Un buen clima parece instalarse en las economías latinoamericanas tras el vendaval que sopló del Norte, que deja como aprendizaje, según analistas, el retorno a un Estado fuerte de la mano de la recuperación de las riquezas naturales y en un escenario de globalización desdibujada.
"América Latina cuenta ahora con más recursos porque, en general, los gobiernos han logrado reivindicar parte de sus recursos", explicó a IPS el economista chileno Orlando Caputo. Es que, a su juicio, la crisis nacida en Estados Unidos provocó "el comienzo de la ruptura de la globalización de la economía mundial", profundizada en los años 90.
Se ha puesto en marcha un nuevo proceso, que debe redefinir la articulación con la economía mundial "través de bloques regionales, con estrategias de desarrollo propias de cada país", sostuvo.
El nuevo escenario comenzó a esbozarse tras la caída de la concepción de la supremacía del mercado y al constatarse que la salida pasaba por un nuevo fortalecimiento del Estado. Es un nuevo proceso que irá clarificándose en la medida que se vayan recuperando las economías y se desarrollen Estados delineados con las enseñanzas que deja la recesión mundial.
"Ya está clara la presencia de China. Es más, se podría decir que cada vez más el sistema capitalista mundial depende de ese gigante asiático, mientras cambia el sistema monetario internacional", apunta Caputo.
A pesar de que no se podría asegurar la sostenibilidad en el tiempo, las proyecciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) indican que la región experimentará una recuperación de sus economías más acelerada que lo previsto anteriormente, con un crecimiento que es estimado para 2010 en 4,1 por ciento de promedio.
Los buenos augurios fueron divulgados por la agencia regional de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) desde su sede de Santiago de Chile el jueves, cuando se presentó el Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2009.
"Estamos saliendo de una crisis sin precedentes en los últimos 70 años, que sí nos encuentra mejor posicionados por cuatro factores, uno de los cuales, quizás el más interesante, es que por primera vez en 40 años la región logró un superávit en cuenta corriente", señaló en la presentación la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Barcena.
Junto al superávit de las cuentas públicas, Barcena indicó que la disminución de la deuda, el crecimiento de tres por ciento por persona en los seis años anteriores y la mayor presencia de la banca estatal, para sustituir a los privados en retiro, posibilitaron a América Latina y el Caribe afrontar la crisis con cierta fortaleza.
La cautela de los financistas privados, que limitaron sus préstamos con el consiguiente impacto negativo en las pequeñas y medianas empresas, fue compensada con la presencia de los bancos estatales "que en general aumentaron sus créditos", explicó a IPS Jurgen Weller, subdirector de Desarrollo Económico de la Cepal.
EL REGRESO DEL ESTADO PRÓDIGO
Según el balance de la Cepal, uno los factores que han influido en mayor medida para facilitar la salida de la crisis ha sido el rol cumplido por los estados a través de llamadas políticas contra-cíclicas.
"Hay un grupo de países que ha acumulado fuerza en los años de buen desempeño económico como para enfrentar la crisis surgida en 2008, porque eso les ha permitido aumentar el gasto público, reforzar programas sociales y, en general, afrontar una mayor salida de corriente y capitales", enfatizó Weller.
"América Latina en general se ha cuidado de que el golpe no sea recibido sobre todo por los de siempre: los pobres, la gente con bajos ingresos. Y en parte han aprovechado la construcción de instrumentos de protección que se han desarrollado en los últimos años", sostuvo el economista de la Cepal.
A su vez, Caputo precisó que, en el caso de Chile, el aumento del gasto público fue posible gracias al ahorro acumulado por el buen precio internacional en esta década del cobre, principal producto de exportación, pese a la privatización del que fue víctima en la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
"Si no fuera por los recursos del cobre, el producto chileno habría caído ocho por ciento el año pasado", indicó. El Estado sólo recoge ahora 26 por ciento de esta actividad, cuando era del 100 por ciento durante el gobierno de Salvador Allende (1970-1973), que lo nacionalizó apenas asumió.
La reactivación se proyecta notoriamente en América del Sur y Central, con tasas de crecimiento de entre tres y 4,7 por ciento.
Se estima que Costa Rica, República Dominicana y México llegarían a 3,5 por ciento, este último país gracias a la recuperación de Estados Unidos y al aumento del precio del petróleo. Sin embargo, países más pequeños "no han tenido ese espacio o la capacidad de acción y reacción de los estados, donde ha sido mucho más débil" agregó Willer.
Tal sería el caso de los países del Caribe, cuyo crecimiento sería sólo de 1,8 por ciento.
Para el año próximo se espera el aumento de los ingresos fiscales en la región, porque se prevé un aumento de los precios de algunos productos básicos de exportación.
Si bien se advierte que la inflación no es una de las prioridades en las preocupaciones actuales de la región, la Cepal observa una tendencia a la baja. Aunque, en caso de consolidarse la recuperación de las economías hacia el segundo semestre de 2010 podría experimentarse un aumento de los precios con márgenes manejables.
DATOS DE LA ESPERANZA
El estudio del PNUD indica que la región finalizará este año con una contracción de 1,8 por ciento. Uno de los países más azotados por la crisis ha sido México, con la mayor caída en su actividad económica junto a países de América Central y el Caribe.
Aunque menos que lo pronosticado a comienzos de año, el desempleo aumentará hasta 8,3 por ciento de la población activa, observándose junto a esto el deterioro en la calidad de las nuevas plazas laborales.
Se proyecta que para el año próximo la desocupación podría bajar hasta cerca de ocho por ciento, con su consiguiente efecto positivo en los indicadores de pobreza.
Weller desestimó que el factor electoral en algunos países pueda frenar la tendencia hacia la recuperación, principalmente porque según analizó.
"En Uruguay, como también en Bolivia", se trataría de "fuerzas políticas que ya están en el gobierno. Y en el caso de Chile, por lo menos en el área económica no se esperan transformaciones fundamentales".
Este análisis que fue compartido por Caputo, quien señaló a IPS que los dos candidatos posibles que encabezan las encuestas, el centroizquierdista Eduardo Frei y el derechista Sebastián Piñera, ofrecen políticas económicas que sólo podrían ofrecer matices, pero no cambios estructurales.
"Pienso que Frey va a seguir casi las mismas líneas de la derecha, un poco más de Estado, pero siguiendo los principios económicos del neoliberalismo, entregando la propiedad de los recursos naturales", sentenció el economista.
Pese a las positivas señales que comienzan a despedir la crisis en América Latina y El Caribe, la Cepal es cautelosa al hablar sobre una posible estabilidad o el retorno a los niveles de crecimiento anteriores a 2008 en la región.
Factores en el desarrollo o eventuales cambios en el escenario internacional podrían impedir una recuperación sostenida en el tiempo.
Así, la agencia de la ONU alertó de la urgencia de volver a delinear los patrones de especialización productiva y comercial, incentivando la innovación, la incorporación de conocimiento y la diversificación de productos y la búsqueda de nuevos mercados de destino, con una alta participación de los países asiáticos.
El economista Caputo observó que, como cualquier período adverso, puede ser una recuperación permanente o temporal pero que no hay que bajar los brazos del Estado en la creencia de que lo peor de la crisis ya pasó, y que su rol es sólo cuando los mercados caen.
"Yo creo que se inicia una gran rearticulación de todo, y en eso también América Latina debería participar activamente", indicó.