Decenas de miles de personas desafiaron el sábado el frío danés para poner presión sobre los negociadores de un acuerdo internacional que salve al planeta de un cambio climático abrupto e irreversible. He aquí tres ejemplos.
La chilena Alicia Muñoz, integrante de La Vía Campesina, el movimiento mundial de pequeños y medianos agricultores, trabajadores y mujeres rurales y pueblos indígenas, lleva una semana en Copenhague participando en diferentes actividades del Klimaforum, la reunión de la sociedad civil paralela a la COP-15 (15 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático).
«La Vía Campesina tiene muy claro que tiene que presionar para que se logre un acuerdo, porque sabemos que las negociaciones no están teniendo un resultado» positivo, dijo Muñoz a TerraViva. Ella es una de las pocas activistas que llegó a la capital danesa proveniente de ese austral país sudamericano.
«Esta historia no la pueden seguir pagando los pueblos», enfatizó Muñoz, presidenta de la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e indígenas (Anamuri) de Chile. «Tenemos la plena seguridad de que esta manifestación va a influir sobre los gobernantes», sostuvo la activista, recordando el historial de luchas ganada que, a su juicio, tiene La Vía Campesina.
SOLIDARIDAD EUROPEA
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«Esperamos que cambien algunas cosas porque (el problema del recalentamiento planetario) es urgente. Vemos que los primeros que van a sufrir van a ser los países más pobres», dijo a TerraViva el belga Clodimir Bogaert, quien trabaja en proyectos de educación en la no gubernamental Oxfam Solidaridad de su país.
Él no pierde vista la dimensión económica: en el futuro la contaminación climática puede costar al mundo mucho más dinero que el que se requiere para actuar ahora, reflexiono.
Bogaert viajó desde su país hacia la capital danesa exclusivamente para participar en la marcha de este sábado. «Estamos aquí con delegaciones de diferentes organizaciones no gubernamentales, de diferentes sindicatos», relato. Todos vinieron juntos en tren.
«Estamos esperando lo que va a suceder en los últimos días (de la COP-15), cuando se tomen las grandes decisiones», dijo optimista.
«TENEMOS INFLUENCIA»
«Tenemos muchísima influencia porque el tema del cambio climático ha sido llevado por la sociedad civil organizada. El lobby de las corporaciones también es muy poderoso, por eso la sociedad no puede avanzar tan rápido como quisiera», dijo a TerraViva la argentina Marta Zogbi, de Amigos de la Tierra Internacional, uno de los convocantes de la marcha.
«Las corporaciones están presionando por el mercado de carbono como una solución y nosotros decimos que es una solución falsa porque solo va a beneficiar a los grandes negocios y no a la gente pobre», arengó la activista sudamericana.
En la fría mañana, Zogbi repitió una de las consignas de las organizaciones sociales que participan en las acciones paralelas a la COP-15: «No queremos un acuerdo político sino uno vinculante» en el que «los países se comprometan a implementar un tratado más justo para que no paguen los pobres las catástrofes climáticas».