CAMBIO CLIMÁTICO: Borrador débil en dinero y reducciones

Los gobernantes trabajan fervientemente este viernes para llegar a un acuerdo en la capital danesa, pero los textos surgidos hasta ahora carecen de detalles sobre los recortes de emisiones de gases contaminantes y del financiamiento de planes de mitigación y adaptación al cambio climático.

Del otro lado del muro Crédito: Ana Libisch/IPS
Del otro lado del muro Crédito: Ana Libisch/IPS

Se suponía que el borrador del llamado «Acuerdo de Copenhague» tenía que ser sometido a debate en el plenario de la 15 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 15) a las seis de la tarde local (17:00 hora GMT) de este viernes, pero el plazo expiró y las discusiones continúan.

Es probable que las negociaciones, reanudadas luego del discurso del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, no logren ningún objetivo tangible.

«Aunque la realidad del cambio climático no está en duda, tengo que ser honesto, dado que el mundo nos mira hoy: pienso que nuestra capacidad de actuar colectivamente está en duda en este mismo momento, y pende de la balanza», observó Obama.

El último borrador de un acuerdo sugiere extender el mandato de los grupos de trabajo sobre el tratado a largo plazo y el Protocolo de Kyoto, firmado en 1997 y en vigor desde 2005, para que continúen los debates, pero hasta ahora no se resuelven los principales escollos entre los países industrializados y en desarrollo.
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En el último texto, la puerta queda abierta a un objetivo a largo plazo de un aumento máximo de 1,5 grados en la temperatura mundial, a adoptarse luego de 2016, cuando se revise el acuerdo.

Hasta entonces, los líderes adhieren al umbral de dos grados establecido por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés).

Aún no se ha alcanzado ningún acuerdo sobre la proporción de las emisiones generales que debería reducirse antes de 2020, pero se adoptó un recorte de 50 por ciento para 2050. Los países del Anexo I (industrializados) del Protocolo de Kyoto discutirán medidas para concretar reducciones de 80 por ciento para 2050.

Tanto las naciones pobres como las ricas subrayan la necesidad de que las emisiones lleguen a un tope «lo más pronto posible», enfatizando que esto llevará más tiempo en las primeras, donde la erradicación de la pobreza y el crecimiento económico son las prioridades principales.

El acuerdo subraya la necesidad de medir las emisiones de carbono por persona, mencionando «el derecho a un acceso equitativo al espacio atmosférico». Este punto fue muy importante para países como China e India, con grandes poblaciones.

Aparte de un fondo inicial de 30.000 millones de dólares para el periodo 2010-2012, no hay compromisos «duros» para financiar la adaptación y la mitigación del cambio climático.

A estos efectos se propone una suma de 100.000 millones de dólares por año para 2020, pero no está claro de dónde se sacará ese dinero. El jueves, Amigos de la Tierra dijo que el anuncio que de estas cifras hizo la secretaria de Estado (canciller) de Estados Unidos, Hillary Rodham Clinton, fue «inadecuado».

«No estamos seguros de de dónde procede el dinero. ¿Es público, privado, lo financian los países en desarrollo, es del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional también? Finanzas verdaderamente públicas deberían surgir de Estados Unidos, así como de otros países del Anexo I, sin condiciones adjuntas», señaló.

Los reclamos de los países en desarrollo de crear un nuevo fondo multilateral que administre y distribuya los dineros bajo la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático se han topado con el establecimiento del «Fondo Climático de Copenhague».

La administración del fondo será compartida en partes iguales por las naciones pobres y ricas. Un Mecanismo de Tecnología se iniciará para acelerar el desarrollo y la transferencia de tecnología.

Se necesitan que los países en desarrollo concreten acciones de mitigación, pero no se las detalla, y se aprueba un mecanismo REDD Plus (siglas en inglés de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación).

No se mencionan los derechos de las mujeres ni de los pueblos indígenas, ni hay claridad en torno a la controvertida cuestión de los derechos de propiedad intelectual.

Estados Unidos y China todavía discrepan sobre el tema del control, el reporte y la verificación, mientras que las otras partes han acordado que esto debería ser «riguroso, robusto y transparente».

Las organizaciones de la sociedad civil todavía hablan de un «fracaso» en la capital danesa.

«No me sorprende que Copenhague haya fallado. Fue el objetivo de Estados Unidos obstruir cualquier avance aquí. Poco ha cambiado del gobierno de (George W.) Bush (2001-2009) al de Obama», dijo a IPS/TerraViva Anne Petermann, codirectora del Global Justice Ecology Project, con sede en Estados Unidos.

Los negociadores de las naciones pobres critican la falta de detalles en lo relativo al financiamiento.

«Todavía hay que calcular la suma que se proveerá a los países en desarrollo, especialmente a los más vulnerables, para adaptarse al cambio climático y para adoptar métodos de mitigación», dijo el embajador de Sri Lanka en la Organización de las Naciones Unidas, Palitha Kohona.

«No se puede dar una miseria y también pedirles que hagan los cambios. Eso simplemente no funcionará. Necesitaremos tener sumas adecuadas para que estos países puedan implementar los cambios necesarios», agregó.

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, dijo que 10.000 millones de dólares al año son una broma y lo comparó con el gasto militar de Estados Unidos, que es de 700.000 millones de dólares anuales.

«Si el clima fuera un banco ya lo habrían rescatado», enfatizó.

* Con aportes de Claudia Ciobanu y Rajiv Fernando.

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