida de capitales privados", el país logró amortiguar la crisis durante 2009 con un superávit comercial y una buena disponibilidad de reservas.
La presidenta Cristina Fernández señaló durante el habitual brindis de fin de año que la crisis quedó atrás y que Argentina "va a tener un 2010 muy bueno".
El crecimiento previsto en el presupuesto para el próximo año es de 2,5 por ciento y estaría subestimado, como ya es norma en su gestión y la de su antecesor y esposo, el ex mandatario Néstor Kirchner (2003-2007).
Pero el Fondo Monetario Internacional y algunos economistas ortodoxos como Miguel Kiguel coinciden en ese pronóstico de magro crecimiento. En cambio, otros como Dal Poggetto y un conjunto de especialistas de diferentes firmas consultoras, anticipan un incremento del PIB de entre tres y cuatro puntos.
Unos y otros coinciden en que la recuperación de la economía global y, más aún, el sólido avance económico previsto en Brasil repercutirán en un aumento de las exportaciones y de la producción en Argentina.
El coloso y vecino sudamericano es el principal socio comercial de Argentina y los analistas privados estiman que su PIB aumentará a una tasa mínima de cinco por ciento durante 2010.
También hay factores internos que empujan el crecimiento en 2010, como "la normalización climática" que devolverá el vigor a la actividad agropecuaria.
Dal Poggetto calcula que el monto total de la cosecha pasará de 61 a 83 millones de toneladas y sólo la de soja crecerá de 33 a 52 millones de toneladas, gracias a las lluvias.
Sólo este resurgimiento del campo representa un aumento de 1,5 por ciento del PIB, estimó la economista.
Otro factor que alentará la producción es el nuevo plan de asignación monetaria mensual a hijos de personas sin empleo o con empleos precarios. Esta nueva erogación que beneficia a 3,5 millones de niños, redundará en un aumento del consumo y en un crecimiento de medio punto porcentual del PIB.
En materia de empleo, los economistas creen que no habrá cambios drásticos. La desocupación creció este año a raíz de la crisis y el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos ubica la tasa actual de desempleo en 9,1 por ciento, aunque sus datos han perdido credibilidad desde su intervención por el gobierno en 2007.
"No hay empresas evaluando incorporar gente", reveló Dal Poggetto. Otros economistas explican que hay margen de capacidad ociosa en las empresas que se puede cubrir con trabajadores que están ya en nómina y están sub ocupados.
Para los expertos, una variable que habrá que seguir de cerca en el país es la de la tasa de inflación.
Los economistas Eduardo Levy, de la Universidad Torcuato Di Tella, y Dante Sica, de la firma consultora Abeceb, consideran que la inflación será el principal tema de preocupación el año próximo, debido a que ha pasado a comportarse como un fenómeno inercial.
En el presupuesto oficial se estima que el índice de precios al consumidor crecerá en 2010 apenas 6,1 por ciento, pero los expertos calculan que el indicador trepará hasta los dos dígitos.