Las negociaciones para la creación de una alianza comercial de países del Sur pertenecientes a tres continentes (África, Asia y América del Sur) ascendieron a un nivel político con la intervención de ministros que imprimieron esta semana un nuevo impulso a la iniciativa.
La idea de establecer un acuerdo preferencial de comercio entre India, los cinco países de la Unión Aduanera de África del Sur (Botswana, Lesotho, Namibia, Sudáfrica y Swazilandia) y los cuatro miembros plenos del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) se comenzó a examinar formalmente en 2007, en comisiones técnicas.
Pero ahora ya no es una idea, es una realidad, dijo a IPS el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Celso Amorim, uno de los promotores del tratado triangular. En una reunión sostenida en esta ciudad suiza, los ministros de India, de la Unión Aduanera de África del Sur (SACU, por sus siglas en inglés) y del Mercado Común del Sur (Mercosur) dieron instrucciones a expertos de sus gobiernos para que realicen tareas técnicas y estudios para explorar las vías que conduzcan al previsto acuerdo trilateral de comercio.
"Este objetivo corresponde a la nueva realidad que vivimos", describió Amorim. Por ejemplo, la opinión pública ya descubrió que los países conocidos como BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) tienen quizás más importancia para la recuperación de la actividad económica mundial "que muchas, no todas, pero sí muchas economías industrializadas", arguyó.
"Lo mismo pasa entre India, el Mercosur y la SACU, que son potencialmente un gran espacio económico, donde podemos concertar acuerdos", agregó.
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"El convenio en examen unirá a países en desarrollo de tres continentes", resaltó Néstor Stancanelli, director de Relaciones Económicas Internaciones de la cancillería de Argentina. Y cada pueblo aportará su cultura diferente, observó.
Las discusiones sobre el acuerdo preferencial de comercio comenzaron con reuniones de técnicos, la primera en la capital de Sudáfrica, Pretoria, en octubre de 2007, y la segunda en la de Argentina, Buenos Aires, en abril de 2008.
Los ministros tomaron la iniciativa esta semana, pero delegaron otra vez en los técnicos la continuación de los exámenes, esta vez probablemente en Uruguay, en el primer semestre de 2010, precisó Amorim.
Las primeras reuniones técnicas fueron exploratorias. "Ahora los ministros convocamos otra vez a los técnicos para que estudien los mecanismos que debemos desarrollar", dijo.
El acuerdo tendrá que establecer complementariedades entre los estados participantes y reconocer debidamente, entre otros aspectos, las asimetrías en los grados de desarrollo de los miembros.
En particular, el estudio atenderá la circunstancia de que uno de los miembros del futuro entendimiento, Lesotho, pertenece al grupo de países menos avanzados, una categoría que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reconoce a naciones con un producto interno bruto anual por habitante menor a 750 dólares y con índices muy bajos en nutrición, salud, educación y alfabetismo de la población adulta.
Las perspectivas del acuerdo trilateral se ven favorecidas porque el Mercosur ya dispone de acuerdos preferenciales de comercio con las otras partes, India y la SACU. A su vez, Nueva Delhi y Pretoria negocian actualmente la concertación de un tratado similar.
Los ministros dan por sentado que el definitivo acuerdo trilateral se asentará en la base de los textos de los tratados bilaterales existentes entre las partes.
Un negociador latinoamericano comentó a IPS que los aspectos de la complementariedad y de la competencia serán determinantes en el contenido del acuerdo y más tarde en su aplicación.
En muchos aspectos, las economías de los futuros socios pueden ser complementarias. Por ejemplo, Sudáfrica y sus socios de la SACU muestran un alto grado de competitividad en minerales y en metales no ferrosos, como también en aceites vegetales.
En cambio, las naciones africanas son menos sólidas en aceros, varios productos industriales y en cereales y azúcar.
A su vez, India depende de las ventas en los rubros de semillas oleaginosas y de aceites vegetales. Por el contrario, su fuerte se ubica en los sectores de la electrónica, maquinaria y equipos, como también carnes, excluidas las bovinas.
Un renglón especial del poderío indio se registra en el vestido. El experto latinoamericano previno de que en el rubro textil India puede llegar a crear conflictos a Brasil y Argentina.
Con respecto a Brasil, el socio dominante del Mercosur, el especialista observó que sus flancos débiles se ubican en trigo, productos de cuero y en metales no ferrosos. En cambio, descuella en semillas oleaginosas y en aceites vegetales.
Pero estas singularidades de cada mercado pueden llegar a perder toda importancia si el tratado trilateral adquiere los rasgos que Amorim adelantó, de un acuerdo de nueva generación. "Es decir, que no se limitará al libre comercio", explicó.
"Los acuerdos de nueva generación tendrán que ser entendimientos distintos, fundados en la cooperación económica, con inclusión de tecnología, inversiones y también de sociedades de riesgo compartido ('joint ventures'), todo con una visión común", dijo.
Al respecto, la fuente puntualizó que en las discusiones de acuerdos entre el Mercosur y las naciones sudafricanas había posibilidades de establecer complementación en la industria automotriz. "También con India se podría llegar a un acuerdo en el mismo sector", dijo.
Pero no todo son rosas en esta iniciativa. Los expertos advierten de un obstáculo serio, como es la escasa frecuencia y bodegaje de los enlaces marítimos y aéreos entre las tres regiones.
Tampoco existe información adecuada acerca de las posibilidades comerciales y de las políticas importadoras de los países.
Amorim descartó que esta iniciativa de un acuerdo comercial regional atente contra el multilateralismo, el principio que defienden todos los miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
"Creo que es lo contrario, porque en tanto reforzamos la cooperación entre los países del Sur, los fortalecemos para afrontar el embate multilateral, donde siempre hubo un desequilibrio. Y ahora tendremos una posición más equilibrada", dijo el canciller brasileño.